Un plato sencillo y a la vez delicioso. Lo principal es contar con una buena materia prima. Ésta, es una de las comidas para cuando no te apetece mucho cocinar. De vez en cuando viene de maravilla. Para mi todo un lujo. Es tan sencillo que ni tan siquiera puede decirse que sea una receta de cocina. INGREDIENTES (Para 2 personas) 850 Gr. de patatas de buena calidad 1 Chorizo 3 Huevos Sal Aceite de oliva virgen extra (AOVE), para freír PREPARACIÓN Empezamos pelando, lavando y cortando las patatas de forma irregular, como si fueran para tortilla de patatas. Ponemos 2 dedos de aceite en la sartén y cuando empiece a humear, incorporamos las patatas. No es necesario que queden cubiertas por el aceite. Les ponemos sal, bajamos el fuego y las vamos haciendo a fuego medio, girándolas de vez en cuando con mucho cuidado para que no se rompan. Cuando ya están blandas, (lo comprobamos pinchándolas con la punta de un cuchillo), y empiezan a dorarse, probamos para ver como están de sal y rectificamos si es necesario. Les retiramos el aceite. Han tardado unos 35 minutos en hacerse. Mientras se estaban friendo las patatas, le retiramos la piel al chorizo y lo cortamos en daditos pequeños. Añadimos el chorizo a la sartén y subimos un poco el fuego para que se tuesten las patatas. Las tenemos un par de minutos, les damos la vuelta y las dejamos otro par de minutos. Quedarán algo pegadas entre si, tostadas por fuera y jugosas por dentro. Las sacamos a un plato o fuente. En el mismo aceite que hemos retirado, freímos los huevos, calentando mucho el aceite, los sacamos rápido para que no se cuaje la yema. Los ponemos sobre las patatas, los rompemos para que escurra la yema entre las patatas y a disfrutar con un buen trozo de pan.