Se conoce como Los Beatos a los manuscritos de los siglos X y XI, más o menos abundantemente ilustrados, donde se copian el Apocalipsis de San Juan y los Comentarios sobre este texto redactados en el siglo VIII por el Beato de Liébana. Escribió los Comentarios al Apocalipsis de San Juan (Commentarium in Apocalypsin), en el año 776. Diez años después, en el 786, redacta la versión definitiva. En esta versión pretende hacer frente a la crisis por la que pasaba la Iglesia en aquellos años e intenta demostrar que está en posesión de la traditio sobre la llegada y predicación del Apóstol Santiago en España. Para ello se basa en ciertos escritos del libro Breviario de los Apóstoles. El Apocalipsis de Juan es el último libro del corpus bíblico cristiano. La clase literaria apocalíptica (del griego apocalupteïn, revelar) florece en el período intertestamentario (entre el II siglo antes de J.-C. y el I siglo antes de J.-C.) encuentra sus raíces, no en el Nuevo Testamento, sino en los últimos libros del Antiguo, en particular, algunas partes del Libro de Daniel (escrito hacia 167 antes del J.C.): el Apocalipsis tiene entonces más relaciones conceptuales y de contexto con la cultura semítica del Antiguo Testamento que con el mundo de los Evangelios. El Apocalipsis de Juan se redactó en el último tercio del siglo I, durante las persecuciones de Néron, después de la de Domiciano contra los cristianos que se negaban a rendir culto el Emperador. Un apocalipsis es un "descubrimiento" del futuro, revelado a un alma y transcrita bajo una forma poética más o menos críptica. Es un discurso escatológico. Se calificaron los Apocalipsis de "Evangelios de la Esperanza", ya que anuncian a poblaciones martirizadas que el mal histórico consigue una felicidad eterna. El texto parece generalmente oscuro a los que no están iniciados en la cultura bíblica: destinado a los creyentes y a ellos sólo, hace referencia a la Historia Santa y a libros proféticos del Antiguo Testamento. Es pues una concepción de la Historia destinada a mostrar a los que sufren cómo el Bien Supremo se encontrará al término de una marcha históricamente necesaria a través del Mal. Los colores de las pinturas son el rojo (más o menos oscuro), el ocre, el verde oscuro, el rosa-malva, el azul oscuro, púrpura, anaranjado, y sobre todo el amarillo huevo muy luminoso, muy intenso, consustancial a la pintura mozárabe. Se emplea el negro también. El azul claro y el gris son raros. Los colores "calientes" son los predominantes: rojo, anaranjado, amarillo.Los colores son puros, sin medias tintas, sin mezclas, sin transiciones de uno a otro los pintores de los Beatos no buscan una adecuación con el mundo de la percepción. La realidad que dan a conocer es de carácter espiritual.Los artistas de los siglos X y XI, solucionaron el problema desrealizando las escenas, renunciando a todo elemento de decorado inútil con el fin de no sumergir la mirada del lector en todo lo que descartaría el espíritu de la parte fundamental. Las miniaturas entonces son liberadas, purificadas de todo lo que puede darse por anecdótico. Para saber más sobre los Beatos o para verlos a mayor tamaño, y en variedad de imágenes enlaza con Wikipedia
Beato de Liébana Facundus MS Madrid Vit. 14-2 fol-287r [1047 CE] Source: Biblioteca digital Hispanica - Manuscrito de la B.N. Madrid Vit. 14-2 bibliotecadigitalhispanica.bne.es/R?RN=658032558
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El Beato de Ginebra es un códice casi completo de los comentarios al Apocalipsis de San Juan. ¿Quieres conocer sus secretos? Entra y consúltanos.
