La filósofa reivindica «más pensamiento» en un mundo acelerado por las tecnologías
Nos enseñaron desde niños cómo se forma un cuerpo, sus órganos, sus huesos, sus funciones, sus sitios, pero nunca supimos de qué estaba hecha el alma Mario Benedetti. Quizás no seamos conscientes de todo aquello que nuestras emociones iluminan y ensombrecen a lo largo de nuestra vida. Nadie nos dijo como manejarlas, como cambiarlas o aprenderlas, parece como si nos olvidáramos de ellas por el simple hecho de que no se vean...
El inventor de la píldora anticonceptiva considera «terrible» la ley del aborto que propone Gallardón
Así comienza El hambre, el nuevo libro del escritor argentino Martín Caparrós (Buenos Aires, 1957) que llegará a España en febrero. India, Bangladesh, Níger, Sudán del Sur, Burkina Fasso, Kenia, Madagascar, Argentina y Estados Unidos son los lugares que el escritor ha elegido para relatar "la mayor vergüenza de nuestra civilización". Con motivo del día Mundial de la Alimentación, viajó a Madrid para hablar del hambre de una forma diferente, en una mesa redonda con varios expertos organizada por Oxfam Intermón y la Fundación Por Causa. "El hambre no es como la muestran en televisión; ese chico con la tripa hinchada y las piernas delgadas en un lugar desconocido del mundo", explica Caparrós, de ojos claros como de gato. La gran mayoría de los 25.000 que, según el secretario general de la Naciones Unidas, Ban Ki-moon, mueren al día por causas relacionados con el hambre tienen poco que ver con las hambrunas que aparecen en los diarios. "No podrían: los colapsarían. En los diarios sale lo inhabitual, lo extraordinario", dice. "Los hambrientos son esos olvidados que se acostumbran a comer mal, a sobrevivir con menos de lo que necesitan: a desarrollar peor su cuerpo, su cerebro. A vivir vidas mucho peores casi sin saberlo". Según Caparrós, "llamamos hambre no solo a la imposibilidad de comer lo necesario, sino también a la posibilidad de morir por enfermedades que se curan con 20 pesos de remedios tomados a tiempo". Durante siete años recorrió los diferentes escenarios de una pandemia que mata más que el ébola, el sida y la malaria juntos. "El hambre es el problema ajeno por antonomasia". Con frecuencia cuando hablamos de los derechos humanos pensamos en la libertad, la justicia y la paz en el mundo, que no te torturen, no te maten, te permitan expresarte; no solemos pensar en comida. "El derecho a comer es un derecho humano de segunda o tercera. Todos los días, cientos de millones de personas no pueden ejercer su derecho a la alimentación y la indignación suele ser discreta", relata quien ganó en 2004 el Premio Planeta Latinoamérica. De hecho, España aún no ha reconocido el derecho a la alimentación en su Constitución. "En la sociedad del espectáculo, la malnutrición no tiene cómo ponerse en escena. Los números solo sirven para saber lo que ya sabemos: para convencernos. Enfriar las realidades y volverlas abstractas", reflexiona un ya curtido escritor en mil batallas contra el hambre. 805 millones de personas no comen lo que deben, "uno de cada nueve”, dice. Cada cinco segundos, un chico de menos de cinco años se muere por hambre. "Frases que, de tan dichas, nadie escucha. La he leído, la he escrito, la he oído y dicho no sé cuántas veces: como quien dice llueve, incluso cuando llueve", reflexiona. El hambre es un negocio para muchos En un mundo en el que viven 7.000 millones de personas y se producen alimentos para 12.000 millones, el problema es sencillo para Caparrós: "Si hay gente que no come suficiente es porque los que tienen comida no quieren dársela". Señala que "solo con el grano que se produce actualmente alcanzaría para que cada hombre, mujer o niño comiera 3.200 calorías por día", el 50% más de lo que necesitan. "El problema no es que seamos muchos; es que haya tantos que viven como si fuéramos pocos", sentencia. No solo la concentración de riqueza produce desigualdad, también las inversiones financieras con alimentos en la bolsa de Chicago. La utilización de los agrocombustibles como fin distinto al de alimentar o el fenómeno denominado acaparamiento de tierras son para Caparrós causa del hambre. "El colonialismo que ahora llamamos apropiación de tierras es la puesta en escena más grosera de la desigualdad entre países: unos usan las tierras de otros para producir alimentos que todos necesitan; unos se los llevan, otros se quedan sin ellos". Un estudio de la National Academic of Sciences estima que las apropiaciones alcanzan los 100 millones de hectáreas (la suma de Italia, Japón y Gran Bretaña). El escritor, completamente de negro, no deja de de tocarse su pintoresco bigote y tras un par de apuntes sobre la caridad como elemento de chantaje, sentencia: "Cuando Europa y EEUU entregan limosnas a sus súbditos, esperan que les alcance para mantenerlos hundidos y dominados: inofensivos, silenciosos. Darle a los pobres lo mínimo para que sobrevivan y no manchen con su sangre o sus huesos las pantallas de la televisión". "Aunque es curioso -se cuestiona- que los gobiernos gasten fortunas en el rescate de los bancos y no cantidades más modestas en el rescate de los hambrientos. Los bancos son indispensables para que el capitalismo funcione; los hambrientos, no. Llamémoslo desigualdad, capitalismo, la vergüenza". "Déjelos en el buzón, señora. Desgraciadamente ya nadie roba libros. Si fueran bombones…" dice Caparrós después de un inciso para atender una llamada. El hombre que con 19 años se exilió en Europa parece haber recuperado la esperanza. Con el reloj casi marcando el final de la entrevista, comienza a vislumbrar las claves del cambio. Radical. "Cada uno tiene una responsabilidad individual, que se vuelve colectiva cuando hay muchas personas que llegan a formas de acción comunes". No es una profeta Martín Caparrós no cree ser un "profeta". De hecho, desconoce la forma política que debe tomar el cambio: "Que haya suficiente para todos y para nadie demasiado". Pero se lanza con una afirmación basada en el individualismo: "Los grandes momentos de la cultura se producen cuando el egoísmo de miles consiste en creer que deben hacer algo por los otros, que esa es su forma de hacer algo por ellos mismos. El escritor se vuelve a enfundar en el traje de realidad. "Es posible que no suceda en los próximos meses o en los próximos años. Mientras tanto, miles, millones seguirán muriendo de hambre". Y en el segundo piso de una cafetería alejada de aquellos que sufren el hambre, se sincera: "Lo único que podemos hacer es decirles lo que pasa. La mayoría de las personas eligen no mirar y es su decisión. Hacerse los tontos cuando mueren y mueren miles de personas por causas evitables es una sentencia que están tomando y que toman cada día". En su libro, El hambre, el intrépido escritor invita a pensar al lector con un ataque al inmovilismo: "Es probable que la postura que cada cual tome no cambie mucho el problema. Pero sí define una cuestión menor: ¿quién soy, quién habré sido? ¿Ése que nació, aprendió, trabajó, se divirtió, amó, se reprodujo, envejeció y se murió como millones cada día? ¿O habré sido, además, el que hizo lo poquito que pudo para que el mundo fuera otro?".
