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Hasta comienzos del siglo XX las mujeres del medio rural vasco vestían una falda bajo un delantal que la cubría total o parci...
Euskal jantziak josteko aholkuak/ apuntes costura trajes tradicionales vascos
Desde el siglo XVIII hasta comienzos del siglo XX la vestimenta de las mujeres de la costa vasca era muy similar a la de l...
Continúo mostrándoos otro de los comercios que desfiló ayer martes sobre la Pasarela Gasteiz On (como todos los días, a las 20:30h en el Museo Artium. Puedes conseguir tu invitación en los comercios participantes) Fueron seis los comercios que nos presentaron una parte de su colección para esta primavera/verano 2016: Boutique Patricia y Foncea Óptica Martínez de Lizarduy Lanas Maika Eguzkilore Ríos Moda Bordados Ainhoa En este post os voy a mostrar lo mejor que pueda el desfile de Bordados Ainhoa y digo lo mejor que pueda porque fue algo espectacular!!!! Tenéis que verlooo... Impresiionanteee... Emocionanteee... En cuanto suban el vídeo a Youtube os lo pongo aquí, pero de momento no está (cosas de la música usada y la SGAE)... Lo que sí voy a hacer es subir unos vídeos cortitos a mi Instagram para que os hagáis a la idea del derroche de arte que pudimos contemplar. Así que si los queréis ver, soy @makurrina. Pronto estarán subidos. Empezó con la presentadora Edurne haciendo una introducción: "Rojo, verde, blanco, azul, naranja, harán que Ainhoa Arrate y su colección 2016 despliguen una explosión de color, como si de fuegos artificiales se tratase. En el próximo desfile podrán ustedes disfrutar de la belleza de color de Euskadi, de su tradición aportando vida y dinamismo a sus diseños y a sus vestidos. Ainhoa Arrate ya es un símbolo de alegría, de Euskadi, de tradición... y va a firmar momentos únicos en nuestras fiestas vascas y bodas con arraigo." Todas esto suenan muy bonito de palabra pero una vez sobre la pasarela yo me quedé muda... El desfile comenzó con unas parejas que iban cruzando el escenario mostrando los preciosos diseños de Bordados Ainhoa. Todo parecía normal, una puesta en escena normal, como las demás, salvo por lo especial de los trajes y de repente todo cambió y esas parejas se sumergieron en un baile precioso, precioso, preciosoooooo... Repito: Tenéis que ver el vídeo. Y por si las emociones nos hubiesen sabido a poco, pensando que ya había acabado, pues nooooo... Tocó el turno a los niños a los que también les encanta vestir con estos trajes tan especiales. Y noooooo... Aún quedaba más!!! En Bordados Ainhoa también elaboran trajes de novio regionales y ya me extrañaba a mí que no cerrara el desfile una pareja de novios. Muy austeros (en especial ella) y de nuevo, oh sorpresa!!!! Él empieza bailando un Aurreskua la novia y de repente cambia la música, ella se retira la sobrefalda con un rápido movimiento y comienzan a danzar... Una danza que más que un baile era un diálogo. Impresionante. Vuelvo a repetir: Tenéis que ver el vídeo. Así que si ya os contaba en el primer post que escribí para presentaros a Bordados Ainhoa (podéis leerlo AQUÍ) que para estas Fiestas quería uno de sus vestidos, ahora lo necesitoooooooo (y apuntarme a danzas vascas también). ¿Dónde podéis encontrar a Bordados Ainhoa? BORDADOS AINHOA c/Siervas de Jesús 27 Bajo 01001 Vitoria-Gasteiz Álava (Spain) http://ainhoaarrate.com/ Teléfono: 945 121 286 / 644 568 825 Mail: [email protected] Facebook: Bordados Ainhoa Twitter: @aa_ainhoaarrate Edito esta entrada para añadir el vídeo del desfile completo. No os lo podéis perder. Si queréis, podéis suscribiros a mi blog, pasaros por Mi Instagram o por el resto de mis redes sociales Sígueme en...
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Nancy Albelda de Iregua, La Rioja: Es el traje que más recientemente se ha recuperado en la Comunidad Autónoma de La Rioja. Con...
Delantal de rayas fruncido con volante al bies en parte inferior. Este delantal lleva dos bolsillos plastrones a cada lado, adornado con ...
Olentzerorako erabiltzen ditugun arropak ikusita ("secci��n femenina" ematen dugu, denok igual-igual jantzita, batez ere mutilak), hona hemen argazki itxurako eredu batzuk, zuen modelitoak aldatzen joateko (Lokalean argazki aaaaaaaasko daude, interesa duenarendako). Talde argazkiak...
Tengo un pequeño recopilatorio de esquemas de trajes regionales. Espero que os gusten y que podamos ir ampliando la colección porque aun no estan todos. Supongo que a todos nos traeran algún recuerdo de las fiestas de nuestras respectivas tierras. Y si quereis mas por que no lo encontrais aquí, hay muchos en esta página: http://www.radikal.ru/USERS/annusja/spanish-ladies?pg=1
M ATERIAL NECESARIO * TELA: 1,50 m de largo para tela de 1,50 m de ancho. Consejo: son prendas holgadas, con man...