Por lo que es más conocido el Beato de Liébana es, sin duda, por su códice llamado "Comentarios al Apocalipsis de San Juan", basado en ,textos de dos padres africanos (Primario y Ticonio), más algunos otros de Apringio de Beja, de los siglos V y VI. Hacia el año 776, un monje llamado Beato, quizás abad del monasterio de Santo Toribio de Liébana, escribió una obra titulada Comentarios al Apocalipsis que tuvo un extraordinario éxito durante cinco siglos. Gracias a su extensa cultura, Beato combinó en este texto, a modo de summa, muchos comentarios que habían realizado sobre el tema autores como San Ireneo de Lyon, San Gregorio Magno, San Isidoro de Sevilla y el erudito del siglo IV Ticonio. El género de la literatura apocalíptica, que surgió en el ambiente judaico hacía el siglo II a. C., nunca había dejado de cultivarse. Beato, tan obsesionado como sus contemporáneos por el inminente advenimiento del fin del mundo, que según el cálculo de las seis edades sucedería en el año 800 (838 en la era española), escribió la obra para edificación de sus monjes, insistiendo en que, tras las aterradoras catástrofes finales anunciadas por Juan el Evangelista, el bien triunfaría sobre el mal. No se conserva el códice original de Beato, que es muy probable que estuviera iluminado. Pasó la fecha temida sin que nada sucediera, pero siguieron realizándose copias en los monasterios del norte peninsular (solo un manuscrito existente es originario de otro país). Después llegaría el temido año 1000, y otras fechas aterradoras, así que el texto, ya indisolublemente unido a un ciclo fijo de ilustraciones, siempre tenía sentido para los lectores. Han sobrevivido treinta y cinco copias manuscritas que datan de los siglos IX al XIII. A cada una de ellas, por extensión semántica, se las denomina beato y 26 de ellas están iluminadas. Dos se conservan en la Biblioteca Nacional de España. Aquí se muestra uno de los más bellos ejemplares, el códice Vitr/14/2, encargado en 1047 por el rey Fernando I y doña Sancha, que quizás realizó Facundo en San Isidoro de León. Sus 98 miniaturas, dotadas de sorprendente expresividad, se distribuyen en su mayoría sobre franjas horizontales de vivos colores, en un peculiar e inconfundible estilo que mezcla el románico con diversas influencias mozárabes y norteafricanas. Se destacan las miniaturas de los Cuatro Jinetes, la visión de la Jerusalén celestial, la serpiente de las siete cabezas y la destrucción de Babilonia. En poder del marqués de Mondéjar desde el siglo XVII, el manuscrito fue requisado junto con el resto de su biblioteca por Felipe V en la guerra de Sucesión. Este libro debió ser terminado alrededor del año 786. Las explicaciones sobre las revelaciones de San Juan afianzaban en la fé la inquietud espiritual de los creyentes, preocupados por los males de su tiempo, el "fin del mundo" (el temible y desconocido fin de milenio) y la muerte. Tales catástrofes se veían personificadas en España por la invasión islámica y el fin del Reino Cristiano Visigodo. Démonos cuenta de que estamos en una sociedad iletrada, en que la iglesia va a servir de puente cultural entre la tradición romano-visigoda y el Renacimiento, pero cobrándose un precio: Sólo quien fuese fiel seguidor de sus normas conseguiría escapar de una condenación eterna plena de horrísonos castigos. Y a los iletrados, se les adoctrinaba con la imagen.. Colorines, truculencia y cuerpos... Es la obra más destacada entre todos los códices medievales. Está realizado en pergamino, con ilustraciones a los comentarios de los diez libros del Apocalipsis, que están escritos en tono milenarista. Sus características más señaladas son su fuerte cromatismo, las figuras fantásticas y la marcada narratividad, que confiere expresividad a sus pinturas figurativas. La peculiar y misteriosa estética de estas miniaturas mozárabes siempre ha magnetizado a quien las ha visualizado. Lo fundamental de las mismas es la expresividad del dibujo mediante una alineación firme, con rayas que llevan en sí una intención expresiva, remarcando el significado mediante la intensidad del trazo. Su desarrollo es plano, hierático, carente de claroscuros y perspectivas espaciales, de intenso color, ... Todo colabora para lograr una gran vitalidad y un profundo dramatismo. Las figuras se colocan escalonadamente. Las de las personas quedan supeditadas a los ropajes, que adquieren protagonismo, y los ojos y las manos son resaltados -como ocurrirá luego en el románico- para intensificar la tensión espiritual. Los fondos son de gran intensidad cromática, representando paisajes idílicos y, a veces, están divididos en fajas de diferentes colores, fuertes y llameantes. A partir de aquella fecha se copiaron múltiples ejemplares de dicho códice original "Comentario al Apocalipsis de San Juan", a los que se denomina de manera simplificada "Beatos", añadiéndoles el nombre del lugar donde se había llevado a cabo la copia o de aquel donde se conservan. Lo importante no es el texto en sí sino las miniaturas que lo acompañan. No cabe duda que los Beatos son los manuscritos medievales más valorados y estudiados. Se han