En 1623, Diego Velázquez fue llamado a Madrid por orden del conde-duque de Olivares , ministro del rey Felipe IV. A sus 24 años, el pintor sevillano, formado en el taller de Francisco Pacheco , de quien se convirtió en yerno, había destacado ya por sus cuadros religiosos y costumbristas, muy influidos por el estilo tenebroso de Caravaggio.