Sagasta (Abadiño) Si el euskera es el principal patrimonio inmaterial de los vascos, el caserío vasco (baserria en euskera) es el material y sus habitantes (baserritarrak en euskera) los principales depositarios de la ancestral cultura vasca. Se construyeron caseríos en los cuatrocientos años que pasaron entre los años 1500 y 1900 en Gipuzkoa, Bizkaia (excepto en su extremo occidental) y en los valles cantábricos de Araba y Navarra, coincidiendo con los territorios donde vivían los vascoparlantes (euskaldunak en euskera) de España. Todos los apellidos vascos son nombres de caseríos. Caserío de Ugarka (Zeanuri) El caserío de la fotografía superior, construido hacia el año 1530 en el barrio de Astarria, se encuentra abandonado y en ruina inminente. Parte de su tejado está hundido. Ha preservado íntegramente su estructura de postes de roble y los tabicajes y cerramientos realizados con tabla machihembrada y una cocina con fuego central y mesas abatibles. La planta baja es de mampostería. La parte inferior de la primera planta es de madera recubierta de argamasa y relleno, mientras que su parte superior y el desván están cerrados con tablones de madera. Caserío de Ugalde Goikoa (Orozko) En Bizkaia hay casi 16.000 caseríos y en Gipuzkoa más de 11.000. También los hay en el norte de Araba, Navarra, Lapurdi y Behe Nafarroa. Excepto algunas del pueblo de Pagola, las casas rurales de Zuberoa no son caseríos vascos, sino casas de tipo bearnés. Las casas rurales del extremo occidental de Bizkaia son de tipo cántabro. El caserío vasco es una vivienda unifamiliar, agropecuaria, autosuficiente y con vocación de aislamiento. Caserío de Uxuluze (Orozko) El caserío vasco es uno de los tipos de vivienda rural europea de mayor calidad constructiva. Si las construcciones de hormigón de hace 100 años ya necesitan reparaciones, se conservan caseríos de 500 años hechos de piedra y madera que no se han modificado en absoluto y que siguen en pie. El mejor momento de la arquitectura vasca se produjo en la parte final del reinado de los Reyes Católicos y durante el de Carlos V. Caserío de Legorburu (Orozko), quemado en la década de 1970 El caserío vasco se caracteriza por su volumen compacto y sin paredes compartidas con otras viviendas vecinas. Sólo alrededor del 20% del caserío se dedica a vivienda, la mayoría de las veces para una única familia; el resto se dedica a cuadra y almacén. Caserío de Isuntze (Berriz), barroco Los caseríos más aislados, que son tenidos como los más genuinos y antiguos, son en realidad los más recientes. Fueron los últimos en construirse y los primeros en abandonarse. Caserío en Zubialde (Zeberio) El historiador Alberto Santana en una entrevista dijo que el caserío es un edificio autista y antisocial, y aunque los caseríos solitarios son excepcionales, sus agrupaciones en aldeas o barrios (auzoak en euskera), habitualmente en número de 5 a 10, nunca forman calles, plazas u otros espacios de uso colectivo. Urigoiti (Orozko) La fachada siempre se orienta hacia el arco entre el Este y el Sur, sin tener en cuenta la orientación de los caseríos circundantes, al contrario de lo que sucede en Cantabria o Asturias. El caserío vasco tiene una planta cuadrangular de 150 a 400 metros cuadrados y no tiene voladizos ni patios interiores, casi siempre con tejado a dos aguas, pero a veces también a tres o cuatro vertientes. Caserío en Sautuola (Zeberio) Existen unos 20 tipos de caserío vasco dependiendo de la comarca, su función prioritaria y, principalmente, la época en que fue construido. El primero se edificó hacia el año 1490 y el último alrededor de 1900. Todos tienen dos o tres pisos: el inferior para la familia y sus animales domésticos y el superior para almacén de la cosecha. Caserío en Mendeika (Orduña) Los primeros se construyeron pensando en el ganado vacuno debido a que su crianza era prioritaria durante la Edad Media, mientras que en el siglo XVI ganaron importancia el trigo y la sidra, desplazados por el maíz en los siglos XVII y XVIII, y sólo desde mediados del siglo XIX empezaron a ser importantes los cultivos de patata, alubia y hortalizas. En el siglo XX los prados de siega y las plantaciones de coníferas exóticas sustituyeron a gran parte de los cultivos. Caserío de Ezterripa, Gederiaga (Abadiño) Durante la excavación arqueológica de varios caseríos se han encontrado los indicios de cabañas de madera medievales preexistentes. Eran chozas frágiles e incómodas con un esqueleto interior de postes y cuatro paredes externas con tablas verticales ensambladas. En las excavaciones de los caseríos aparecen los agujeros donde se fijaban los postes. Las cabañas medievales eran mucho más pequeñas que los caseríos vascos, ya que el lagar, los graneros, la pocilga y los rediles se encontraban en edificios separados. Al respecto pueden leerse las explicaciones y ver las ilustraciones referidas al caserío Besoitaormaetxea de Berriz. Caserío de Astobiza, Ziorraga (Amurrio), fotografía antigua Durante la gran crisis de mediados del siglo XIV los nobles vascos se apropiaban de gran parte de la producción de la población rural, que solicitaron ayuda a las villas e incluso a los reyes. En el año 1329, el concejo de Oiartzun (Gipuzkoa) escribió al rey Alfonso XI para pedirle que les defendiera de los abusos de la nobleza vasca: "sus casas de morada eran apartadas las unas de las otras e non eran poblados de so uno...e tan aína no se podían acorrer los unos a los otros para se defender de ellos de los males, e tuertos, e robos que les facian". Caserío de Astobiza, Ziorraga (Amurrio), fotografía del año 2015 Sólo la imposición de la paz social por parte de los Reyes Católicos consiguió terminar con las guerras banderizas, que es como se llamaron los enfrentamientos bélicos que tuvieron lugar a finales de la Edad Media entre los diferentes linajes de la nobleza vasca agrupados en dos bandos: gamboínos y oñacinos. Muchos de los guerreros feudales acabaron luchando contra los musulmanes a las órdenes de los Reyes Católicos, durante cuyo reinado el Señorío de Vizcaya y la Provincia de Guipúzcoa disfrutaron de un desarrollo y bonanza económica que no volvería a repetirse en los siguientes cinco siglos, en gran parte debido a los beneficios que generaba la exportación del trigo y la lana castellana a través de los puertos del Cantábrico. Caserío de Urkuleta (Mañaria) El fin de la guerra de banderizos, la instauración del mayorazgo y la tecnología de carpintería y cantería importada de Europa hicieron posible que los campesinos más ricos construyeran un caserío. Los edificaron jefes de obra