publicado muchas obras sobre ellos en diversos idiomas y se han editado láminas reproduciéndolos, así como facsímiles de impecable calidad. A ello ha contribuido la enigmática belleza de su arte y, por qué no decirlo, lo "misterioso y turbador" (según el profesor Yarza) del texto del Apocalipsis. El exótico y misterioso expresionismo de las miniaturas de los Beatos del periodo prerrománico se ha atribuido a una conjunción de influencias artísticas que van desde lo tardorromano y bizantino, lo visigótico, lo carolingio y, por supuesto, lo musulmán de Al-Andalus. Los Beatos "Mozárabes" conservados desde el siglo IX son 27 y de ellos 24 presentan miniaturas. Completos.., van del siglo X al XIII. Los más antiguos se consideran prerrománicos, por haberse realizado en los siglos IX y X, evolucionando posteriormente su estilo al románico pleno (siglos XII y XIII). En concreto hay: Una hoja suelta de Silos. Siglo IX Ocho del siglo X Seis del XI Nueve del XII Dos del XIII Una hoja del siglo XIII en la Colección Ryland (Mánchester). Antes de seguir, he de aclarar que acudo a la denominación "mozárabe" por tradición y porque así se encuentra en la mayoría de las fuentes, pero, como indica el citado profesor Yarza, es completamente falso que los Beatos fueran obras de artistas mozárabes, sino que están realizados en los monasterios del Reino de León (León, Zamora, Palencia...), eso sí, en el Periodo del Arte Prerrománico que se suele denominar Mozárabe (siglos IX y X hasta la llegada del Románico), desde que apareciera tal denominación artística en los estudios y publicaciones de don Manuel Gómez Moreno. Las miniaturas de todos los Beatos hacen referencia al propio Apocalipsis, no a los Comentarios, por lo que se cree que se copiaron a partir de un libro visigodo del texto juanino. Éste sería el prototipo del que descienden los demás. Después, son varias las ramas estilísticas, pero no iconográficas, en que ese primer prototipo se halla diversificado. Aunque en cada copia de beato se manifiesta la genialidad de su artífice y las modas de cada época, su iconografía permanece rígidamente invariable. Esta repetición hubiera sido imposible sin la sujeción a un solo prototipo. El famosísimo Beato de Gerona (970) fue realizado por el monje Emeterio y la monja Eude (la única mujer que llevó a cabo esta labor) en el siglo X. Tiene 568 folios escritos a dos columnas y 114 miniaturas (alguna de ellas a toda página e incluso doble página), y es el beato que más ilustraciones ha conservado. Fue donado a la Catedral de Gerona en 1078. Se cree que su origen es leonés y que posiblemente se llevó a cabo en el Monasterio de Tábara, en la provincia de Zamora. El Beato de Gerona es un manuscrito miniado que tiene 284 folios, está escrito en letra visigótica a dos columnas. Es como todos los Beatos un Comentario al Apocalipsis hecho por Beato de Liébana. Contiene 115 miniaturas, muchas ocupan todo. El estilo demuestra la habilidad y sutileza de la miniadora o iluminadora, y es uno de los Beatos más ilustrados y de los mejores que han llegado hasta nosotros. La alfa iluminada Esta α de gran tamaño tiene un sentido apocalíptico. Esta letra pertenece al conjunto de grandes iniciales ornamentales. La letra en sentido material marca el inicio del libro en alusión a la leyenda apocalíptica: "Ego sum alfa et omega". Pero aquí va más allá, el centro de la letra lo ocupa una Maiestas, que es la alfa y la omega portadora de una esfera del mundo. El trazado del resto de la letra es muy complejo. Los detalles de naturalismo están presentes en las dos aves que cogen con el pico el último trazo que cae de la parte central de la letra. Un elemento singular de esta letra es que tiene una banda horizontal que sirve de estrado para la representación de ocho autores que utiliza el Beato. En grupos de dos, de pie, ante un atril, en el que se supone que ponían sus libros, nos permite ver el sentido de la mesura y del orden que caracteriza el trabajo del artista de este Beato. Mujer sobre la bestia roja (folio 63) La imagen emblemática del Beato de Girona es “la mujer sobre la bestia”, que lleva en la mano el cáliz de sus abominaciones, el cual levanta triunfante por encima de la cabeza. Cabalga a lomos de la bestia roja, una especie de caballo rojo con cola que acaba en cabeza de serpiente. El caballo tiene ante sí un árbol de copa redonda, espléndido, que recuerda modelos musulmanes. La palmera de los justos (f. 147v.) El Beato habría tomado prestado un texto de Gregorio Magno en relación al significado de las palmas y propone una identificación de la palmera con los justos. La palmera es un árbol,cuyo tronco es más estrecho en la base y se vuelve más grueso hacia arriba, por lo que se compara con la vida de los justos y se contrapone a otros árboles que representan a las almas terrenales que empiezan anchas en esta vida y poco a poco se van adelgazando en lo espiritual. La escena de la Palmera es una especie de escena de género, en la que la importancia la tiene la palmera, han desaparecido los justos, y lo que vemos es que quieren subir al árbol dos hombres desnudos o casi desnudos, uno