El poeta, dramaturgo y novelista habla de su obra y sus debilidades y crítica a la Iglesia católica «Rajoy siempre me dio risa, pero ahora me da pena», dice
Internacional: "Los movimientos ciudadanos han de realizar una auditoría de la deuda"
No nos oye llegar. Está de espaldas frente al ventanal. Es mediodía, la luz entra a chorro y su figura se recorta contra el azul intenso del mar al ot
En su nuevo ensayo, el italiano Nuccio Ordine carga contra la “dictadura del provecho”, el utilitarismo de la educación y el poco interés de la política por los bienes del espíritu
Como una humilde estrella de cine, Daniel Goleman, el californiano de barba blanca que una vez fue periodista de The New York Times y acabó convertido en el gurú de la Inteligencia
Nacida en India, Vandana Shiva es física y activista defensora del medio ambiente y los derechos de las mujeres. El periódico británico The Guardian la definió como una de las científicas más destacadas y prometedoras del mundo. En su libro “Las guerras del agua”, Shiva destaca que este recurso es un derecho humano fundamental que no puede ser tratado como una mercancía. En el mundo, 768 millones de personas no tienen acceso al agua potable. Pregunta: ¿Qué importancia tiene el agua para la vida humana, las comunidades y la naturaleza? ¿Qué importancia tiene para usted y su cultura? Respuesta: El agua es la sangre misma de la vida. El 70% del planeta, el 70% de las plantas, el 70% de nuestro cuerpo es agua. Sin agua no hay vida. El agua circula a través de todas las especies y por el ciclo hidrológico, que nos conecta a todos en una comunidad. Es la comunidad del agua. Yo nací en el Himalaya y crecí en la región que es la fuente del Ganges. El movimiento Chipko al que me uní hace una década es un movimiento de mujeres para proteger el bosque y el agua. Durante 10 años hemos estado construyendo movimientos para evitar la privatización de las aguas del Ganges. Nuestro lema es 'Nuestra madre Ganges no está en venta'. Los detuvimos. Varios analistas internacionales señalan que el siglo XXI estará marcado por las guerras del agua. Las guerras por el agua ya están ocurriendo. Los recursos hídricos disminuyen, la demanda de agua aumenta. Los medios de comunicación y los políticos encubren los conflictos del agua y los presentan como si fueran religiosos y étnicos. Eso facilita la división y las políticas de gobierno. Si los conflictos del agua fueran tratados como conflictos por el agua las élites se verían obligadas a abordar la justicia del agua, la democracia del agua y la paz del agua. En su libro 'Las guerras del agua' resalta la importancia de lograr una democracia real del agua. ¿Podría explicar los principios fundamentales de esta idea? En el núcleo de la solución del mercado a la contaminación está la suposición de que el agua existe en cantidad ilimitada. La idea de que los mercados pueden mitigar la contaminación facilitando una mayor asignación no tiene en cuenta que la desviación de agua para un área produce la escasez de agua en otros lugares. En contraste con las teorías de las empresas que promueven una solución de mercado para la contaminación, las organizaciones de base reclaman soluciones políticas y ecológicas. Las comunidades que luchan contra la contaminación industrial han propuesto un proyecto de ley sobre la Comunidad de Derechos Ambientales, que incluye los derechos para “limpiar” la industria, a la seguridad frente a la exposición nociva, a la prevención, al conocimiento, a la participación, a la protección y la observancia; a una indemnización y a la limpieza. Todos estos derechos son elementos básicos en una democracia del agua, en la que se protege el derecho al agua potable para todos los ciudadanos. Los mercados no pueden garantizar ninguno de estos derechos. El libro también insiste en el negocio gigante que representa la venta de agua embotellada. Una mujer llamada Mylamma inició un movimiento en contra de un gigante como Coca Cola en la planta de Plachimada y, junto con ella, una pequeña aldea de Keral consiguió cerrar la planta. Dicha planta en Plachimada recibió el encargo en marzo de 2000 de producir 1.224.000 botellas de productos de Coca Cola al día y una licencia condicional para instalar una bomba de agua con motor. Sin embargo, la compañía comenzó a extraer ilegalmente millones de litros de agua limpia. Comenzaron a extraer 1,5 millones de litros por día. El nivel del agua comenzó a caer y la instalación indiscriminada de pozos para aprovechar el agua subterránea tuvo graves consecuencias para los cultivos. Como resultado hubo una notificación contra la empresa y su licencia fue cancelada. Trataron de sobornar al presidente del panchayat (concejo comunal), pero no tuvieron éxito. No sólo el robo de agua, sino también la contaminación del ambiente y las áreas cercanas por el vertido del material de desecho, que estaba causando un grave peligro para la salud. Como resultado de estos vertidos de pozos, siempre de agua potable, las instalaciones de la agricultura se han secado. El oficial médico del distrito les informó que el agua no era apta para beber. Las mujeres de Plachimada no iban a permitir esta hidro-piratería y comenzó una protesta a las puertas de Coca Cola y se lanzó un ultimátum a los mismos. En el litigio de interés público fue presentado por uno de los panchayats en contra de Coca Cola en el Tribunal Superior de Kerala, y el tribunal también apoyó a la gente y la Justicia Balakrishan Nair ordenó a Coca Cola detener la piratería de agua de Plachimada. Usted cita ejemplos de cómo los grandes proyectos hidráulicos, las alteraciones del curso de los ríos o construcciones de presas, en general tienen consecuencias irreversibles para las comunidades. Los proyectos en los valles de los ríos se consideran generalmente la solución para las necesidades de agua para la agricultura, el control de las inundaciones y la mitigación de la sequía. En las últimas tres décadas, la India ha sido testigo de la construcción de unas 1.554 presas. Entre 1951 y 1980, el gobierno gastó 1,5 mil millones de dólares en las presas de riego de gran o mediano plazo. Sin embargo, el retorno de esta inversión ha sido mucho menor de lo previsto. En las tierras de regadío donde se deberían haber producido al menos cinco toneladas de grano por hectárea, se ha mantenido en 1,27 toneladas por hectárea. Las pérdidas anuales debido a la inesperada baja disponibilidad de agua, una fuerte sedimentación, reducción de la capacidad de almacenamiento, y el anegamiento, ascienden ahora a 89 millones de dólares. La construcción de represas en dos de los ríos más sagrados de la India, el Ganges y el Narmada, ha generado una vehemente protesta de las mujeres, los campesinos y tribus cuyas vidas y modos de subsistencia han sido interrumpidos y los lugares sagrados han sido amenazados. La gente de Narmada Valley no solamente resiste el desplazamiento debido a las presas de Sardar Sarovar y Narmada, están librando una guerra contra la destrucción de civilizaciones enteras. ¿Cuáles son las claves para el desarrollo de proyectos que combinen los avances de la tecnología y el cuidado responsable del medio ambiente? Para garantizar la sostenibilidad y la equidad en la gestión del agua y el uso del agua dos indicadores son de vital importancia: cómo afecta el ciclo hidrológico, y de qué forma impacta en el agua de la gente. Si estos dos criterios se tienen en cuenta podemos garantizar la sostenibilidad en el uso del agua y la equidad y la democracia en la gestión del agua. Durante las dos últimas décadas, los movimientos por la democracia del agua han aumentado y han desafiado la idea de que el agua es una mercancía así como las políticas de privatización del agua. En Nueva Delhi se detuvo la privatización del abastecimiento de agua de la ciudad mediante la Alianza Ciudadana para la Democracia del Agua. En Italia en un referéndum los ciudadanos votaron la democracia del agua en junio de 2011. En abril de 2011 la ONU adoptó una resolución sobre el agua como un derecho humano. Incluso con toda la codicia de las multinacionales, la energía democrática de los movimientos sociales también está creciendo y desafiando a la privatización del agua. Entonces mucha gente está reaccionando frente a políticas que degradan la naturaleza y la forma de vida de muchas comunidades. Desde el movimiento 15M para ocupar Wall Street, la Primavera Árabe al Invierno Ruso, personas de todo el mundo se están levantando contra la corrupción, la deshonestidad y la falta de democracia real en la clase política, que a su vez está atada por una camisa de fuerza de las políticas de privatización impuestas por las instituciones financieras. Nuestras democracias han pasado de ser del pueblo, para el pueblo y por el pueblo, a ser de las corporaciones, por las corporaciones y para las corporaciones.
Helen Adams Keller fue una conferenciante, activista y escritora; una mujer extraordinaria. Compartimos sus mejores inspiraciones
Los suicidios por la crisis conmocionan a Italia El obrero Di Carlo se prendió fuego a lo bonzo delante del Parlamento al no poder afrontar sus deudas.
Durante mucho tiempo sus nombres se declinaron juntos. Se decía Laffont y Tirole, por este orden, como si fueran uno sólo. Me consta que Jean Tirole tiene un carácter reservado e introvertido, pero no tengo la menor duda de que, en su discurso de recepción del Premio Nobel de Ciencias Económicas 2014, habrá un lugar especial para Jean-Jacques Laffont. Guardo el recuerdo de una anécdota personal en la 7th Conference of the International Water and Resource Economics Consortium, que tuvo lugar en la Facultad de Ciencias Económicas de Girona en junio de 2001. Era la primera vez que yo presentaba un trabajo en una conferencia internacional, una ponencia sobre la explotación de recursos naturales en un contexto de selección adversa (término que hace referencia a un fallo del mercado profundamente estudiado por Laffont y Tirole). Uno de los libros de cabecera sobre la cuestión era, y sigue siendo, A Theory of Incentives in Procurement and Regulation, escrito precisamente por ellos. Empecé mi intervención agarrotado, demasiado pendiente del guión. La situación no mejoró cuando reconocí en primera fila al mismísimo Laffont. Creo honestamente que aquella presentación fue un desastre. Lo pensaba entonces y lo sigo pensando ahora. En la ronda de preguntas posterior a la presentación, Laffont tomó la palabra para hacer algunas observaciones. Su intervención fue pausada y constructiva, haciendo una lectura en positivo de los elementos que le habían parecido interesantes en mi trabajo. Fue indulgente con todo lo demás. Al terminar la sesión se acercó para discutir largamente (primera acepción del diccionario de la RAE). No me trató de modo paternal, ni tampoco me apabulló con una exhibición intelectual. Me trató de igual a igual, aunque evidentemente no lo éramos, y haciéndolo me sacudió los complejos del doctorando primerizo. Puede que la anécdota no tenga nada de extraordinario, pero no son pocos los economistas académicos que hacen de los congresos verdaderas batallas de egos. Algunos incluso disfrutan descuartizando el trabajo del compañero, sin ánimo constructivo, como si la búsqueda de respuestas a un problema económico fuese algo secundario. En fin, ese tipo de querellas del economista en su torre de marfil es tema diferente. Más adelante Laffont aceptó amablemente presidir mi tribunal de tesis, pero ya no le fue posible. Su enfermedad truncó muchas cosas. La Toulouse School of Economics perdió a uno de sus referentes y la Ciencia Económica perdió a un grande. El Nobel a Tirole nos recuerda la ausencia de Laffont, su binomio académico. Congratulémonos al menos porque el premio lleve implícito el reconocimiento a sus trabajos sobre el poder de mercado y la regulación, como reza el comunicado del Banco de Suecia. Si Piketty ha reabierto el debate sobre la distribución de la riqueza, que el Nobel a Tirole reabra el debate sobre el papel del Estado en la economía. ¿Qué es el poder de mercado? En los mercados perfectamente competitivos, tanto las empresas como los consumidores carecen de capacidad para fijar los precios o influir sobre ellos (esto es lo que significa tener poder de mercado). Los precios se determinan entonces por la libre interacción de la oferta y la demanda. La teoría económica ha demostrado que, sin poder de mercado, tanto el precio como la cantidad intercambiada de un bien son óptimos. Óptimo no significa “ideal” o “deseable”, situación que para muchos correspondería a un precio nulo y una cantidad infinita (a todos nos gustaría tener mucho a cambio de nada) sino “lo mejor entre lo posible”. Tampoco “lo mejor” significa “lo mejor para la empresa” o “lo mejor para el consumidor”, sino lo mejor para el bienestar social. En la práctica, sin embargo, el poder de mercado constituye más la regla que la excepción. A medida que las empresas adquieren capacidad de influencia sobre los precios, el mercado se aleja de la situación óptima y adopta estructuras que incrementan progresivamente los beneficios empresariales al mismo tiempo que deterioran el bienestar social. La última etapa de esta dinámica es la formación de oligopolios y monopolios. Esto sucede, muchas veces, por cuestiones técnicas relacionadas con la estructura de costes empresariales y, otras, porque la dinámica competitiva no es tal (¡cuántos de los que se definen liberales actúan en contra de la competencia!). Cada uno de estos casos requiere soluciones diferentes. No es suficiente con fomentar las condiciones necesarias para el libre mercado. Cuando la competencia no es técnicamente factible, la búsqueda de la eficiencia pasa por implementar alternativas que los economistas llaman de “second best” (lo segundo mejor entre lo posible). Y para esto hacen falta instituciones que definan, ejecuten y hagan cumplir un marco reglamentario adecuado. Sin árbitro, no hay partido. Laffont y Tirole dedicaron sus mejores años al estudio de la competencia imperfecta, la reglamentación, la economía industrial, la teoría de incentivos, la información asimétrica y tantas otras materias que siempre abordaron de manera brillante y original. Ambos crearon escuela. El Nobel lo va a recoger Tirole, pero el legado intelectual es de ambos.