vascos que trabajaron y aprendieron el oficio con los arquitectos alemanes y franceses que levantaron las grandes catedrales góticas del sur de Francia, Castilla y Andalucía. Caserío en Gaztelua (Abadiño) Aquellos jefes de obra dejaron unos planos tan bien elaborados que, en palabras de Alberto Santana, "si se los entregáramos a un técnico actual nos edificaría sin problemas un caserío exactamente igual". Caserío de Gaztelugoitia, Gaztelua (Abadiño), fotografía antigua En estas circunstancias, se produjo un aumento de la población que exigió nuevas tierras de cultivo a costa de roturar parcelas de bosque y pastos invernales. Gran parte del ganado vacuno y equino pasó de un régimen de trashumancia estacional de corto recorrido a otro de semiestabulación por el que permanecía 5 o 6 meses en el interior del caserío. Por ello los caseríos del siglo XVI dedicaron más de la mitad del espacio construido a cuadras y pajares. La progresiva disminución de la superficie de pastos por las roturaciones sucesivas provocó una disminución del ganado trashumante y ya a mediados del siglo XVIII se comenzó a restringir la libre circulación del ganado, a la vez que se multiplicaban los pleitos por su causa. Caserío de Gaztelugoitia, Gaztelua (Abadiño) El continuo transporte de mercancías entre Castilla y los puertos del Cantábrico requería de los servicios de numerosos arrieros y carromateros locales. El aumento de la población requirió un notable incremento de la superficie dedicada al cultivo de cereales, trigo principalmente. Los caseríos que se construyeron en el siglo XVIII integraron almacenes en su estructura, generalmente sobre el soportal de la entrada. En los valles orientales de Bizkaia se armaron en la bodega grandes trojes de madera para almacenar el grano. Se construyeron caseríos de piedra y de madera. De estos últimos se conserva el de Ugarka (Zeanuri), pero el más notable era el de Legorburu (Orozko), que ardió en los años setenta. Ventana del caserío de Gaztelugoitia, fotografía antigua y fotografía actual Durante el reinado de Carlos V en la primera mitad del siglo XVI la sensación de seguridad y prosperidad y las nuevas posibilidades de hacer fortuna que se abrieron tras el reinado de los Reyes Católicos, tanto en América como en Andalucía, permitieron a los labradores vivir más desahogados y hacer planes optimistas para el futuro. Ya no había peligro de asaltos ni robos por parte de los nobles vascos, y las familias campesinas se esforzaron para poder pagar la construcción de un caserío duradero en sustitución de las destartaladas chozas en las que vivían. Granero del caserío de Gaztelugoitia, fotografía antigua Sin embargo, sólo los campesinos más ricos podían permitirse el lujo de edificar una casa "de cal y canto" pagando un sueldo a las cuadrillas de canteros que tenían que extraer y trabajar la piedra. La madera de roble, por el contrario, era fácil de conseguir, ya que se podían cortar gratuitamente todos los árboles necesarios para hacer la vivienda en los bosques públicos pertenecientes al concejo. Granero del caserío de Gaztelugoitia, fotografía del año 2015 En el siglo XVI las principales plantas cultivadas eran el trigo (garia en euskera) y el manzano, y esta especialización quedó reflejada en la arquitectura de los caseríos. También se cultivaban otros cereales: el centeno (zikirioa, zekalea en euskera), la cebada (garagarra en euskera), la avena (oloa en euskera), la escanda (galtxuria en euskera) y el mijo (artoa en euskera). Este último dejó de cultivarse hace siglos y cuando se comenzó a cultivar el maíz tomó su nombre en euskera (artoa). Hórreo o garaia del caserío de Ertzilla (Iurreta) Muchos caseríos de aquel período están construidos envolviendo el armazón de un gigantesco lagar de madera (tolare en euskera) que ocupaba toda la longitud del edificio y en el que se prensaban las manzanas recogidas al final del verano. En las bodegas también se guardaba el trigo cosechado, bien protegido en grandes arcones de madera denominados trojes y, sólo durante el siglo XVI, algunos de los campesinos más ricos pagaron por armar grandes hórreos de madera (garaia, garaixe en euskera) delante de la casa, adornándolos con bellas tallas y figuras geométricas. Pimientos secándose al sol en un caserío de Sautuola (Zeberio) Probablemente el siglo XVI fue la época más próspera de la vida en los caseríos. La propiedad de la tierra estaba bastante repartida y la población rural podía disfrutar de los frutos de su trabajo en un ambiente económico expansivo y optimista. En menos de un siglo el panorama medieval había cambiado radicalmente, y donde antes hubo temerosos campesinos en chozas de tabla, ahora competían por construir el caserío más grande, con los arcos más bellos y las más artísticas tallas de madera. Caserío en Zaloa (Orozko) Pero a finales del siglo XVI los sectores más activos de la economía cayeron en una profunda crisis. En los puertos costeros se vivió el colapso del comercio internacional del trigo y la lana castellana. Al mismo tiempo, el bloqueo de las pesquerías de Terranova provocó la decadencia de la construcción naval que hasta entonces había tenido mucha importancia. Se extinguieron los gremios de artesanos que trabajaban en las villas y los dueños de las ferrerías tenían dificultades para poder seguir vendiendo sus productos en los mercados tradicionales de Andalucía y la costa Atlántica. La derrota de la Armada Invencible en el año 1587, en la que desaparecieron muchos barcos y marineros vascos, y la difusión de un virulento brote de peste en 1598 hicieron temer a muchos el regreso a la pobre vida de sus antepasados. Caserío en Unibaso (Orozko), fotografía antigua Sin embargo, los ricos vieron en el caserío la única inversión segura para su capital y los pobres se vieron en la necesidad de volver al trabajo en el campo. En este contexto comenzó a cultivarse una planta americana, el maíz, que cambiaría por completo la vida y las costumbres de los campesinos vascos. El maíz se adaptó perfectamente al clima y al suelo vasco, y producía el triple de volumen de grano que el trigo. Nuevas parcelas de bosque, zonas arbustivas y prados fueron roturadas para plantar maíz. Mientras el resto de la economía local se derrumbaba, la población rural aumentaba y se construían nuevos caseríos. Mientras que la actividad mercantil disminuía, el caserío se consolidaba como explotación familiar autosuficiente. Caserío en Unibaso (Orozko), fotografía del año 2015 Desde finales del siglo XVI hasta mediados del XVIII el maíz fue la base de la economía del caserío, aunque