armado con una hacha como si tratara de talar alguna palma. Cuesta mucho leer las inscripciones, y no tienen relación con el texto bíblico, sino con las escenas que tenemos delante nuestro. Maiestas Domini Beato de Gerona f2r Esta imagen representa al Cristo Pantocrator, o sea el Omnipotente, que viene en la gloria de su divinidad, representada por sus cándidas vestiduras, al final de los tiempos. El Cristo Pantocrator expresa la espera escatológica de la asamblea cristiana y de todo la Humanidad. En su mano izquierda está el Libro de la Vida (en el que todo está escrito), mientras sostiene en su mano derecha una esfera, sobre la que está escrita la palabra "mundus", significando que contemplamos la imagen de "Christus" como “Rex” del “Mundus” ("Mundi"), entendiendo como tal un Cosmos en el que el centro es la Tierra; por eso se ve un círculo oscuro (la bola del mundo, el cosmos) cuyo centro es un puntito negro (la Tierra). En relación al entorno de la imagen de Cristo, hay que tener presente que a lo largo de la Historia del Arte, las asociaciones Sol-Luna tienen una misión muy clara y en el caso de la iconografía cristiana también. Sol-Helios (color dorado del fondo) es imagen clarividente de Cristo como “Lux” (Ley-Doctrina) del “Mundus-Mundi", es decir, la luz que todo lo ilumina; mientras que Luna-Selene simboliza a la “lux” que ilumina las Tinieblas (caos, desorden, piélago), la luz que "barre" la oscuridad. En iconografía cristiana Luna = Iglesia. Los cuatro semicirculos de las esquinas son imagen de los cuatro Evangelistas que anuncian la venida de Cristo al mundo: El Tetramorfos. Una interpretación popular lo asociaba a que Jesús nació como un ángel, vivió como un león, fué muerto como un toro y ascendió al Cielo como un águila. La Quinta Trompeta Beato de Gerona f154v La imágen anterior corresponde al momento en que el Quinto Ángel toca la trompeta. Jacobus Hispania Beato de Gerona ff52v53r Mensaje a la Iglesia de Éfeso Beato de Gerona Recurro a un enlace (Mensaje a las Siete Iglesias) para evitar que este artículo se haga más extenso de lo que ya es. He elegido de nuevo esta escena porque tenemos la idea de que toda la iconografía medieval es muy recargada... Pues no; observen que prodigio de sencillez, de color y de luz... En "The Art of Medieval Spain" , John Williams llama al Beato de Gerona, uno de los más ricamente decorado y de los mejor documentados. Este códice (como ya pudimos observar contiene los Comentario al Apocalipsis,por Beato de Liébana,además de la recopilación original del Beato de comentarios sobre el Libro del Apocalipsis... http://www.valledeliebana.info/reportajes/personajes/beato.html#:~:text=Beato%20fue%20famoso%20por%20defender,sobre%20el%20Apocalipsis%20de%20San https://www.moleiro.com/es/libros-de-arte/estudio-del-beato-de-girona.html https://es.wikipedia.org/wiki/Beato_de_Gerona
http://www.warfare.altervista.org/12/Beatus-Silos.htm The manuscript was copied in 1090 and the illuminations completed in 1109 in the Spanish monastery of Santo Domingo de Silos, near Burgos. Commentary on the Apocalypse by Beatus of Liébana, Spain, 1090-1109AD British Library Add. MS 11695.
Beato de Liébana Facundus MS Madrid Vit. 14-2 fol-269r [1047 CE] Source: Biblioteca digital Hispanica - Manuscrito de la B.N. Madrid Vit. 14-2 bibliotecadigitalhispanica.bne.es/R?RN=658032558
Les Beatus sont des manuscrits ibériques des Xe, XIe et XIIe siècles, plus ou moins abondamment enluminés, où sont copiés notamment les Commentaires de l'Apocal...
El Monasterio de Santo Toribio de Liébana es un monasterio franciscano localizado en el municipio de Camaleño y próximo a Pote...
Por lo que es más conocido el Beato de Liébana es, sin duda, por su códice llamado "Comentarios al Apocalipsis de San Juan", basado en ,textos de dos padres africanos (Primario y Ticonio), más algunos otros de Apringio de Beja, de los siglos V y VI. Hacia el año 776, un monje llamado Beato, quizás abad del monasterio de Santo Toribio de Liébana, escribió una obra titulada Comentarios al Apocalipsis que tuvo un extraordinario éxito durante cinco siglos. Gracias a su extensa cultura, Beato combinó en este texto, a modo de summa, muchos comentarios que habían realizado sobre el tema autores como San Ireneo de Lyon, San Gregorio Magno, San Isidoro de Sevilla y el erudito del siglo IV Ticonio. El género de la literatura apocalíptica, que surgió en el ambiente judaico hacía el siglo II a. C., nunca había dejado de cultivarse. Beato, tan obsesionado como sus contemporáneos por el inminente advenimiento del fin del mundo, que según el cálculo de las seis edades sucedería en el año 800 (838 en la era española), escribió la obra para edificación de sus monjes, insistiendo en que, tras las aterradoras catástrofes finales anunciadas por Juan el Evangelista, el bien triunfaría sobre el mal. No se conserva el códice original de Beato, que es muy probable que estuviera iluminado. Pasó la fecha temida sin que nada sucediera, pero siguieron realizándose copias en los monasterios del norte peninsular (solo un manuscrito existente es originario de otro país). Después llegaría