Una breve retrospectiva de algunas de las predicciones de Arthur C. Clarke y su aplicación en nuestra vida moderna.
El exconsejero de Sanidad del País Vasco y actual asesor de Obama intenta demostrar al otro lado del Atlántico que es más sostenible la cobertura sanitaria universal
Usted era herrero. Sí, hijo de campesinos analfabetos y muy pobres. ¿Cómo se convirtió en médico? No estaba en mis planes, pero me casé, nació mi primer hijo,
Entrevista a Simona Levi, portavoz de Xnet y del Grupo de Trabajo Contra la Corrupción en Catalunya
Es el momento de participar en política porque estamos asistiendo a un panorama bochornoso por parte del Gobierno. Las posiciones ideológicas son muy preocupantes y ante eso nadie puede permanecer indiferente.
Tiempo estimado de lectura 5 minutos, 12 segundos.Es para mi un gran placer poder ofrecer a los lectores del Blog está entrevista.
Hace una semana, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid condenó al juez Elpidio José Silva (Granada, 1959) a 17 años y medio de inhabilitación por un delito continuado de prevaricación y dos contra la libertad individual. Habían pasado siete días exactos desde que trascendiera que la Audiencia Nacional investiga a Rodrigo Rato y Miguel Blesa, entre otros, por la utilización de una tarjeta a cuenta de Caja Madrid con la que gastaban sin rendir cuentas y por lo que no declaraban a Hacienda. Bankia comenzó a investigar esta práctica porque eldiario.es publicó un correo de Blesa en el que se detallaba su funcionamiento. Ese correo había salido previamente de los servidores de Bankia al reclamarlos el juez Silva en el marco de la investigación al expresidente de Caja Madrid, la misma que le ha terminado costando una pena de inhabilitación. ¿Se debe atribuir a usted que haya estallado finalmente el escándalo de las tarjetas 'black'? A mí no me cabe la menor duda de que la intervención de los correos corporativos de Blesa y de que el 'caso Blesa' han sido la clave de todo esto. Si yo no hubiera iniciado esas diligencias, todo esto estaría tapado. No es que lo diga yo, el fiscal Moix ha hecho todo lo posible y mucho más para que estos correos corporativos no aparezcan en la causa contra mí ni se utilicen en ningún momento. La Fiscalía se negó sistemáticamente a ello y llegó a decir que los correos eran nulos, lo cual es una barbaridad en la boca de un jurista. Es algo tremendamente reprochable en alguien que se supone que tendría que tener alguna idea de derecho. No cabe duda de que también ha habido un impulso importante de 15MpaRato, del Partido X y de la propia UPyD. Ha habido grupos políticos que han empujado, pero sin el 'caso Blesa' no tendríamos nada. Eso es seguro. Como no tenemos nada a día de hoy. Ningún juez está pidiendo los correos corporativos, lo que considero una barbaridad, una aberración, es engañar a los ciudadanos. ¿Cómo es posible que ningún juez esté pidiendo los correos corporativos de la cúpula de Caja Madrid, que nadie esté recuperando toda la información de la BlackBerry que utilizaban por aquellos tiempos? Si el delito ha prescrito, eso recaería directamente en Fiscalía, que no ha impulsado las diligencias. Han tardado dos años en poner en marcha lo que ya se descubrió en el 'caso Blesa'. Esto es tremendamente lamentable. Sin embargo, la sentencia que le condena dice que obtuvo los correos de Blesa de forma "absolutamente irregular". Demuestra que los magistrados del Tribunal Superior no tienen la menor idea de derecho penal; de hecho, no son penalistas. El único penalista es el magistrado que me absuelve. Los otros dos no tienen experiencia en penal y lo que están diciendo ahí es una barbaridad. Estos magistrados no saben de qué hablan porque esto no es una intervención de comunicaciones. Los correos corporativos son documentos que están en el servidor de Bankia. Ahí no se está interviniendo ninguna comunicación porque esos correos ya estaban en el servidor y pertenecen a Bankia, y además Bankia los entregó voluntariamente. No se sabe muy bien a qué criterios responden los dos magistrados que me condenan, por supuesto que a criterios jurídicos, no. ¿Qué delitos han cometido los usuarios de las tarjetas 'black'? Hay que diferenciar entre usuarios. Los que tenían control de mando en Caja Madrid tienen varios delitos. Primero, uno contra la Hacienda Pública en los casos donde se excedió la cantidad de 120.000 euros al año declarados a Hacienda y no se hizo. Como consecuencia de éste, también puede confluir un delito de blanqueo de capitales, puesto que con la cantidad de dinero que se ha defraudado ha habido un uso indebido, lo que constituye blanqueo: a través del menudeo y del gasto encubrían el origen ilícito de los bienes. También hay un delito contable porque no hay el más mínimo dato de que esas tarjetas hayan sido declaradas a nivel contable en cuanto al cargo contra la entidad. Incorpora igualmente un delito de falsedad documental porque, con total seguridad, tampoco se manifestó la existencia de las tarjetas frente a las entidades supervisoras. Se ha cometido un delito de administración desleal en la gestión bancaria y, finalmente, un delito de apropiación indebida porque se han quedado con el dinero. Las personas que no tenían un poder de mando, nos ceñiríamos a delitos contra la Hacienda Pública y de blanqueo. Finalmente, los que no han gastado nada han incurrido en un delito de encubrimiento, porque tenían constancia de que esto existía y no han denunciado nada. Los que han devuelto el dinero, ya no lo deben, pero han cometido igualmente todos estos delitos. ¿Qué cree que ocurrirá el jueves cuando declaren ante el juez Rato, Blesa y Sánchez Barcoj? Creo que van a alegar la prescripción, pero yo creo que no existe esa prescripción, puesto que el uso de las tarjetas debe englobarse dentro del delito continuado de gestión desleal. En ese sentido, hay que seguir adelante con la causa. Yo entiendo que no cabe la menor duda de que debieran ingresar en prisión. Esto es un ingreso en prisión cantado. Los daños que se han producido, el espectro de perjuicios... es tremendo. Yo no sé si estos señores se pueden fugar, pero lo que sí sé es que pueden afectar a importantes pruebas relacionadas con los hechos, con otras tarjetas... No sabemos qué otras tarjetas tenían o qué otras personas pueden estar afectadas. Y volvemos otra vez a la gestión global de la entidad. Yo creo que el ingreso en prisión aquí sería imprescindible y, desde luego, la toma de medidas debería ser muy intensa en cuanto a embargo, prospección de bienes y prospección de los frutos del delito. ¿Cree que se llegará hasta el fondo en el 'caso Bankia'? Tal como vamos, en absoluto. Aquí no se va a llegar a nada. La verdad tiene, para abajo, 50 plantas. No creo que se llegue ni a la primera. Se va a quedar todo en la superficie porque se está viendo que la manera de investigar es funesta, que la celeridad es inexistente, que el Ministerio Fiscal no impulsa y que el juez se limita a citar a tres imputados cuando tenía que haber citado a 80 y haber ordenado un conjunto de medidas tremendas. Pero con jueces como los dos que me han condenado, con este tipo de gente estableciendo este tipo de criterios fuera del derecho y la investigación criminal, pues va todo el mundo con miedo, por no decir con pánico. Pero ¿es posible actuar contra los poderosos con el actual marco legal? Perfectamente posible. Sin la menor duda. El actual marco legal permite trabajar y llegar de las 50 plantas, a lo mejor no a la 50, pero sí a la 40. Sin duda alguna hay marco legal para investigar y trabajar. Otra cosa es que se hayan dedicado a cargárselo, a amedrentar y a formar un monstruo que no lo hay. Hay una Ley de Enjuiciamiento Criminal que responde a muchos tratados internacionales que ha firmado España. Toda la ciudadanía sabe que aquí se puede trabajar y luchar contra la corrupción, pero que hay una serie de corruptos que lo quieren impedir. Si pudiera volver a la primavera de 2013, ¿volvería a encarcelar a Blesa? Sin la menor duda. Lo volvería a hacer las veces que correspondiera. Posiblemente, a la vista de los hechos, puedo considerar que debería haber dictado una prisión incomunicada. Me lo comentó una compañera de instrucción francesa: la prisión debería haber sido en régimen de incomunicación. En cambio, hasta el magistrado que le absuelve coincide en que usted "utilizó de forma indebida el enorme poder sobre la libertad, la intimidad y la seguridad de los ciudadanos que le otorga la ley". El propio magistrado Beltrán dice una cosa y después dice otra. Dice eso y después que "por qué no iba a ir Blesa a prisión", que nadie sabía si se iba a fugar o no y pone el ejemplo de Luis Roldán. Es un voto particular en el que se ve claramente que el magistrado quiere decir una cosa pero no quiere decirla de una manera que pueda afectar demasiado a sus compañeros, porque es una vergüenza que en una sentencia por prevaricación alguien se encuentre un fallo de absolución. Esto es una cosa que no se puede entender. La prevaricación es un delito de resolución manifiestamente injusto y nada es manifiesto si hay un magistrado que no lo ve, precisamente el magistrado especialista en penal. Por una parte se han querido cargar la instrucción y hay un pacto para eso. Por otra parte está la desproporción y meterle prevaricación a un magistrado porque les ha dado la gana. A esto no se ha querido sumar Arturo Beltrán, que ha dicho: mire, hasta ahí no voy a llegar. La sentencia dice que usted envió a Blesa sin motivación, a instancias de una parte que no estaba personada y con indicios obtenidos en "prevaricaciones previas". No tiene fundamentación, Manos Limpias estaba personada como acusación popular. Así consta en el proceso y así me ha dado la razón sistemáticamente la Audiencia Provincial, pero cuando alguien no quiere ver algo, o es miope u otra cosa peor. Hay una tesis según la cual Blesa tendría un futuro judicial mucho más complicado que el que tiene de haberle tocado otro juez que no fuera usted. Yo he recibido felicitaciones de personas de muy alto nivel en la esfera del derecho, incluidos vocales del Consejo General del Poder Judicial y magistrados del Supremo. Hay personas a las que no les ha gustado mi instrucción. El derecho es discutible. Lo que pasa es que en España vivimos en la prehistoria judicial. Hay intereses económicos, de despachos de abogados muy grandes que se dedican únicamente a defender a corruptos, y todo esto va creando opinión. ¿Cómo ha influido en su condena la presunta enemistad que mantiene con el fiscal jefe de Madrid, Manuel Moix? No es presunta. Este señor no es mi amigo, ni mi enemigo, es un profesional de derecho que para mí deja mucho que desear. Ha dicho auténticas barbaridades, ha tenido una actuación absolutamente reprobable, ha vertido injurias y calumnias contra mí. Esta sentencia le viene bien porque le ampara de un posible delito de acusación falsa. Aunque yo ganara en el Supremo, lo que ocurrirá con toda seguridad según coincide la doctrina jurídica española, y hay una nulidad cantada por todas las pruebas que no se han admitido, ya es muy difícil actuar por acusación falsa. Aún tiene pendiente otra causa impulsada por la Fiscalía de Madrid, acusado de filtrar los correos de Blesa. Se puede ver que aquí no se está usando el derecho sino la cloaca del régimen, en el peor sentido, para generar una situación esperpéntica en todos los sentidos del término. Esta testigo en la que se basan no se sabe si rige bien, qué es lo que dice, de dónde lo saca. Está claro que está siendo utilizada y parece que pagada y remunerada.