la harina de trigo seguía siendo la más apreciada, a la vez que la única fácil de vender para obtener dinero. Además, los propietarios siempre exigieron el pago de la renta en fanegas de trigo, por lo que se seguía cultivando. Sólo a mediados del siglo XX, con la desaparición de las ofrendas eclesiásticas y el acceso generalizado de los campesinos a la propiedad de la tierra se abandonó el cultivo del trigo, una planta mediterránea que nunca fue muy productiva en la vertiente cantábrica del País Vasco. Caserío en Unibaso (Orozko), fotografía del año 2015 La guerra contra las tropas republicanas francesas en 1795, contra los ejércitos napoleónicos en 1807 y las Guerras Carlistas provocaron el endeudamiento de los ayuntamientos y por ello, vendieron gran parte de su patrimonio, que compraron los más ricos. Así, nuevas parcelas de bosque y prados fueron roturados para su cultivo. Las leyes forales y de los cuadernos de hermandad, entonces vigentes, dejaron de ser un obstáculo para las roturaciones y la actitud habitual había pasado a ser la de "legalizar el hecho y prohibir su repetición". Detalle de un caserío en Unibaso (Orozko), fotografía antigua La desamortización de Madoz en 1855, que afectó principalmente a los montes comunales de los pueblos, supuso un cambio drástico en la propiedad de la tierra, y aunque fueron los más ricos los que pudieron comprar gran parte de las parcelas en venta, hubo muchos compradores más pobres que pudieron comprar parcelas pequeñas o de baja calidad. Detalle de un caserío en Unibaso (Orozko), fotografía del año 2015 Así, se duplicó la producción de maíz y se introdujo el cultivo de patata y alubia, a la vez que se mantuvo la producción de trigo. A mediados del siglo XIX la producción de maíz suponía el 70% de la cosecha de cereales. Los cultivos mixtos de maíz y alubia comenzaron a ser frecuentes a finales del siglo XVII y se generalizaron un siglo más tarde, cuando se incluyó la patata en la dieta humana. Caserío en Pagatzandu (Orozko) Los caseríos construidos en el siglo XIX son más pequeños que los de siglos anteriores. Con el inicio de la industrialización del territorio, hacia el año 1900, cesó la construcción de nuevos caseríos, En ese momento, cuando el 80% de los caseríos se encontraban arrendados a sus habitantes, sus propietarios (nagusiak en euskera) comenzaron a venderlos a precios asequibles a los arrendatarios (maisterrak en euskera). En la actualidad, más del 80% de los caseríos son propiedad de sus habitantes (etxejabeak en euskera). Cuadra en la planta baja en un caserío de Pagatzandu (Orozko) Durante todo el tiempo en que se construyeron caseríos vascos, una economía protoindustrial convivió con las actividades agropecuarias: las ferrerías. Entre la correspondencia del período 1810-1832 guardada en el Archivo General del Señorío de Vizcaya se puede leer "...como las tierras labrantias no guardan proporcion con el numero de habitantes, estos se ven precisados para porcurar sus subsistencia a trabajar en fierro, carretear, carbonear, labrar montañas, plantar arboles fructiferos y repoblar los montes, cuia leña se ha empleado en hacer carbon..." El mineral de hierro extraído en Somorrostro se fundía en las ferrerías dispersas en las orillas de muchos cursos fluviales a donde debía ser transportado. Arrieros y carromateros también trabajaban en el transporte del combustible extraído de los bosques. En los bosques los carboneros transformaban la madera en carbón. Caserío de Munukogoikoa, Urigoiti (Orozko) de principios del siglo XVI Muchas otras personas trabajaban en los viveros y las plantaciones forestales. En las ferrerías de la comarca Arratia-Nervión "el braceo de montazgo y la conducción del carbón desde los montes a las ferrerías formaban parte de un mismo trabajo. Abastecer a una instalación normal podía suponer los servicios de una veintena a un centenar de carboneros, por lo que era considerable la trascendencia de esta ocupación...En ocasiones se contrataba a guipuzcoanos desplazados estacionalmente en cuadrillas para trabajar en las grandes áreas montañosas". En el Archivo Municipal de Zeberio se guarda un documento donde se puede leer que "la mayor parte de los vecinos de este pueblo, y aún las mujeres se ocupan en la elaboración y demás trabajos adherentes de dichas Ferrerías". Detalle de las colmenas en una pared del caserío Munukogoikoa (Orozko) Durante el siglo XX la mayor parte de los cultivos fueron transformados en prados de siega y plantaciones de coníferas exóticas. Cuando vemos un caserío rodeado de prados de siega y plantaciones de coníferas estamos viendo un paisaje sobrevenido, ya que dejaron de construirse caseríos antes de que se plantase el primer pino. Era otro muy distinto el paisaje del caserío vasco en el tiempo en que se construían. Ahora vemos derrumbarse los caseríos del XVI sin que nadie haga nada por evitarlo. Cuando algún esforzado propietario intenta evitar que se arruine casi siempre es a costa de la eliminación de la madera armada de roble y su sustitución por hormigón. Hay pocos carpinteros capaces de armar los esqueletos de madera de los caseríos tal y como se construyeron, sin un solo clavo. Caserío de Adarogoikoa (Orozko), en ruinas Según el historiador bilbaíno Alberto Santana, "nos inventamos el caserío incorporando los últimos avances tecnológicos de la carpintería estructural gótica europea del momento". Caserío de Txakarrone (Arrieta), con arreglos recientes Alberto Santana hace ya 22 años, en el año 1993, publicó "Los caseríos vizcaínos" en la revista Narria. Estudios de artes y costumbre populares y los textos de "Baserria", libro editado por la Diputación Foral de Gipuzkoa. El arquitecto suizo Alfredo Baeschlin (1883-1964), "ese artista inquieto que tiene por techo el sol y por patria la tierra" en palabras de Pedro Guimón en el año 1929, que vivió durante dos años en Abadiño, publicó ese mismo año el libro "La arquitectura del caserío vasco", reeditado por Eusko Ikaskuntza en el año 1992 en el número 9 de la revista Ondare. Cuadernos de Artes Plásticas y Monumentales.
The original plan was modest: Bring at least eight dancers from California to the Basque Country to perform for the festival of the Baztan Valley – Baztandarren Biltzarra. But what transpired was far more successful than anyone could have imagined. Ultimately, 42 dancers from five different California Basque clubs participated in the annual parade and...
Antes, ¿Quieres saber cómo era la vestimenta vasca rural- Baserritarra y de costa- Arrantzale desde el siglo XVIII hasta comienzos del sig...