el temido año 1000, y otras fechas aterradoras, así que el texto, ya indisolublemente unido a un ciclo fijo de ilustraciones, siempre tenía sentido para los lectores. Han sobrevivido treinta y cinco copias manuscritas que datan de los siglos IX al XIII. A cada una de ellas, por extensión semántica, se las denomina beato y 26 de ellas están iluminadas. Dos se conservan en la Biblioteca Nacional de España. Aquí se muestra uno de los más bellos ejemplares, el códice Vitr/14/2, encargado en 1047 por el rey Fernando I y doña Sancha, que quizás realizó Facundo en San Isidoro de León. Sus 98 miniaturas, dotadas de sorprendente expresividad, se distribuyen en su mayoría sobre franjas horizontales de vivos colores, en un peculiar e inconfundible estilo que mezcla el románico con diversas influencias mozárabes y norteafricanas. Se destacan las miniaturas de los Cuatro Jinetes, la visión de la Jerusalén celestial, la serpiente de las siete cabezas y la destrucción de Babilonia. En poder del marqués de Mondéjar desde el siglo XVII, el manuscrito fue requisado junto con el resto de su biblioteca por Felipe V en la guerra de Sucesión. Este libro debió ser terminado alrededor del año 786. Las explicaciones sobre las revelaciones de San Juan afianzaban en la fé la inquietud espiritual de los creyentes, preocupados por los males de su tiempo, el "fin del mundo" (el temible y desconocido fin de milenio) y la muerte. Tales catástrofes se veían personificadas en España por la invasión islámica y el fin del Reino Cristiano Visigodo. Démonos cuenta de que estamos en una sociedad iletrada, en que la iglesia va a servir de puente cultural entre la tradición romano-visigoda y el Renacimiento, pero cobrándose un precio: Sólo quien fuese fiel seguidor de sus normas conseguiría escapar de una condenación eterna plena de horrísonos castigos. Y a los iletrados, se les adoctrinaba con la imagen.. Colorines, truculencia y cuerpos... Es la obra más destacada entre todos los códices medievales. Está realizado en pergamino, con ilustraciones a los comentarios de los diez libros del Apocalipsis, que están escritos en tono milenarista. Sus características más señaladas son su fuerte cromatismo, las figuras fantásticas y la marcada narratividad, que confiere expresividad a sus pinturas figurativas. La peculiar y misteriosa estética de estas miniaturas mozárabes siempre ha magnetizado a quien las ha visualizado. Lo fundamental de las mismas es la expresividad del dibujo mediante una alineación firme, con rayas que llevan en sí una intención expresiva, remarcando el significado mediante la intensidad del trazo. Su desarrollo es plano, hierático, carente de claroscuros y perspectivas espaciales, de intenso color, ... Todo colabora para lograr una gran vitalidad y un profundo dramatismo. Las figuras se colocan escalonadamente. Las de las personas quedan supeditadas a los ropajes, que adquieren protagonismo, y los ojos y las manos son resaltados -como ocurrirá luego en el románico- para intensificar la tensión espiritual. Los fondos son de gran intensidad cromática, representando paisajes idílicos y, a veces, están divididos en fajas de diferentes colores, fuertes y llameantes. A partir de aquella fecha se copiaron múltiples ejemplares de dicho códice original "Comentario al Apocalipsis de San Juan", a los que se denomina de manera simplificada "Beatos", añadiéndoles el nombre del lugar donde se había llevado a cabo la copia o de aquel donde se conservan. Lo importante no es el texto en sí sino las miniaturas que lo acompañan. No cabe duda que los Beatos son los manuscritos medievales más valorados y estudiados. Se han publicado muchas obras sobre ellos en diversos idiomas y se han editado láminas reproduciéndolos, así como facsímiles de impecable calidad. A ello ha contribuido la enigmática belleza de su arte y, por qué no decirlo, lo "misterioso y turbador" (según el profesor Yarza) del texto del Apocalipsis. El exótico y misterioso expresionismo de las miniaturas de los Beatos del periodo prerrománico se ha atribuido a una conjunción de influencias artísticas que van desde lo tardorromano y bizantino, lo visigótico, lo carolingio y, por supuesto, lo musulmán de Al-Andalus. Los Beatos "Mozárabes" conservados desde el siglo IX son 27 y de ellos 24 presentan miniaturas. Completos.., van del siglo X al XIII. Los más antiguos se consideran prerrománicos, por haberse realizado en los siglos IX y X, evolucionando posteriormente su estilo al románico pleno (siglos XII y XIII). En concreto hay: Una hoja suelta de Silos. Siglo IX Ocho del siglo X Seis del XI Nueve del XII Dos del XIII Una hoja del siglo XIII en la Colección Ryland (Mánchester). Antes de seguir, he de aclarar que acudo a la denominación "mozárabe" por tradición y porque así se encuentra en la mayoría de las fuentes, pero, como indica el citado profesor Yarza, es completamente falso que los Beatos fueran obras de artistas mozárabes, sino que están realizados en los monasterios del Reino de León (León, Zamora, Palencia...), eso sí, en el Periodo del Arte Prerrománico que se suele denominar Mozárabe (siglos IX y X hasta