La Contra César Molinas Hoy hay independentistas que no son nacionalistas. ¿Cómo? Al nacionalismo sólo se llega tras un
Antonio Fraguas (Madrid, 1942), conocido universalmente como Forges, ha visitado una vez más el festival La Risa de Bilbao que dirige el escritor Juan Bas. Y el colofón a la riada de entrevistas que ha tenido a lo largo de todo el día ha sido la que le ha hecho, en una sala abarrotada de gente y sonrisas, el cantautor Joan Manuel Serrat. Forges, como él mismo dice, es un fabricante de "titulares ingeniosos". Este año celebra sus 50 años de profesión de escrutador de la realidad -"yo dibujo, mal, silbo y tarareo"- con una hoja en blanco y un rotulador, dos armas cargadas de futuro. Y se permite dar un consejo a los periodistas del futuro: "No vayas nunca jamás a una redacción para ver la realidad, hay que estar en la calle". Se lo declaró en primicia a Serrat. Y la gente se partió de risa cuando este humorista gráfico rememoró aquella vez que tuvo que ir a arreglar una televisión de Franco y, cosas de la vida, al final le puso a trabajar al caudillo, que se brindó a llevar unos papeles de un sitio a otro. "Imagínate la broma que me acompañaba desde entonces: que le había hecho trabajar a Franco", recuerda. Me va a perdonar pero hoy he tenido una discusión en redacción con su entrevista. Querían colocarla en el apartado de cultura y yo insistía en que no, que lo de suyo es política pura y dura. La cultura es una forma de política, de manera sucinta, pero demasiado efectiva. Acuérdate de que simplemente una frase cultural movió el mundo en el 68: "Pedid lo imposible". Se puede titular de cualquier manera, la verdad. No le oculto que estoy muy nervioso porque, claro, entrevistar a Forges sabiendo que luego va a venir a hacer lo propio Serrat, pues esto va a quedar un poco de Tercera División. Qué chorrada, ja ja ja, No tenia ni idea de todo esto. Me enteré como quien dice hace cuatro días de que Juan Manuel me iba a hacer la entrevista, y estuvimos anoche cenando preparándola y tal y cual. No preparamos nada y empezamos a hablar de los viejos tiempos. ¿Os conocéis desde hace mucho, claro? Recordando, vimos que nos conocíamos desde el año 1962. Él es un poco más pequeño que yo, pero hace el año que viene 50 años de profesión. Este año los hago yo. Hablamos de los héroes de la radio de nuestros tiempos: Diego Valor y estas cosas que vosotros no sabéis ni lo que era. Y vimos que nos sabíamos hasta las canciones y todo. Con estos nervios he pedido ayuda en el universo Twitter a Toño Fraguas, tu hijo, para que me echara una mano. Y juro que me ha dicho que te pregunte: ¿Cuál es su secreto para conservar esas canas tan refulgentes? Ja, ja, ja. Pues nada, un producto que se vende en una tienda de Madrid que ya le he recomendado a él porque Toño ya va por el mismo camino. Es un producto que funciona muy bien, es muy barato y te mantiene las canas limpias. Yo no soy nada partidario de los tintes. Pero bueno, cada uno hace lo que quiere. Antonio, ahora que me fijo te noto con la cara cansada, ¿no tendrás el virus del ébola, no? No, no, creo que no, vamos. Esto se ha salido de madre completamente. Y para rizar el rizo a la enfermera infectada el consejero de Sanidad de Madrid, el nefrólogo Javier Rodríguez, le ha llamado mentirosa. Hay una cosa que se llama protocolo, que son unas normas de obligado cumplimiento. Pero claro, si ese protocolo por ejemplo le dice póngase el traje, y resulta que te faltan dos cuartas para que te cubra entero y tienes contacto... pues has cumplido el protocolo, pero te acabas infectando. Hay cosas que como país las bordamos y otras, que son las más obvias y elementales, las hacemos fatal. Pero todos. Y cuando esto se da en la clase dirigente, lo que ocurre son cosas muy graves. Pero lo peor de todo aquí es no dar la cara y contar la verdad, rapidísimamente. Parece que este Gobierno es incapaz. No sabe, no sabe. No tiene reflejos. En otras situaciones complicadas ha habido gobiernos que han sabido actuar. En un Gobierno capturado por el 23-F, había un secretario de Estado que se apellidaba Laína que se quedó de presidente de Gobierno y empezó a funcionar la cosa de una manera rapidísima. Y entonces no había grandes gabinetes de prensa, ni grandes asesores en nómina. Ni grandes nada. Era todo más 'cutrelux' y sin embargo la cosa funcionaba. El problema del ébola no está en Europa, está en la miseria más profunda de África, ahí esta. ¿Dónde está el 0,7% de ayuda al desarrollo que parecía que era algo que habíamos logrado? Pues ahí se ha quedado. Recortado. Se ha ido para atrás, para atrás y más para atrás. ¿Y qué se está recortando? la sanidad, con un 20% menos y en todos los sitios. Ahi lo tienes. Y, sin embargo, 34.000 millones para los bancos. Dinero hay Jodé, claro que hay dinero. Mira las tarjetas negras. Ahora que caigo, lo que tienes es la nariz azulada. ¿Recuerdas aquel personaje tuyo de Sorkunde contra el machismo? Me acuerdo perfectamente. Lo digo porque pueden ir a ver al metro de Bilbao la exposición con tus dibujos 'Metro a metro, el machismo vade retro'. Yo que he estado viéndola [es mentira porque los periodistas digitales apenas tenemos tiempo para ir a las cosas] ... No tenéis tiempo para ir, ja ja ja. En serio, había dos viñetas muy buenas: una en la que se ve a un hombre entrando en casa al grito de: "Hoy hago la cena yo... ¿Dónde está la cocina?" Y otra en la que una mujer, después de decir todo lo que hace durante el día y como eso no cabe en el papel, le dice al hombre para simplificar: "ponga ama de casa". Sí, el hombre le dice: "eso no cabe". "Pues ponga ama de casa". Y lo de la cocina se lo hice yo a mi mujer una vez. La campaña de Emakunde con Sorkunde era una campaña de concienciación, en Euskadi, y el tema era que cuando se hacían machistadas la nariz se ponía azul. Y tuvo muchísimo éxito. Y vosotros sois los hijos de esa campaña de Sorkunde, salisteis totalmente distintos. Esa campaña se llevó a Valencia, Cataluña e Italia y funcionó. Lo que no acaba de funcionar es poner en cuarentena al machismo en esta sociedad. No acaba de funcionar porque cuando no hay cerebro existe el embotamiento, y el embotamiento a lo que lleva es al uso de los músculos en vez de a la cabeza. Hay una falta absoluta de compadecer, de padecer conjuntamente. Y cuando es en la pareja, ya no te digo lo que es. Pero el compartir; por ejemplo, eso de "te ayudo a..." ¡Pero qué coño te ayudo, agarra y pon la lavadora, hombre! Y si llegamos al extremo de la violencia machista, pues tenemos las mujeres asesinadas por sus parejas, cruel estadística año tras año. Eso es horroroso. Hay una violencia machista ahora que las mujeres no se atreven a decirlo. Es que lo que les viene después. La verdad es que no está esta sociedad aún totalmente estruturada para que funcione. ¿Que hay que hacer?, ¿que se separe?, vale bien, ¿y a dónde va? Eso reclaman las feministas, ¿por qué no se van ellos?, Que los maltratadores dejen la casa y les pongan la vigilancia policial a ellos para que no sigan maltratando. Sí, sí, sí. Lo que hay que meterle es en el trullo. Tú Forges eres feliz y vives bien porque eres libre, no porque tengas una visa 'black' Claro, eso es lo más importante. Lo que pasa es que la libertad en mi gremio y en el tuyo siempre es a base de neuronas. Tengo que decir esto, pues voy a ver cómo lo digo. Y empiezas a pensar y trabajan las neuronas, porque la pata de banco la hace cualquiera. Tú puedes hacer una 'cover' [portada] tremenda pero a lo borde, o hacer una cosa muy inteligente. Si haces lo segundo es una cosa mucho más efectiva. Quiza vendes menos, pero socialmente es mucho más efectiva. Hay que intentar hacer lo que hay que hacer, vosotros diciendo la verdad y nosotros ratificándola y tirar para adelante. Este es nuestro deber. Le preguntaba por lo de las tarjetas visa en Caja Madrid y Miguel Blesa, ¿hasta dónde puede llegar la codicia de alguien que ya tiene un sueldazo como para caer en eso? Lo de la Caja Madrid y estos líos no lo entiendo. No me cabe en la cabeza, me parece una cosa de marcianos. Yo he trabajado alguna vez para Caja Madrid haciendo dibujos, con Araujo por ejemplo, y nos pagaron más bien poco, por supuesto. Si llego a saber lo que se estaban levantando estos... Vamos que no has visto fajos de billetes de 500 a tu alrededor. Es que si no hubiera dicho: "Oye, la pasta". Viven en un mundo totalmente aparte. El Universo tiene una bola que es el mundo y que somos todos, ¿vale? Y