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por Alfredo Flamarique (2017) Con el correr de los años y la invasión de nuevas tecnologías, antiguas profesiones y oficios que eran imprescindibles fueron dejados de lados o perdieron su puesto en la sociedad, siendo reemplazados por máquinas a causa de un sistema económico que les impidió competir en precios para ganarse el sustento de todos los días. A continuación un extenso listado de esos oficios que fueron altamente imprescindibles en tiempos de nuestros abuelos y padres. Abarquero: Fabricaba abarcas (calzado de madera, cuero o caucho que cubría solo la planta de los pies y se ataba sobre el empeine y el tobillo). Aceñero: Trabajaba en la aceña: molino harinero de agua situado dentro del cauce de un río. Acerador: Aplicaba a los metales diferentes tratamientos para endurecerlos y tratar de conseguir las propiedades del acero. Adobero o Sazonador: Preparaba el adobo para sazonar y conservar alimentos, especialmente la carne de cerdo. Adoquinero: persona que se encargaba de colocar adoquines en la calle. Con una cuerda marcaban la línea y colocaban poco a poco esos pesados adoquines, dejando un dedo de espacio para rellenar más tarde con cemento, que minimizaban el traqueteo de las carretas. Afilador o Amolador: Era aquel que deambulaba entre ciudades y pueblos con su bicicleta o motocicleta para Afilador (Argentina) afilar instrumentos con filo, tal como cuchillos o tijeras. También eran los encargados de arreglar paraguas y de afilar lapiceros. A mediados del siglo XX, los afiladores se empezaron a asentar en locales de grandes ciudades, siendo cada vez menos los que viajaban de pueblo en pueblo. Con la llegada del sistema capitalista basado en el consumo a España, el oficio se fue perdiendo en beneficio de una cultura de usar y tirar en la que no tenía cabida el afilar los instrumentos de corte. Aún a día de hoy, sigue siendo una profesión común en algunos países en los que la sociedad del consumismo no está del todo instaurada. Afinador: El oficio puede estar relacionado con instrumentos musicales o manufacturas de lana. Durante el siglo XVI se registra a dos españoles que desempeñan el trabajo de afinadores en el Nuevo Reino de Granada. Aguador: se encargaba de la faena de recolección y reparto de agua. Herramientas de trabajo: barriles, múcuras, troncos de bambú, asno o mula. Ajorrador: Transportista de madera. Llevaba hasta los pueblos los troncos cortados en el monte. Aladrero: Construía carros, carretas, arados y aperos para la labranza. Albeitar: nombre que se le daba antiguamente al veterinario; se usa todavía hoy en algunas zonas de España, especialmente en el ámbito rural. Alambiquero: Trabajaba en el alambique, donde se elaboraban bebidas alcohólicas. Alarife: Con conocimientos de arquitectura, proyectaba y dirigía edificaciones civiles, religiosas y militares. Cercanos a su actividad están los albañiles mayores, los carpinteros, los ornamentadores, los aparejadores y los canteros. Albardonero/Albardero: Era el que fabricaba o vendía albardas. Las albardas eran la pieza principal del aparejo de las caballerías de carga, llevaban dos a modo de almohadas, normalmente rellenas de paja y unidas por la parte que cae sobre el lomo del animal. Alfarero: Oficio de origen indígena. Hacedor manual de ollas y otros objetos de barro. Los españoles introdujeron el torno de pedal, esmaltes y vidriados para la cerámica. Algodonero: Elaboraba el algodón. Alguacil: Funcionario público con competencias de justicia. Alimañero: Se encargaba de destruir alimañas Ama de cría: (Nodriza) Oficio desempeñado por mujeres que han perdido a su hijo o lo alimentan precariamente. Amamantaban a los hijos de la élite o a los niños en los hospicios. Aparcero: Persona que, sola o con otras, explota un terreno agrícola o una instalación ganadera mediante un contrato de aparcería. Aparejador: Arquitecto u oficial encargado de sacar las plantillas de la cantería de una obra. Aperador: Fabricaba aperos de labranza o se encargaba de cuidar de la hacienda del campo y de todas las cosas pertenecientes a la labranza. Arcabucero: Fabricante de arcabuces o armas de fuego. Arenero: es la persona que iba de la cantera hasta el lugar de venta, distribución, almacenaje y obra para depositar el saco de arena o el vehículo que lo llevaba. Armero: Fabricaba, reparaba o comerciaba con armas de fuego. Arriero: El que con bestias --caballos, bueyes y mulas-- transporta carga y pasajeros. En la península Ibérica tuvo una tradición de diez siglos. Aserrador: Cortaba árboles y aserraba la madera. Ballestero: Fabricaba ballestas. Barbero - Argentina Barbero: Muchos son los que creen que los antiguos barberos eran únicamente peluqueros que también se encargaban de arreglar la barba a los hombres. Pero si nos remontamos siglos atrás, cuando los dentistas no existían, los barberos también eran los encargados de ocuparse de la dentadura de sus clientes, e incluso hacían las labores de médicos de la época, tales como vendar úlceras o hacer sangrías. Con la aparición de médicos y dentistas especializados, los barberos se vieron relegados a la barba y pelo de los hombres, y con el paso de los años y aparición de las peluquerías unisex, el nombre cayó en desuso, llamándose únicamente peluqueros. Barequera: Lavadora de oro en las minerías de aluvión. Barnizador: Quehacer de tradición indígena consistente en la aplicación del barniz de Pasto o mopa sobre piezas de madera, a manera de decoración. Barrenero: el que abre los barrenos en las minas, canteras, etc. El barreno es un agujero relleno de materia explosiva, hecho en un roca o una obra de fábrica, para hacer volar. Barquillero: El barquillero era aquel vendedor ambulante que llevaba barquillos en sus cestas y una ruleta para que los compradores pudieran probar suerte. Los compradores hacían girar la ruleta, y el que obtuviese el número menor de todos los compradores del momento, era el encargado de pagar los barquillos de todos los compradores. Esta profesión fue de fuerte tradición a lo largo del siglo XIX y se mantuvo a principios del siglo XX. La post-guerra española, el hambre y la pobreza dificultaron mucho esta profesión a mediados del siglo XX, viéndose desaparecida en España. En los últimos años, se ha visto ligeramente recuperada en Madrid, pero con poca popularidad. Batanero: Encargado del batán, un artilugio que gracias a la fuerza del agua movía unos grandes mazos de madera que golpeaban los paños para compactarlos. Batihoja: El