la llegada del Románico), desde que apareciera tal denominación artística en los estudios y publicaciones de don Manuel Gómez Moreno. Las miniaturas de todos los Beatos hacen referencia al propio Apocalipsis, no a los Comentarios, por lo que se cree que se copiaron a partir de un libro visigodo del texto juanino. Éste sería el prototipo del que descienden los demás. Después, son varias las ramas estilísticas, pero no iconográficas, en que ese primer prototipo se halla diversificado. Aunque en cada copia de beato se manifiesta la genialidad de su artífice y las modas de cada época, su iconografía permanece rígidamente invariable. Esta repetición hubiera sido imposible sin la sujeción a un solo prototipo. El famosísimo Beato de Gerona (970) fue realizado por el monje Emeterio y la monja Eude (la única mujer que llevó a cabo esta labor) en el siglo X. Tiene 568 folios escritos a dos columnas y 114 miniaturas (alguna de ellas a toda página e incluso doble página), y es el beato que más ilustraciones ha conservado. Fue donado a la Catedral de Gerona en 1078. Se cree que su origen es leonés y que posiblemente se llevó a cabo en el Monasterio de Tábara, en la provincia de Zamora. El Beato de Gerona es un manuscrito miniado que tiene 284 folios, está escrito en letra visigótica a dos columnas. Es como todos los Beatos un Comentario al Apocalipsis hecho por Beato de Liébana. Contiene 115 miniaturas, muchas ocupan todo. El estilo demuestra la habilidad y sutileza de la miniadora o iluminadora, y es uno de los Beatos más ilustrados y de los mejores que han llegado hasta nosotros. La alfa iluminada Esta α de gran tamaño tiene un sentido apocalíptico. Esta letra pertenece al conjunto de grandes iniciales ornamentales. La letra en sentido material marca el inicio del libro en alusión a la leyenda apocalíptica: "Ego sum alfa et omega". Pero aquí va más allá, el centro de la letra lo ocupa una Maiestas, que es la alfa y la omega portadora de una esfera del mundo. El trazado del resto de la letra es muy complejo. Los detalles de naturalismo están presentes en las dos aves que cogen con el pico el último trazo que cae de la parte central de la letra. Un elemento singular de esta letra es que tiene una banda horizontal que sirve de estrado para la representación de ocho autores que utiliza el Beato. En grupos de dos, de pie, ante un atril, en el que se supone que ponían sus libros, nos permite ver el sentido de la mesura y del orden que caracteriza el trabajo del artista de este Beato. Mujer sobre la bestia roja (folio 63) La imagen emblemática del Beato de Girona es “la mujer sobre la bestia”, que lleva en la mano el cáliz de sus abominaciones, el cual levanta triunfante por encima de la cabeza. Cabalga a lomos de la bestia roja, una especie de caballo rojo con cola que acaba en cabeza de serpiente. El caballo tiene ante sí un árbol de copa redonda, espléndido, que recuerda modelos musulmanes. La palmera de los justos (f. 147v.) El Beato habría tomado prestado un texto de Gregorio Magno en relación al significado de las palmas y propone una identificación de la palmera con los justos. La palmera es un árbol,cuyo tronco es más estrecho en la base y se vuelve más grueso hacia arriba, por lo que se compara con la vida de los justos y se contrapone a otros árboles que representan a las almas terrenales que empiezan anchas en esta vida y poco a poco se van adelgazando en lo espiritual. La escena de la Palmera es una especie de escena de género, en la que la importancia la tiene la palmera, han desaparecido los justos, y lo que vemos es que quieren subir al árbol dos hombres desnudos o casi desnudos, uno armado con una hacha como si tratara de talar alguna palma. Cuesta mucho leer las inscripciones, y no tienen relación con el texto bíblico, sino con las escenas que tenemos delante nuestro. Maiestas Domini Beato de Gerona f2r Esta imagen representa al Cristo Pantocrator, o sea el Omnipotente, que viene en la gloria de su divinidad, representada por sus cándidas vestiduras, al final de los tiempos. El Cristo Pantocrator expresa la espera escatológica de la asamblea cristiana y de todo la Humanidad. En su mano izquierda está el Libro de la Vida (en el que todo está escrito), mientras sostiene en su mano derecha una esfera, sobre la que está escrita la palabra "mundus", significando que contemplamos la imagen de "Christus" como “Rex” del “Mundus” ("Mundi"), entendiendo como tal un Cosmos en el que el centro es la Tierra; por eso se ve un círculo oscuro (la bola del mundo, el cosmos) cuyo centro es un puntito negro (la Tierra). En relación al entorno de la imagen de Cristo, hay que tener presente que a lo largo de la Historia del Arte, las asociaciones Sol-Luna tienen una misión muy clara y en el caso de la iconografía cristiana también. Sol-Helios (color dorado del fondo) es imagen clarividente de Cristo como “Lux” (Ley-Doctrina) del “Mundus-Mundi", es decir, la luz que todo lo ilumina; mientras que Luna-Selene simboliza a la “lux” que ilumina las Tinieblas (caos, desorden, piélago), la luz que "barre" la oscuridad. En iconografía cristiana Luna = Iglesia. Los