luego hay una serie de bolas intermedias y cada vez hay bolas más pequeñas. Y esa bola pequeña última es donde viven estos. Cuando dices eso de la codicia... ¿no has pensado que igual eso es lo que han visto en su casa? Pero si lo que estoy haciendo yo es lo normal, lo que he visto hacer en casa a mi abuelo y a mi padre. Claro es que luego no leen los periódicos Pero cómo van a leer los periódicos, leen las páginas salmón, jajaja. Tras estos 50 años de trabajo tuyos, pero también de creadores como Peridis, El Roto, Gallego y Rey, en fin, creo que sería imposible entender la realidad española sin haber echado un vistazo a vuestras visiones de lo que pasa. Nosotros en realidad lo que hacemos son titulares ingeniosos. Vosotros tenéis que hacer un cierto 'ladrillo', pero nosotros hacemos pim, pam y fuera. ¿Y dirías que España tiene remedio? Claro que sí. Tenemos que ser conscientes de que tiene remedio. Nosotros, nuestra generación, creíamos que tenía remedio e hicimos muchísimo, muchísimo, muchísimo. Y eso os toca a vosotros también. Lo pregunto por lo de Cataluña y la consulta. También tiene remedio. Hay una cosa muy importante que se llama sentido común y que hay que aplicarla siempre en toda discusión. Y ahora lo que pasa es que no se esta aplicando el sentido común en ninguno de los dos lados. Ni la lógica tampoco. ¿Pues si eso tiene remedio, lo de la subida del IVA cultural estará chupado? Parece que hay un señor ahí, y todos sabemos cómo se llama así que no hace falta ni nombrarlo, que va a por la Cultura. Se la quiere cargar, si no no tiene explicación. El problema es que en la cuneta van a quedar muchos proyectos, puestos de trabajo, empresas, sueños ... Es peor que eso, es que había una promesa de Ley de Mecenazgo, que es la solución. Pero aquí han optado por el os hundís, os hundis y os hundís. En todos estos años, ¿le han tratado bien en el periódico El País? Lo digo porque no a todos los Fraguas les han tratado bien, vaya. Yo, afortunadamente, en todos los años que llevo, jamás ningún director de periódico me ha dicho este chiste no sale o este chiste no conviene ahora o este lo guardo para luego. También te digo otra cosa, yo siempre he considerado a mi director como un currante igual que yo, que gana mas que yo, por supuesto, que manda muchísimo, pero ¡Ojo! que tienes muchas más presiones que yo. Mi deber es cumplir con mi deber como dibujante, que es decirlo todo, pero no ponerle en un brete. Vamos, que él pueda coger del dibujo y, sin mirarlo, meterlo. Eso es lo que se debe hacer con cualquier director. O sea que Juan Luis Cebrían nunca te ha llamado a posteriori para decirte eso de: "hombre Antonio, hoy te has pasado". No, que no. Juan Luis no ha sido nunca director mío. He tenido a [Jesús] Ceberio, [Javier] Moreno y ahora a Antonio Caño. Jamás en la vida. ¿Cómo anda Forges -un imitador inigualable de Francisco Franco- de memoria histórica? Bastante correcto. Sé demasiado. ¿De vez en cuando te asaltan las dos Españas? Ya no es exactamente lo de las dos Españas, ha salido una tercera que es la ígnara y es la que está llevándose las castañas al fuego. ¿Y qué se puede hacer? Pues de momento votar, pero no a bríos, sino votar consecuentemente y colectivamente. Ya lo hicimos en otras ocasiones. Sí pero el hartazgo ciudadano es tremendo Sí, sí, es un hartazgo, pero una cosa que tenemos que hacer es utilizar las redes para hacer la democracia todos los días, no cada cuatro años. ¡Pero qué es eso de que en el siglo XXI, tal y como estamos ahora, tengamos que esperar cuatro años! ¡Qué pereza! ¿Pero esto qué es? si no hace falta eso. Hablando de memoria, ¿te acuerdas aun de Haití? Sí, claro. Aun sigo sacándolo alguna vez en la viñeta, Ahora ya pocas. Por cierto, está la cosa fatal en Haití. Me lo contaron el otro día y es terrible. Ahi tienes un caso de una cosa que va a ser bastante irresoluble. Y todo el follón viene de cuando el primer tesoro del Estado que tuvo Haití se lo llevó la United Fruits al First National Bank y lo encerró allí y dijo eso de no vaya a ser que se lo queden los dictadores. Y ahí está. Ya me marcho, don Antonio. Pero me va a permitir que le pregunte una última cosa: ¿De qué va el Forges de mañana? ¿El Forges de mañana de qué va? (silencio) Pues no me acuerdo, ja, ja, ja. No me acuerdo. ¡Ah, sí! ya me acuerdo ... no te lo puede decir, ja, ja, ja.
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Google no tenía en mente que su buscador fuera un corrector ortográfico. Y aún así, todos los días, miles de personas teclean palabras en su página, no para hacer una búsqueda, sino para saber cuál es su ortografía correcta, en vez de usar un diccionario. Lo que probablemente no saben (o sí), es que están haciendo uso de una de las mayores bases de datos del lenguaje actualizadas al instante. Por eso si escribes con errores lo que estás buscando, el algoritmo se da cuenta y te pregunta si no quisiste decir otra cosa, colocando la palabra que cree que es correcta porque muchas personas la escribieron antes que tú. Los datos masivos están presentes cada vez más en nuestras vidas, y sin embargo apenas nos damos cuenta de sus aplicaciones. Cuando empiezas a conocer cómo funcionan, qué posibilidades se abren y cómo se están usando ya, no puedes dejar de verlos en todas partes, o mejor dicho, en muchos sitios donde no te imaginabas. Y te preguntas también por sus usos futuros. Cada vez que metemos una serie de letras en un recuadro utilizando un sistema llamado reCAPTCHA para indicarle a un ordenador que somos personas, estamos contribuyendo a digitalizar textos. Decimos a la máquina qué se lee en esa palabra que un lector digital no pudo entender. El sistema presenta esa palabra a 5 personas y si coinciden todas, la da por válida. De esta manera hacemos útil un dato que de otra manera hubiera sido usado sólo una vez para la autenticación. Pocas personas son conscientes de que cada vez que hacemos este pequeño test de Turing estamos contribuyendo a que un sistema utilizado por unas 200.000 páginas web, entre ellas Facebook y Twitter, almacene estos datos y los utilice para escanear libros, algo que por su magnitud sería muy costoso producir. La idea fue del brillante Luis von Ahn, a quien entrevistamos en Diario Turing, y es sólo una de las formas de utilizar datos masivos en la era del big data. Viktor Mayer-Schönberger es profesor de regulación y gestión de internet en el Internet Institut de la Universidad de Oxford, y uno de los expertos más reconocidos internacionalmente en el mundo de los datos masivos. Su último libro es "Big data, la revolución de los datos masivos", que escribió conjuntamente con otro experto, Kenneth Cukier, editor de datos de The Economist. Big Data, A Revolution That Will Transform How We Live, Work, and Think puede leerse online en su versión en inglés. En este ensayo hacen una muy buena introducción al mundo del big data, un concepto del que se oye mucho pero se explica poco. De esta obra, el mismo Lawrence Lessig ha dicho que "cada década hay un puñado de libros que cambian la forma en la que ves todo. Este es uno de esos libros". "Big Data" ilustra lo que consideran el comienzo de una era, la de los datos masivos. La recolección de datos comienza a ser tan barata que ya no necesitaremos establecer una muestra para estudiar un hecho de forma de encontrar conocimiento, sino que podremos analizar el conjunto total de datos, lo que nos permitirá establecer resultados mucho más precisos, más baratos y también más inesperados. Pero una correlación no es una causalidad y estamos acostumbrados a buscar causas en todo, por lo que esta nueva era implica una adaptación de mentalidad. Deberemos estar dispuestos a aceptar resultados basados en la correlación sin entender completamente el por qué (la causa). Apenas estamos viendo el principio de sus aplicaciones, como el autocorrector que sugiere palabras a medida que tecleamos, el análisis de precios que hace PriceStats, para indicar las tendencias inflacionarias y que en muchos casos es más acertado que las estadísticas oficiales o, Google Flu Trends, el experimento que Google puso en marcha para monitorizar personas con síntomas del virus H1N1 casi en tiempo real a través de sus búsquedas. En Big Data también hablan de los riesgos: la obsesión con los datos y buscar causalidad donde no la hay, o de confiar en los determinismos de la predicción en casos en los que se aplican castigos o penas, sin dar lugar a la posibilidad