que por medio de golpes de mazo labra los metales y los reduce a planchas muy delgadas. Blanqueador: Pinta con cal las paredes de las construcciones. Bogas: Vivían a las orillas de los ríos y conducían en champanes a pasajeros y cargas. Bolillera: Tejedora de bolillos Bordadora: Menester de damas nobles y de religiosas. Oficio de mujeres de toda condición. Bordaban o labraban los ornamentos para el oficio religioso, túnicas, capas y camisas. Borrero o Verdugo: Encargado de ejecutar a los reos. Borriquero: Encargado de conducir una recua de asnos. Botero: Fabricaba o vendía botas o pellejos para vino, aceite u otros líquidos Boticario: Prepara y expende fórmulas médicas. Los primeros boticarios llegaron de España en el siglo XVI. Luego de un aprendizaje empírico con su maestro, la licencia les era aprobada por un protomédico. Aceites de oliva, ricino y escorpión, esencias de hierbas y flores, hojas de malva y cerezo, aguardiente y vino formaron parte del recetario colonial. Botijero: era en la época primaveral, cuando aparecía la figura del botijero por las calles de Madrid, se dice que procedían de Extremadura de la zona de Barros, pero lo cierto es que en Madrid en esos años había tejares y alfares por las afueras de la capital. Aunque se les denominaban botijeros, en realidad la mercancía no solo se limitaba a botijos, sino que transportaban toda clase de utensilios cuya materia era el barro. Botones: era el adolescente o joven encargado de los mandados, desde llevar y repartir correo, buscar café para los jefes, mensajero, etc. Ahora solamente se los utiliza en los hoteles. Boyero: Cuidaba o custodiaba los bueyes. Bracero: Peón, jornalero no especializado. Buhonero: Vendedor de mercancías en las calles o en el mercado. Cabrero: Cuidaba o custodiaba los bueyes. Cadenero: era el operario encargado de medir la longitud de una línea indicada en el terreno por jalones o banderolas. El oficio, llamado cadeneo, lo realizaban dos personas, el cadenero y el portacadenero. Este último fija un extremo de la cadena, que mantiene tirante el primero clavando una aguja o banderola en el extremo correspondiente. El cadenero se coloca entre los jalones cuya distancia se mide. El portacadenero recoge al final de cada medida la aguja clavada por el otro, resultando que la longitud total es la suma de las agujas recogidas por la longitud de la cadena más la fracción en la última medida. Calafatero: Persona que calafateaba las embarcaciones, es decir, que tapaba las juntas de las maderas de las naves con estopa y brea para que no entrara el agua. Calcetero: Tejía y recomponía medias y calcetas. Calderero: Fabricaban artículos metálicos, normalmente hojalata o cobre, para uso doméstico. Calero: Producía cal o la aplicaba para pintar interiores y fachadas de las casas. Cambista: era la persona que por oficio cambiaba monedas. El negocio de cambista debió resultar lucrativo y al principio se concedió únicamente a pocos particulares. El oficio aparece durante la edad media sobre todo en el Camino de Santiago; y a mediados del siglo XVI funcionaban en Burgos trece mesas de cambio; pero Juan II concedió a todos lo vecinos la facultad de poder negocio con los cambios de la moneda, intensificándose la presencia de judíos. Caminero: Obrero destinado a la construcción y reparación de los caminos y carreteras. Campanero: existían en la mayoría de iglesias, y eran los encargados de tocar, repicar y voltear las campanas de la iglesia. Del mismo modo, también era el encargado de revisar el mantenimiento de las campanas, revisando las ataduras de los badajos, la tensión de los distintos cables y cuerdas, así como la supervisión del reloj de la iglesia. Campanero Con la aparición de los sistemas mecanizados y automatizados para tocar las campanas, su profesión cayó en desuso, viéndose relegada a campanarios puntuales. Campanero: es un sistema de cimentación, en los que mediante presión de aire se mantenía alejada el agua del terreno, de modo que los operarios que estaban en el interior de las mismas podían cavar la tierra, para adquirir la profundidad necesaria antes de rellenarlas con hormigón. Canastero: vendía todo tipo de artículos de mimbre y junco. Llegaba con su carro, cargado con sillones de mimbre, sillas de sauce con asiento de junco, banquitos, palmetas para sacudir alfombras, canastos, escobas y plumeros. Canillero: Oficio relacionado con el tejido: enrolla en la canilla el hilo de la trama. Canillita: era un adolescentes o jóven que vendía periódicos o revistas en la calle. Canillita - Buenos Aires Cantero: Oficio relacionado con el labrado de la piedra y la ejecución de escudos de armas para las portadas de residencias. A mediados del siglo XVI, el español Francisco Barrial de Llerena se estableció en Cartagena con el oficial cantero Pedro de Chavarría. Carabinero: Soldado. En España, el cuerpo de carabineros era un cuerpo armado de vigilancia que posteriormente se integró en la Guardia Civil. Carbonero: Produce y vende carbón de leña para el uso doméstico. Cardador: El que carda los tejidos de lana de las mantas. Con los colonizadores llegaron al Nuevo Reino de Granada para enseñar una nueva tecnología a los indígenas. Carguero: El que lleva mercancía de un lugar a otro. El que tiene por oficio conducir cargas. Carpintero de Ribera: Era un oficio que se ocupaba de la construcción artesanal de embarcaciones en madera. Carrero o Carretero: Fabricaba carros y carretas. Transportaba materiales en carretas. Casquero: Vendía vísceras y otras partes comestibles de la res no consideradas carne. Castañera Castañeras: eran vendedoras ambulantes provistas de una simple olla de hierro en que cocían y almacenaban las castañas, y que podría servirles de mostrador para venderlas. El anís con que la sazonaban valía poco, el carbón que para ello consumían no valía mucho y el agua que gastaban, apenas nada. Castrador: el castrador iba por las masías y pueblos, castraban los cerdos, mulos, caballos burros. Castraban los bueyes para cabestros y así poder utilizarlos para labrar, y arrastrar carrozas. En varias masías había algunos toros bravos en fiestas de verano y con los cabestros los llevaban por los pueblos de los alrededores a torearlos y los volvían al campo. Cedacero: Fabricaba cedazos, tamices, etc., así como otras piezas de madera. Cenachero: Pescador que llevaba pescado fresco en su cenacho o espuerta de esparto e iba pregonando por las calles haciendo bailar sus espuertas. Cerero: Oficio de labrar y vender cera. Tuvieron especial