cuatro semicirculos de las esquinas son imagen de los cuatro Evangelistas que anuncian la venida de Cristo al mundo: El Tetramorfos. Una interpretación popular lo asociaba a que Jesús nació como un ángel, vivió como un león, fué muerto como un toro y ascendió al Cielo como un águila. La Quinta Trompeta Beato de Gerona f154v La imágen anterior corresponde al momento en que el Quinto Ángel toca la trompeta. Jacobus Hispania Beato de Gerona ff52v53r Mensaje a la Iglesia de Éfeso Beato de Gerona Recurro a un enlace (Mensaje a las Siete Iglesias) para evitar que este artículo se haga más extenso de lo que ya es. He elegido de nuevo esta escena porque tenemos la idea de que toda la iconografía medieval es muy recargada... Pues no; observen que prodigio de sencillez, de color y de luz... En "The Art of Medieval Spain" , John Williams llama al Beato de Gerona, uno de los más ricamente decorado y de los mejor documentados. Este códice (como ya pudimos observar contiene los Comentario al Apocalipsis,por Beato de Liébana,además de la recopilación original del Beato de comentarios sobre el Libro del Apocalipsis... http://www.valledeliebana.info/reportajes/personajes/beato.html#:~:text=Beato%20fue%20famoso%20por%20defender,sobre%20el%20Apocalipsis%20de%20San https://www.moleiro.com/es/libros-de-arte/estudio-del-beato-de-girona.html https://es.wikipedia.org/wiki/Beato_de_Gerona
Beato de Liébana Facundus MS Madrid Vit. 14-2 fol-271r [1047 CE] Source: Biblioteca digital Hispanica - Manuscrito de la B.N. Madrid Vit. 14-2 bibliotecadigitalhispanica.bne.es/R?RN=658032558
Beato de Liébana ( 701?–798 ) Fue un monje del Monasterio de San Martín de Turieno ( actualmente Monasterio de Santo Toribio de Liébana ), en la comarca de Liébana ( Cantabria ), en las estribaciones de los Picos de Europa. Su obra más conocida es el Comentario al Apocalipsis de San Juan ( Commentarium in Apocalypsin ), de gran difusión durante la Alta Edad Media, debido a su trabajo en el campo de la teología, política y geografía. De su obra Comentario al Apocalipsis de San Juan se realizaron varios manuscritos por distintos scriptoriums de diversos monasterios durante los siglos X, XI, y XII, a estas copias se les denomina “ Beatos “ o “ Beatus “ A partir del primer beato de Liébana En azul Beatos de anteriores entradas, en rojo el actual. -------- Es tan sumamente difícil describir o analizar pictoricamente estas maravillas, que uno puede pegarse grandes resbalones y cometer una atrocidad, pero callarse también provoca un cierto agravio. No creo correcto que su "supuesta inocencia " se aproxime a un estilo Naïf, su aparente simplicidad se aparta de los cánones establecidos, las composiciones en absoluto complicadas refuerzan la comunicación directa de la temática, la libertad es patente en la ejecución y es la principal aportación para que sean auténticas joyas. Muchos " artistas " actuales quisieran que sus obras al cabo de mil años conservasen ese espíritu de modernidad que mantienen estas increíbles ilustraciones. No encuentro palabras para describir la impresión que me causa el concepto plástico del ejecutor. ¡ Que tremenda suerte poder tener acceso a estas imágenes ! JL.Coral Beato Facundo o de Fernando I y doña Sancha El Beato de Fernando I y doña Sancha (vitrina 14-2 de la Biblioteca Nacional de Madrid), es un manuscrito iluminado de mediados del siglo XI se llama así por el nombre del donante, Fernando I de León y Castilla, aunque también se le denomina Beato de Facundo por el nombre del copista, Beato de San Isidoro de León por ser la Basílica de San Isidoro de León el lugar donde se encontraba originalmente o Segundo Beato de la Biblioteca Nacional por ser la Biblioteca Nacional de España en Madrid el lugar donde se conserva actualmente con la referencia Vit. 14-2. El Beato de Fernando I y doña Sancha contiene el Comentario al Apocalipsis del Beato de Liébana, encuadernado en piel consta de 312 folios en pergamino (624 páginas a 2 columnas) con 35 líneas de escritura visigótica e ilustrado con 98 miniaturas. Sus miniaturas siguen la tradición de beatos anteriores, siguiendo un esquema estereotipado de simbolismo, con dibujo firme y preciso. Lo que le diferencia principalmente es su gama de colores brillantes, sobre todo por su excelente estado de conservación y por la elegancia de sus formas, donde las figuras estilizadas han perdido su hieratismo e introducen movimientos que dinamizan la imagen. Pertenece al llamado tercer estilo de los Beatos, románico, con mayores influencias internacionales. Facundo sigue meticulosamente la estructura de las miniaturas del Beato de la Seo de Urgell realizado en La Rioja o León en el año 975. También se inspira en el Beato de Valcavado, terminado por Oveco en el año 970 y es influenciado por el Beato Magio realizado alrededor del año 958 en el monasterio mozárabe de San Miguel de Escalada (León). Aunque no existe indicación más que del nombre del copista (Facundus scripsit), parece probable que se realizase en un scriptorium regio especializado como pudiese ser el de Sahagún (León). Es el más lujoso manuscrito ilustrado medieval miniado