de cambio de las personas. De algunas de estas cosas hablamos con uno de sus autores, Viktor Mayer-Schönberger. MG - ¿Cuál es la que podríamos considerar la base de datos más grande actualmente? VMS - Eso es muy difícil de decir, porque no podemos saber cuántos datos han acumulado los gobiernos y las grandes corporaciones, pero mi corazonada es que la mayor cantidad de datos en el mundo está controlada por Google que aparentemente tiene alrededor de un millón de discos duros donde guardar datos. MG - No sé si le entiendo bien, usted menciona discos duros, pero ¿de qué capacidades hablamos? VMS - Sí, estoy hablando de discos duros. Entiendo que tienen diferentes capacidades y de hecho, también en Google los tienen de distintos tamaños, en tanto que son reemplazados no todos de una sola vez, sino permanentemente a lo largo del tiempo. Por lo tanto es imposible fijar una capacidad precisa, por eso lo expresé así. MG- ¿Por qué los gobiernos deberían tener bases de datos abiertas con los datos de la ciudadanía? ¿Cómo puede ser esto importante para el desarrollo de un país? VMS - En la era de los datos masivos, los datos son el nuevo oro. Pero este nuevo oro sólo puede ser desenterrado si usamos los datos que tenemos. Mucho valor permanece oculto porque los datos no son usados. Tener suficientes conjuntos de datos disponibles es esencial para que las startups que se dediquen a los datos masivos puedan prosperar, para que haya nuevos productos y servicios innovativos y para que en una escala más amplia pueda haber crecimiento económico. Aquí el gobierno puede proveer subsidios para estimular el emprendimiento en temas de big data (y también para beneficiar a la sociedad). Pero este subsidio no sería económico (lo que es difícil de lograr en estos tiempos de austeridad, por otro lado), sino que es un subsidio en forma de datos que el gobierno ha recogido, de los cuales no se está usando todo su potencial y puede poner a disposición de las compañías de datos masivos y de la sociedad en su conjunto relativamente fácil. MG - En su libro anterior usted prevenía sobre el peligro de no ser capaz de olvidar cada detalle, en cuanto el olvido es necesario para aprender y llegar a conclusiones. Ahora muestra cierto optimismo por el tema de los datos masivos, por la recogida de cada pequeño detalle y la datificación de todo lo posible, ¿ha cambiado su visión como si esto fuera un nuevo paradigma? VMS - No realmente. Yo estoy muy preocupado por los datos irrelevantes que quedan guardados y no nos permiten olvidar. Lo que también trae problemas para los datos masivos -los datos irrelevantes son ruido, reducen el valor en el conjunto de datos. Así es que filtrar y eliminar datos irrelevantes también es importante en la era de los datos masivos. Por la misma razón he llegado a creer que la protección de la privacidad en la era del big data requiere aún más que lo que habría pensado en "Delete" [su libro anterior]. Ahora creo que para que nuestra privacidad esté protegida en estos tiempos, necesitamos hacer a los usuarios de los datos completamente responsables de la forma en la que usan los datos personales sobre nosotros que tengan, como hemos explicado en el capítulo 9 de "Big Data". MG - ¿En qué medida han sido los datos masivos la causa del éxito de compañías como Facebook, Gmail, Netflix o Amazon? VMS- En una medida muy, muy amplia. Google no existiría sin los datos masivos, tampoco Facebook. Y Amazon supuestamente ha obtenido un tercio de sus ganancias de productos que la gente compra por el sistema de recomendaciones de Amazon, que no es otra cosa que [utilización de] datos masivos. MG - Supongo que la mayoría de preguntas que le hacen son sobre los riesgos de vivir en una suerte de estado de determinismo de los datos. ¿Cree que esto es porque no estamos realmente preparados para pensar en estos términos? ¿Cuánto tiempo queda hasta que la sociedad aprenda a manejar los datos sin caer extremismos? VMS - A mí también me preocupa un montón el peligro de que el análisis de datos masivos sea abusado o usado de mala manera buscando relaciones causales, para castigar a las personas basándose en predicciones. La lección clave que nuestra sociedad y todas las personas que toman decisiones -especialmente los que se encuentran en el gobierno- necesitan aprender es que los datos masivos pueden mostrar correlaciones, el qué, pero no causalidad, el porqué. Una vez que hayamos entendido esta lección (y por lo tanto la limitación inherente a los datos masivos), creo que seremos capaces de cosechar mucho del tremendo potencial de los datos masivos sin exponernos demasiado a los riesgos de su lado oscuro. MG - En el libro usted indica que estamos bajo un estado de vigilancia. ¿Cuál es su posición personal en temas como dar información privada o personal a cambio de obtener mejores servicios, por ejemplo como en Gmail o Facebook? Por ejemplo, usted da su código postal cuando va de compras? ¿Alguna vez declina dar datos que son requeridos para usar servicios gratuitos en la web?su código postal cuando va de compras VMS - Sí, yo rechazo dar información personal que siento que es innecesaria para la otra parte. He dejado de usar un servicio de alquiler de coches porque usaban prácticas intrusivas y he dejado de comprar en sitios online por la misma razón. Creo que los consumidores debemos resistirnos a veces, especialmente cuando se nos pide dar información sin causa y sin la contraprestación de un mejor servicio. MG - Compartir información es parte de la operativa habitual de servicios online, pero las personas se están volviendo más conscientes de la importancia de proteger sus datos personales. ¿Cree que en un futuro tendremos una especie nueva de poder colectivo en esta área, de la misma manera en que ahora tenemos cierto poder con nuestras acciones como consumidores? VMS - Posiblemente. Y puede ser que tengamos nuevos intermediarios que nos ayuden, como un colectivo de consumidores que negocie con quienes usan nuestros datos. Así podríamos superar lo que se llama el problema de la acción colectiva, es decir, que sólo si muchos consumidores se agrupan en un colectivo pueden crear un contrapoder a los intereses de quienes tienen los datos, pero esa agrupación es difícil de lograr. Quizás aquí podrían ayudar como intermediarias nuevas plataformas operativas para la utilización de datos. MG - ¿Cómo cree que afectará esta nueva relevancia de la correlación frente a la causalidad en nuestra vida cotidiana? ¿La gente dejará de preguntarse por las causalidades lógicas? VMS - No, como humanos estamos configurados para buscar causalidades. Pero necesitamos darnos cuenta de que las correlaciones a menudo ofrecen información valiosa y son mucho más fáciles de identificar comparadas con la causalidad real. A menudo pensamos que conocemos las causas de ciertas cosas pero no es así realmente, y esto es peor que no conocer la causa en absoluto. Así es que necesitamos tener humildad cuando pensamos en la causalidad, y estar preparados para aceptar las correlaciones. MG - ¿El big data cambia la manera en la que las máquinas piensan (por ejemplo cuando hablamos de búsquedas semánticas o cuando comienzan a dar mejores resultados) o están las máquinas cambiando la manera en que nosotros pensamos? VMS - El big data cambia la forma en que las máquinas piensan -desde tratar de enseñarles reglas hasta tener estadísticas para resolver cuestiones sin la necesidad de entender el porqué. Eso cambia la forma en que dejamos a los ordenadores hacer cosas -desde traducir lenguajes hasta hacer recomendaciones de libros- pero no cambia la manera en la que nosotros pensamos. MG - Para los que trabajamos con información parece ser necesario que sepamos cómo operar con datos masivos. ¿Deberíamos aprender programación los periodistas? ¿O las competencias para manejar grandes cantidades de datos deberían ser restringidas a algunos expertos? VMS - Los periodistas no necesitan aprender a programar, pero sí necesitan desarrollar mentalidad de datos masivos, de manera en que entiendan que los datos contienen historias que pueden quedar sin ser contadas; y que puedan tomar datos y una idea y con la ayuda de un experto (de la misma manera en que trabajan con fotógrafos y artistas gráficos ahora) puedan contar esa historia.
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Max-Neef asegura que el sistema neoliberal "mata a más gente que todos los ejércitos juntos, pero no hay culpables".