demanda en conventos e iglesias. Cerillero: Fabricaba o vendía cerillas y también tabaco en tabernas y locales de este tipo. Ceronero: Que se dedica a comprar cerones, o residuos de los panales de miel. Cestero: Fabricaba cestos o cestas a base de cañas. Chambilero Chambilero: nombre que se le daba antiguamente al que hacía chambis (helados) e iba por los pueblos con su bicicleta. Cillero: Guardaba y repartía los granos y frutos de los diezmos en la cilla o despensa. Cisquero: los que hacían carbón vegetal o cisco con la madera de las encinas, las quemaban hasta dejarlas en carbón. Chalequero: dedicados a realizar chalecos para las sastrerías. Churrero/a: era una figura peculiar que cuando no venía se la echaba de menos, era como el despertador, pasaba siempre a la misma hora, vamos a recordar brevemente a este personaje. No podemos decir que se haya perdido este oficio, ni que haya desaparecido por completo la imagen del churrero/a por las calles, pero es muy rara su presencia, incluso en los pequeños municipios hay que acudir a la churrería. Solían hacer dos rondas los festivos, y una los días laborables, el motivo era porque los festivos se quedaban antes sin mercancía. Solían ir voceando la mercancía, o estaban pendiente de su llegada, o desayunaban café migado con pan. Llevaban bajo el brazo una cesta de mimbre, en algunas ocasiones una cesta en cada brazo, en la cual llevaban los churros a un lado y las porras a otro, raramente buñuelos. Ubicados bajo el asa de la cesta, llevaban los juncos con los que se engarzaban los churros, las porras se solían atravesar con el junco. Cochero o zagal: El que cuida y conduce los caballos de los coches. En Cartagena y Palmira aún se conserva esta antigua tradición con fines turísticos. Colchonero: recorría las calles ofreciendo los servicios de su cardadora, aparato de madera con temibles filas de púas, curvas que hacían pensar en artefactos medievales de tortura. En el patio de la casa, el hombre descosía el cotín o funda del colchón y lo destripaba, para pasar la lana por la máquina y volverla a su sitio una vez esponjada. La desaparición paulatina de los colchones de lana, supuso también la desaparición de este oficio. Colmenero: Extraía la miel de las colmenas para su venta. Comadrona: Partera. Mujer que ayudaba en los partos. Conejero: Criaba o vendía conejos. Confitero: Oficio de hacer dulces y confituras, bizcochuelos y conservas. Herramientas: hornillos de cobre, pailas, chocolateras, palas, ollas de fierro y de cobre. Conservero: Producía conservas de productos frescos para su consumo una vez terminada la temporada. Cordelero: Fabricaba o vendía cuerdas, cordeles y otros productos de cáñamo. Cordonero: Labor de elaborar y vender cordones, flecos y borlas para guarnecer atuendos, muebles o cortinajes. Correero: El que hace y vende correas de cuero para diferentes usos. Corralero: El que transporta las mulas con destino a los arrieros. Corsetera: Era la mujer que hacía fajas, sujetadores, corpiños corsés, todo a medida; era un trabajo muy delicado y costoso. Cosario: era el recadero o mensajero que conducía personas o mercancías de un lugar a otro. Criado: Oficio remunerado. Algunos pobladores y religiosos españoles viajaron al Nuevo Mundo acompañados con sus criados de servicio. Mientras que algunos continuaron sirviendo a sus amos, otros casaron prontamente con mujeres criollas y se independizaron. Cuarteador: en Argentina y Uruguay, el cuarteador era la persona que manejaba una yunta de caballos que tiraban de un vehículo en malos pasos, generalmente lodazales, para subir cuestas o cruzar ríos crecidos. Cubero: Fabricaba o vendía cubas y otros recipientes de madera para contener agua, vino, aceite u otros líquidos. Cucharero: Fabricaba cucharas y otros utensilios. Cuchillero: El que hace o vende cuchillos y otros objetos similares. Curandero: Que aplica conocimientos empíricos de medicina. A las mujeres se les prohibió esta tarea y fueron consideradas como brujas. Curtidor: El que curte las pieles y las vende posteriormente al zapatero, al talabartero o al carpintero. Chaperona: Criada que acompaña a su ama. Cichero o pulpero: Elabora la chicha a partir de la yuca, la mandioca o el maíz. Servida en totumas, se expendía en las pulperías y chicherías. China: Niña del servicio encargada de los mandados en una casa. Ditero: persona que cobra la dita (pago a plazo), ahora tarjeta de crédito. El gallinero: arrastraba un carro de mano con un par de jaulas de alambre tejido (subdivididas en dos pisos), donde llevaba pollos y gallinas. Embolador: es el lustrabotas, persona que se encarga de limpiar y lustrar el calzado de eventuales clientes utilizando betún. Empedrador: era la persona que tenía por oficio el de empedrar, en poner el suelo, terreno o superficie con una piedra ajustada de tal manera que no se pueda mover y de esa forma armar una senda. Encalador: Aplicaba cal para pintar interiores y fachadas de las casas. Enterrador: Se encargaba de dar sepultura a los cadáveres. Escobero - Sevilla Escobero: vendedor de escobas. Escribano de Villa y tierras: Persona que por oficio público estaba autorizada a dar fe de escrituras y actos. Era una especie de notario. Esenciero: Destilaba esencias de plantas aromáticas. Espadero: Fabricaba, componía o vendía espadas. Especiero: Se dedicaba a elaborar y vender especies para condimentar las comidas. Espartero: Se dedicaba a trabajar el esparto. Especulador. Comerciante, compraba y vendía tierras o mercancías. Esquilador: Cortaba la lana a las ovejas. Estanquero: Vendía tabaco y otros productos estancados (que sólo se podían vender en ese tipo de establecimiento). Esterero: Fabricaba y/o vendía esteras (piezas de tejido grueso y áspero, como el esparto o la palma, que se utilizaba para cubrir parte del suelo de un lugar). Farolero: persona que se encargaba de prender los faroles del pueblo o ciudad. Ferrón: operario de una ferrería. La ferrería era una antigua instalación siderúrgica en la que se transformaba el mineral de hierro en metal. Su existencia se remonta a la prehistoria y dejaron de funcionar con la aparición de los altos hornos en los albores del siglo XX. Fideero: También llamado Semolero, era el encargado de fabricar fideos y otras pastas semejantes con harina de trigo. Fogonero Fogonero: Pareja inseparable del maquinista, su tarea principal era alimentar el fuego del hogar de la locomotora de vapor, aunque como auxiliar participaba en su limpieza y engrase. Fotógrafo callejero o de plaza: con su