que tiene la Biblioteca Nacional de España. La obra que contiene es el Commentarium in Apocalypsin de Beato de Liébana. El códice fue copiado en León en 1047 por Facundo, se cree que en su totalidad, dada la regularidad de la escritura incluso en iniciales e inscripciones mayúsculas. No se conoce el nombre del iluminador, que realizó su tarea después de haberse completado la copia del texto. Encargado por los reyes Fernando I de Castilla y Sancha de León, es de suponer que el códice quedara en el aula regia hasta 1063, momento en que se trasladaría a la basílica de San Juan Bautista de León, que pasaba a denominarse de San Isidoro, al albergar las reliquias del santo en su nueva consagración. En junio de 1572 el códice seguía en San Isidoro de León, como lo testimonia Ambrosio de Morales. Pero poco después empezó a pasar de mano en mano. En la segunda mitad del siglo XVII, el Marqués de Mondéjar lo tenía en su poder. En la guerra de sucesión la biblioteca del marqués fue incautada por Felipe V y el manuscrito pasó en el primer decenio del siglo XVIII a la Biblioteca Real. Una vez allí fue encuadernado con piel estrezada, en el siglo XIX. En su visita a Léon, Ambrosio de Morales anota que estaba allí el 'Beato' de Valcavado (hoy en la Universidad de Valladolid). De esta copia proceden casi con seguridad los cinco primeros folios del manuscrito de Fernando y Sancha. Se trata de unas genealogías a las que les faltan las miniaturas, que nunca se pintaron. El mecenazgo de Fernando y Sancha El Beato 14-2 de la Biblioteca Nacional de España es el único códice de este género que no se copió para un monasterio entre los siglos X y XI. Fueron los monarcas Fernando I y Sancha, bajo cuyo reinado se reunificaron León y Castilla en 1037, quienes encargaron la obra junto con otras, en un mecenazgo cultural que tenía a la vez un interés religioso y político. A la muerte de Bermudo III, hijo de Alfonso V, el trono leonés pasó a su hermana Sancha y por tanto a Fernando, su esposo, un navarro, hijo de Sancho el Mayor, que había heredado la corona de Castilla. El monarca tuvo que vencer las reticencias de nobles como Laín Fernández, comes de León, y siempre puso por delante el título leonés a cualquier otro, llegando a asociar la idea de "imperium" a su dignidad de rey de León. En León estableció Fernando su centro de poder y a la ciudad dedicó construcciones y tesoros que fueron financiados con las incursiones de sus tropas hasta la frontera del Duero y hasta Coímbra. El reinado de Fernando I supuso la recuperación cultural del reino leonés, después de medio siglo de decadencia tras las destrucciones de al-Mansur, y las bases del románico. En 1063 al rey moro de Sevilla se le impone una paz que además de las parias incluye la entrega de las reliquias de Santa Justa. Pero los emisarios reales no consiguen dar con los restos de la santa y deciden llevarse los de San Isidoro. A él se dedicará el antiguo templo del monasterio de San Juan Bautista, que los reyes habían hecho restaurar con materiales más sólidos que los utilizados bajo Alfonso V y posiblemente añadir un panteón real, que sería la base del que realizó su hija Urraca. Con motivo de la consagración, los reyes donaron importantes piezas de artes suntuarias, producto del trabajo encargado por la corona a artesanos de la miniatura y el marfil: un crucifijo ebúrneo, un arca de marfil y oro para custodiar las reliquias de San Juan Bautista y San Pelayo, otros objetos preciosos de los que sólo se ha conservado memoria en el documento de donación y quizá el propio códice 'Beato'. Las obras de orfebrería y eboraria muestran un influjo otoniano que se explica por las relaciones entre León y Cluny, que el rey Fernando y el abad Hugo se encargaron de estrechar. Excepto Alfonso III, que organizó una biblioteca regia, ningún monarca asturiano ni leonés había encargado manuscritos hasta que lo hicieran Fernando I y Sancha, a cuyo patrocinio debemos el famoso 'Beato' y un Diurnal conservado en la Universidad de Santiago de Compostela. Es muy posible que el papel de la reina en todos estos encargos fuera muy relevante. Su mención en el laberinto del 'Beato' y su retrato en la miniatura del folio 6 del Diurnal dan testimonio de su participación activa en la política cultural de Fernando.Sancha no se conformó con la función de legitimación de la corona leonesa para su marido, sino que fue una colaborada eficaz de su esposo, a quien convenció de la conveniencia de hacerse enterrar en León en lugar de en Oña o Arlanza. En efecto, Fernando, un hombre profundamente religioso, sintiéndose enfermo en Valencia, pidió ser llevado a León, a donde llegaba el 24 de diciembre de 1065. De inmediato acude a San Isidoro a rezar y asiste a los maitines de Navidad con los monjes siguiendo la liturgia hispana. Dos días después, en la iglesia, se encomienda a Dios, despojándose de los atributos de su reinado, el manto y la corona, y tras dos días de penitencia muere, dejándonos un valioso legado cultural.
El Monasterio de Santo Toribio de Liébana es un monasterio franciscano localizado en el municipio de Camaleño y próximo a Pote...