La filósofa, feminista y profesora de Ciencias sociales y políticas alerta sobre las consecuencias del aumento de las desigualdades
Bruno Colmant es uno de los economistas más prestigiosos de Bélgica. No es para menos: fue presidente de la Bolsa de Bruselas y miembro del consejo de administración de la Bolsa de Nueva York, alto responsable de un banco y jefe de gabinete del Ministerio de Finanzas belga. A ello hay que sumar una intensa labor académica como miembro de la Real Academia belga y profesor en varias universidades europeas (es autor de más de 50 obras de economía y finanzas). En su blog, uno de los más leídos de Bélgica, invita al lector a deconstruir y diseccionar la economía con agudos análisis y reflexiones profundas que van más allá de la economía. Antes de la crisis, usted creía en la autorregulación y en la eficiencia de los mercados. ¿Qué provocó su nueva percepción de la economía? Cuando estudié economía fue durante la época Reagan/Thatcher. No aprendimos el aspecto social de las cosas porque había crecimiento, porque todo iba bien. Por otra parte, la economía se enseñaba con mucho Milton Friedman. Éramos todos friedmanianos. También he dirigido una Bolsa, y cuando uno dirige una Bolsa… es pura matemática. Tenía la impresión de estar ante una mecánica fluida, perfecta, como una ecuación que funciona perfectamente. Finalmente, reflexionando sobre la permeabilidad de la economía financiera con la economía real, me dije: estábamos hablando de la misma cosa. En realidad, se ha desconectado la realidad social del aprendizaje de la economía. ¿Qué percepción tiene usted ahora de la economía? He comprendido que la economía, es en primer lugar una cuestión de sociología, de decisiones políticas, de antropología y de psicología. La economía no es una ciencia absoluta, es un conjunto de disciplinas que convergen, pero sólo dentro de un marco político dado. No se puede hablar de economía sin marco político, no tiene ningún sentido. Lo he comprendido con Paul Krugman. No existe una economía espontánea, que sería naturalmente justa, equilibrada y socialmente solidaria. La economía de mercado no es justa por sí misma, conduce a que haya monopolios, a pobres y a ricos. El error es enseñar la economía como una disciplina por sí sola, independiente de otras disciplinas sociales. De hecho, la economía como tal no existe. Hay muchas corrientes de pensamiento, pero no hay una teoría única. A lo sumo, hay tres teóricos de la economía: Smith, Ricardo y Marx. El hecho de que existan tantas teorías y corrientes demuestra que no hay homogeneidad en las cosas. La economía no sólo depende de un factor sino de millones de factores, de percepciones, de circunstancias. El peligro es aferrarse a una sola escuela. Pienso que si pudiera reinventar la economía, empezaría desde el factor social, el equilibrio, la solidaridad social. Construiría el sistema partiendo de ahí; en lugar de decir: “Tenemos una economía financiera y todo va bien, por lo tanto de ahí derivará en un equilibrio social”. ¿Cuál es su opinión de la gestión de la crisis por parte de la Unión Europea? La austeridad es un error absoluto. En primer lugar, pienso que, en su origen, el euro fue un error. Podría haberse hecho con un número limitado de países, pero se construyó con muchos y en malas condiciones. De hecho, si hoy se volviese a las divisas nacionales, existirían inmensas divergencias entre las distintas economías. Se ha partido del error sociológico de creer que un símbolo, una expresión simbólica, iba a someter a la disciplina la economía real, lo que no tiene ningún sentido. Entonces, se ha creado un postulado según el cual los factores de producción, de trabajo, de capital o de formación iban a cambiar en función de una representación simbólica. Pero la representación simbólica no tiene ningún sentido concreto como tal. Sólo es una adhesión mental. La austeridad ha sido, creo, la respuesta que ha dado Alemania para mantener el euro. Alemania ha subordinado el mantenimiento del euro a un alineamiento de normas de competitividad de los otros países sobre su propio modelo, sin reconocer que todas estas economías son diferentes. Lo que demuestra que el euro fue un error, porque se impuso a países como España, Italia, Grecia, Portugal una devaluación interna, es decir, la absorción del poder adquisitivo que igualmente hubiese ocurrido, pero que hubiese sido formulada mediante una devaluación de la moneda. Lo digo claramente, ¡el euro en su concepción fue un error total! Y las dos respuestas que se han aplicado para mantener el euro han sido errores sobre errores. La austeridad por sí misma no puede funcionar cuando todo el mundo sabe que la economía que no funciona no puede vivir en la austeridad. Por otra parte, las políticas monetarias restrictivas fueron también un error. Entonces, se han cometido tres errores y por esta razón, aunque ahora mismo estamos en deflación. ¿Qué papel ha jugado Alemania en esta crisis? Económicamente Alemania se ha aprovechado del euro, porque tiene una balanza de pagos positiva y ha conseguido exportar más sin tener que revalorizar la moneda. Comprendo que sociológicamente Alemania desde Lutero ha sido fundada en la aceptación del fenómeno monetario, y que la moneda mantiene a su pueblo unido. No hay que olvidar que Alemania ha sido siempre un país fragmentado y que el marco fue el elemento fundador del país. De repente han dicho a los alemanes: “Vais a perder vuestra soberanía monetaria para recuperar vuestra soberanía territorial”. Los alemanes tienen el sentimiento de haber sido traicionados, y consideran haber pagado con creces el precio de la reunificación. Estoy casi seguro que Alemania va a abandonar el euro con Austria y el Benelux. En un momento dado van a decirse: “Esto ya no es lo que queremos, ya no representa nuestra sociología”. No sé lo que va a ocurrir, pero si no hay un cambio de gobernanza de aquí a 5 o 10 años, el euro dejará de existir, o puede que exista, pero a condición de una represión social muy fuerte. El 15 de enero 2015, el Banco Nacional de Suiza sorprendió a los mercados al desligar el franco suizo del euro, lo que supuso una revalorización de su moneda. ¿Qué revela la experiencia suiza? Lo que ha ocurrido en Suiza es más importante de lo que se piensa. Simplemente, Suiza ha abandonado la zona euro, lo que ha supuesto una revalorización automática del 20% de su moneda; un ejemplo más de la artificialidad de la moneda. Esto es exactamente lo que está ocurriendo en la zona euro: se ha ligado las divisas de 19 Estados miembros a un tipo de cambio común, el euro, negando las diferencias intrínsecas entre las economías. La incongruencia del euro llega a tal punto que si en teoría volviésemos a las monedas nacionales la revalorización del deustche mark respecto del euro sería del 20%, mientras que el franco francés y la peseta se devaluarían alrededor del 25%. Es imposible que una moneda resista cuando las diferencias entre los países no dejan de agudizarse. ¿Por qué piensa que el euro ya no representa la sociología de los países del norte? En el fondo, pienso que el euro ha enfrentado a los países protestantes con los países católicos. Tomemos el ejemplo de Alemania: ésta considera que una deuda colectiva, una deuda pública, se financia con el ahorro interno, es decir, sus ahorros permiten financiar al Estado; por lo tanto, ellos no conciben la creación monetaria. En cambio, la lógica católica considera que si en un momento dado la moneda no se adapta, no supone ningún problema, se empobrece a los rentistas y se crea inflación. Si para hacer el tratado de Maastricht se hubiera contado con un sociólogo o un teólogo habrían dicho: no es posible, no se puede poner a protestantes y católicos juntos bajo un mismo símbolo monetario. Imagine que en 1992 Francisco I de Francia o el Papa León X se hubiesen reunido con Lutero para firmar el tratado de Maastricht. Hubiesen dicho ¡no!, ¡nein! (risas). Usted afirma que la Historia juzgará con severidad el papel jugado por el BCE durante la crisis. ¿Cómo explica esta acumulación de errores? El BCE ha fracasado. Ha demostrado, día tras día, que era incapaz de tomar medidas de envergadura a tiempo y que su pusilanimidad nos ha conducido a la deflación. ¿Qué institución es esta que tiene que alinearse con algunos países cuyo diktat ha conducido a imponer una moneda 'recesionista' y deflacionista a toda la zona euro? ¿Quiénes son estas personas que controlan nuestro futuro monetario? Han querido aplicar una política restrictiva -por lo tanto el balance del BCE no ha aumentado mucho- para permitir, en realidad, que todas las deudas públicas puedan volver a sus países de origen. La deuda española ha sido comprada por los bancos españoles, la deuda italiana por la banca italiana, etc., entonces la masa monetaria ha disminuido y hemos entrado en deflación. Ahora, intentan aumentar la oferta monetaria en la economía pero no va a funcionar, es muy tarde. El BCE debería tener objetivos convergentes como la Reserva Federal Americana: los tipos de cambio, el nivel de empleo y la inflación. Sin embargo, la Ley Fundamental Alemana lo impide, ya que el rol del Bundesbank ha sido transferido al BCE, que tiene como único objetivo el control de la inflación. Se ha hecho una moneda basada únicamente en la inflación, lo que es un error absoluto. También pienso que hay un problema de control democrático. Algunos dicen que no debe haber control democrático porque si no, la credibilidad va a desaparecer. Puedo comprender el argumento, hace falta alguien que sea el garante de la credibilidad monetaria, pero al mismo tiempo en términos de gestión económica no es una buena elección. ¿De qué margen de maniobra disponen los países del sur del euro? ¿Deben abandonar el euro? Los países del sur del euro tienen un margen de maniobra limitado. Intuitivamente pienso que sería mejor que los países fuertes abandonasen el euro en vez de los países débiles. Por ejemplo Alemania, Benelux y Austria formarían un conjunto más o menos homogéneo y el resto podría quedarse con otro euro. El problema es que si los países del sur abandonan el euro individualmente se convertirían en competidores, en vez de complementarios. Además, Grecia, Italia o España están disociados geográficamente. Sería preferible que se quedaran juntos con una moneda más débil, más común y no que abandonaran cada uno por su lado. Usted refiere a la moneda y la deuda pública como símbolos, ¿a qué se refiere exactamente? Lo que me preocupa es que los humanos creamos símbolos: el papel de una deuda, un billete, una moneda, y se parte de la idea que estos símbolos perfectamente artificiales, basados en la adhesión mental, pueden someter a disciplina las fuerzas sociales. Esto no me parece posible a largo plazo. Freud, a quien se adhirió Keynes, dijo que la moneda y la deuda eran formas de impedir la violencia entre la gente. Es decir, que vamos a luchar por un billete de banco en vez de pegarnos. Luchamos por la representación del valor en lugar del valor mismo. Sin embargo, no podemos imaginar que una representación llegue a satisfacer un equilibrio social óptimo entre la gente. Esto me lleva una y otra vez a la idea que los que concibieron el euro cometieron un error de apreciación al no respetar las diferentes expresiones simbólicas de la moneda, que es una resultante de la historia profunda de los pueblos. Pienso que aún no hemos comprendido la crisis del 2008 cuando se acepta que el 25% de las personas estén en el paro y 55% entre los jóvenes. Aún no hemos comprendido que el factor social es más importante que el símbolo monetario. Usted sostiene que vivimos bajo una espada de Damocles. ¿Qué quiere decir? Simplemente, la imposibilidad de financiar las deudas públicas. Pienso que un día nos vamos a dar cuenta del monto exacto que debemos reembolsar, de la naturaleza de los compromisos en materia de pensiones, y cuando nos demos cuenta de la suma gigantesca de la cuenta, ahí nos diremos: ¡Uau! ¡No vamos a llegar! Permítame ilustrarlo con el ejemplo de Bélgica. Por una parte está la deuda escondida, es decir, todos los compromisos alcanzados en materia de pensiones que vamos a tener que pagar entre ahora y 2060 -periodo que marcará el fin del baby boom-; esta deuda escondida corresponde a cuatro veces el PIB del país. Por otra parte, está la deuda oficial que corresponde a un año del PIB. Por lo tanto todo con esto acumulado se llega a cinco veces el PIB, y sin inflación el reembolso de la deuda es absolutamente imposible. En un momento dado la gente se dirá que no es posible. Pienso que el desencadenante no será una decisión política sino más bien un malentendido, una toma de conciencia, un movimiento social o un accidente. En cualquier caso, es una certeza que la deuda pública va a ser reescalonada. Lo que es muy peligroso es que las deudas públicas están en manos de los bancos, y si se toca muy brutalmente la deuda, entonces todo el sistema bancario salta. Es por ello que la única solución lógica hubiese sido crear inflación, diluir el sistema en una moneda que vale menos. ¡Es la lección número 1 de la Historia y se hace lo contrario! ¿Qué opinión le merece Syriza? ¿Pueden cambiar las cosas? Si los dirigentes de Syriza son inteligentes, van a hacer comprender que hay una imposibilidad matemática, que hay algo que no va. Si Tsipras puede trasladar un mensaje diciendo, “escuchad: es imposible que nos impongan condiciones que no son conformes a la economía real”, entonces habrá ganado. Pienso que es más bien un mensaje de persuasión lo que cambiará Europa. Hay que tener mucho cuidado, ya que uno se limita siempre al campo de la economía, ¿pero quién dice que no habrá otros fenómenos que van a ocurrir? Pueden ocurrir fenómenos sociales, de revolución, de insurrección o factores de opresión. Los coroneles no tienen que volver, y algunos argumentarán que después de la izquierda pueden volver los coroneles como, Papadópoulos en la Grecia de 1967. Una intuición que tengo es que Europa vive en paz en el respeto de sus diferencias, y que no podemos poner todo en común. Puede que un 30% o 40% de nuestra vida pueda ser puesto en común, pero no un 100%. ¿Piensa que España puede seguir el camino de Grecia? La realidad griega se impondrá progresivamente a otras economías frágiles. Sin ninguna duda, un día otros países del sur impondrán una moratoria o un reescalonamiento de sus deudas públicas, según modalidades aún imprecisas. Es ineluctable, aunque al contrario de Grecia, el efecto sistémico será menor, dado que las deudas públicas de otros países de la periferia mediterránea han emigrado a sus países de origen a través de un proceso de reinternar de las deudas soberanas. La naturaleza de la economía española no es la de una moneda fuerte. Yo pienso que los países del sur no podrán tolerar un periodo sin inflación con una moneda fuerte, y una deuda pública tan importante no es posible. Llegará un momento, un acontecimiento inesperado, que provocará un choque en el sistema. Estoy seguro de ello, una deuda tan importante no es posible. Estoy convencido de ello, pero cuándo va a llegar ese punto de ruptura, no lo sé. ¿Qué sistema económico saldrá de esta crisis? Pienso que habrá un capitalismo diferente. Al principio, se tendrá que limpiar el pasivo social, es decir el pasivo social que ha sido impuesto por las generaciones pasadas y el capitalismo atravesará dos fases. En primer lugar, habrá mucha más participación del Estado para ayudar a atravesar esta fase de ajustamiento del pasado. El Estado será necesario para calmar las economías, para asegurar el orden social, el orden fiscal y gestionar sus problemas de deuda. Entonces habrá mucho más Estado durante un cierto tiempo. Y espero que ello desemboque en otro capitalismo, espero que sea mucho más solidario y más cooperativo. También me gustaría señalar que el capitalismo actual es malsano, por una razón de izquierdas y otra de derechas. La izquierda ha confiscado el futuro de los jóvenes en beneficio de las generaciones adultas, lo que no es óptimo para los jóvenes. En cuanto a la derecha, no ha regulado suficientemente la economía. [Este artículo pertenece a la revista Alternativas Económicas. 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Sebastião Salgado planteó el proyecto Génesis como la última gran aventura de su vida. Durante ocho años reflejó comunidades indígenas, paisajes y fauna de la naturaleza más frágil del planeta. El resultado pudo verse por capítulos en la prensa cuando aún existía papel para la profundidad y la calma. Ahora Génesis constituye una extraordinaria exposición que recorre ciudades de todo el mundo y que acaba de recalar en Caixa Fòrum, en Barcelona, hasta el 8 de febrero del 2015 y por iniciativa de Obra Social La Caixa. Es una gran historia de la naturaleza y el ser humano, de las mismas dimensiones que las ya míticas Trabajadores (1993) y Éxodos (2000). Y, por fortuna, no ha sido la última. Sebastião Salgado acaba de cumplir 70 años y sigue con la cámara al hombro, con su blanco y negro, con todos los matices del gris, con las copias artesanales que luego se convierten en codiciadas piezas de coleccionista. Sigue también en el cine gracias a La sal de la tierra, un documental realizado por Wim Wendders y el hijo del propio Salgado, Juliano, que le acompañó en varios de los 32 viajes de Génesis. Después de recorrer todo el mundo con el proyecto Génesis, ahora ha concentrado su trabajo en las comunidades indígenas de Brasil. ¿Es un regreso a los orígenes, cuando usted era un economista comprometido con las comunidades más desfavorecidas?Génesis Mi voluntad es contribuir al reconocimiento de los indígenas. Que las próximas generaciones tengan otra sensibilidad respecto a los pueblos ahora amenazados. El 13 por ciento de Brasil es territorio indígena y, a diferencia de otros países donde fueron confinados en verdaderos campos de refugiados, existen comunidades que conservan su hábitat. ¿Pero hasta cuándo? La cultura indígena está amenazada por la presión agrícola y minera, por los buscadores de oro, que son decenas de miles de personas que penetran en un territorio y lo destruyen desde el punto de vista ecológico. ¿No son conscientes los brasileños de que este patrimonio humano y natural está en peligro? Los portugueses iniciaron la colonización de Brasil con 1.500 hombres. Durante cincuenta años no llegó ni una mujer. La población creció a partir de aquí, a partir de la relación de los portugueses con mujeres indígenas. Luego hubo el tráfico de esclavos procedente de África. Nuestras raíces son la mezcla. Todo nuestro origen tiene sangre indígena. La buscamos en Portugal, en Italia, en Alemania, en España, en Japón… pero nuestra sangre está aquí. Por eso les debemos un gran respeto a los indígenas. Cómo he podido comprobar en Génesis, el vínculo entre el ser humano y la naturaleza es muy estrecho. Si defendemos a las comunidades indígenas también defendemos la naturaleza, y viceversa. Las nuevas generaciones deben ser plenamente conscientes de ello. Quiero que mi trabajo sirva para las escuelas, para las universidades, para que en el futuro se respete la cultura indígena ¿Qué más puede hacer un fotógrafo ante este desafío? Existen más de cien grupos ‘no contactados’ es decir, que no han tenido nunca relación con otras civilizaciones. Tenemos que preservar su mundo. Proteger a los pueblos indígenas es proteger también el Amazonas. Por ejemplo, acabo de hacer un reportaje sobre la tribu Awa, que estaba sometida a una presión insoportable. Su tierra fue invadida por más de cuatrocientas explotaciones forestales. La publicación del reportaje en la prensa brasileña forzó la intervención de las autoridades. El Gobierno federal envió al ejército y a la policía y hemos logrado preservar la reserva de los Awa. Es un territorio de las dimensiones de Bélgica, pero está totalmente cercado por la llamada civilización. Y tiene el valor, además, que en su interior aún viven tres grupos que no han sido contactados Un reportaje con unas consecuencias directas sobre la realidad. ¿Es como un regreso al fotoperiodismo de siempre? Yo diría que siempre he hecho mis historias. Mi trabajo es mucho más fotografía documental que fotoperiodismo. Mi trabajo es una dedicación a largo plazo a las historias que interesaban al fondo de mí alma. Eran ‘mis historias’, no ‘encargos’ periodísticos. A Éxodos dediqué cinco años y a Génesis ocho años. Por desgracia somos muy pocos fotógrafos los que podemos trabajar así. Periodismo, fotografía documental, arte… Sí, la fotografía se ha convertido en un gran negocio como arte. La revolución digital ha hecho que una fotografía puede multiplicarse miles de veces. Deja de ser una fotografía y se convierte en una imagen. Y por la que ya nadie paga. Esto afecta también a nuestras vidas. Antes la fotografía se guardaba físicamente, era nuestro archivo, nuestra memoria. Hoy la imagen se toma con un teléfono, se transmite, se ve en pantallas. Es otro concepto. En la medida que el mundo se llena de imágenes fugaces cobra cada vez más valor la fotografía como objeto, incluso como obra de coleccionista. ¿El riesgo es que la fotografía se convierta en una pieza de galería? Es verdad. Por ejemplo, una vez al año se celebra el certamen Paris Foto y cientos de galerías se llenan de fotografías, pero la mayoría tienen poco interés. Porque son fotografías realizadas para estar allí, para ser expuestas. Mi obra no ha sido hecha para estar en una galería. Tiene otros objetivos. Si después se expone en una sala no es lo esencial. En aquellas galerías, las fotografías que tienen poder son las de Cartier-Bresson o Robert Capa, o los grandes maestros, que hicieron fotos como las mías, con un propósito, no como fotos para estar en una sala de exposiciones. Génesis, por ejemplo, ha sido para mí un viaje interior, como una carta de amor a la tierra, al 46% del planeta que permanece en el estado en el que se hallaba en época del Génesis. Yo buscaba esta pureza. Pero si la fotografía queda atrapada entre la multitud de imágenes digitales y las salas de exposiciones, ¿Qué espacio le queda al fotoperiodismo? Por desgracia, le queda muy poco espacio. Nada. A mí me respetan como un creador, pero el fotoperiodismo que refleja los conflictos es obra de jóvenes freelance que arriesgan sus vidas, no de la apuesta de grandes medios de comunicación. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Hemos cambiado la ética por el lucro. Los valores ahora son rentabilidad, liberalismo, productividad… La dinámica informativa es tan acelerada que agota a las sociedades, genera agresividad. Vivimos en otro mundo en el que hemos participado todos. Que tiene nuestro consentimiento. Es como si estuviésemos dentro de un acelerador de partículas. Es una evolución en un sentido que no me gusta. Pero tampoco me siento capaz de juzgar esta nueva época.
Pàmies y la "dulce revolución"
El Kings College de Londres ha fichado al científico del CSIC Öscar Marín para dirigir su Centro de Neurobiología del Desarrollo