enorme cámara fotográfica, cuadrada, imponente, montada sobre un trípode, estaba como tachonada de muestras de su oficio. Casi todas las fotos se veían en negro, pero algunas aparecían coloreadas a mano por el propio fotógrafo, con brillantes tintas. Ganchero: Transportaba troncos por flotación aprovechando la corriente de agua de los ríos. Guarda de ganado, de monte…: Vigilaba la propiedad privada o comunitaria, ya fueran los animales o los bosques. Guarda de mercados: se dedicaban a mantener el orden en el interior de los mercados y evitar que los aldeanos vendieran sus productos en el exterior sin control sanitario. Guardagujas: Se denominaba de esta forma al empleado ferroviario que tenía a su cargo el manejo de las agujas en los cambios de vía de los ferrocarriles, para que cada tren ocupara la vía correspondiente. Guardanoches: Llamaban de esa guisa al trabajador que recorría las vías de noche para despejarlas de obstáculos o avisar de viva voz a la brigada de limpieza o de reparaciones para que acometiera sobre la misma la tarea precisa. Guardesa Guardesa: mujer que controlaba los pasos a nivel, trabajando con diferentes métodos (barreras deslizables, abatibles, con cadenas e incluso giratorias que cortaban el tráfico por la vía). Guarnicionero: Fabricaba objetos de cuero, normalmente para caballerías. Guitero: persona que se dedicaba o tenía el oficio de manufacturar, elaborar, fabricar y a su vez, comercializar o vender la guita o la cuerda hecha a base de cáñamo. Hachero: era aquel hombre que se iba a la montaña durante largas temporadas con su hacha y se dedicaba exclusivamente a talar los árboles con su hacha, comúnmente de doble filo. Una vez tirados los árboles, también se encargaba de derroñarlos, es decir, quitarles las ramas y corteza dejándolos totalmente limpios para que más tarde el leñador se encargase de hacer leña. Con la aparición de las máquinas motosierra, el trabajo de leñador y hachero se aunó en leñador, quedando en desuso la utilización del hacha. Herbolario: Recogía o vendía hierbas y plantas medicinales. Herrador: Encargado de herrar las caballerías. Herrero: era aquella persona que mediante su forja, yunque y martillos elaboraba objetos de metal, comúnmente acero e hierro, de necesidad para toda la sociedad. Entre esos objetos se encontraban no sólo herramientas, campanas, armas y artículos de cocina, si no que en muchas ocasiones también realizaban artículos decorativos muebles e incluso esculturas. Con la llegada de la revolución industrial, el herrero pasó de estar en todos los pueblos a estar únicamente en determinadas poblaciones, habiéndose convertido a lo largo de las últimas décadas en una profesión prácticamente desaparecida en los países más desarrollados, aunque aún relativamente común en países de África y Asia. Hilandera: Hilaba la lana cardada. Hojalatero Hojalatero: Fabricaba, reparaba y vendía vasijas y otras piezas de hojalata. Hornero: Preparaba el horno para cocer el pan. Hortelano: Cultivaba las huertas. Jornalero: Trabajaba a jornal. Kerosenero: antes de que llegara el gas a los hogares el kerosene era el combustible más común, y el kerosenero con sus camiones tanques se encargaban de repartir el mismo. Labrador: Trabajaba la tierra. Lapidario: es la persona que tiene por oficio labrar piedras preciosas. Aunque el arte del lapidario es muy antiguo, hasta el siglo XV no se logró tallar el diamante. Latero: Artesano generalmente ambulante, que repara pucheros y otros utensilios de loza o porcelana por medio de lañas y grapas. Un chapuzas ambulante. Este oficio tuvo su apogeo desde los años 40 a los 60 del siglo XX Lavandera: Se dedicaban al lavado de la ropa, en las orillas de los ríos o en lavaderos públicos. Muchas veces eran a la vez planchadoras. Lechero con vacas: llevaba un par de animales, con sus terneros, y ordeñaba a pedido de los vecinos. Lecheras Leñador: Cortaba o vendía leña. Liebrero: llevaba una caña con canastas llenas de liebres, perdices, martinetas, patos y pajaritos, cazados en los alrededores de la ciudad de Buenos Aires. Limpiabotas: Se encargaba de limpiar y lustrar el calzado de los clientes utilizando betún para calzado. Se trata de un oficio desarrollado frecuentemente por niños. Limpiaculos real: el puesto de "Groom of the Stool" (limpiaculos real), fue, durante siglos y desde su instauración en el siglo XVI, uno de los más cotizados de la corte real inglesa.El puesto requería andar todo el día entre toallas y cuencos o palanganas, acarreando la pesada silla de cagar por palacio, monitorizar la dieta y horarios de comidas del rey y organizar su agenda en base a los hábitos de su tracto gastrointestinal. El oficio tuvo cuatro siglos de existencia y se abolió en 1901 con el reinado de Eduardo VII. Linacero: A partir de las semillas de lino producía harina de linaza y aceite de linaza. Linotipista: era la persona que manejaba la linotipia en una imprenta. Se realizaba a través del plomo caliente y hoy fue suplantado por la composición en frío a través de la computadora. Lloraderas o Lloronas: señoras que se dedicaban a llorar en los entierros. Las buscaban los familiares de los difuntos; lloraban y rezaban al lado del féretro mientras los familiares descansaban o se recogían en otra habitación y arreglaban cosas. Lucero: Se encargaba, en los primeros años de uso doméstico de la luz eléctrica, del mantenimiento de la línea, de controlar el consumo y cobrar a los abonados. Maestro armero: Se encargaba de custodiar y reparar las armas. Mamporrero: era una persona que ayudaba en la reproducción de los animales domésticos, especialmente los caballos, guiando el pene del semental a la vagina de la yegua. Marchante: Comerciante o vendedor ambulante. Maniseros: vendedor de maní que siempre se los veía en las plazas. Los vendía siempre caliente y tenía un carrito que imitaba a una locomotora de vapor, con chimeneas y todo. Del interior de esta cocina salían los maníes tostados, ideales para comer en invierno, y el cliente los recibía en cucuruchos de papel de diario. Marquetero: Especialista en trabajos artísticos de madera consistentes en formar dibujos con chapas de distintos colores o incrustaciones de metales preciosos. Matarife: Se encargaba de sacrificar y descuartizar a las reses para el consumo de su carne. Mercader: Comerciante de géneros diversos. Mielero o Melero: Extraía la miel de las colmenas para su venta. La imagen del mielero, era la del típico ciudadano rural, vestía con el típico mandil o guardapolvos de color gris, y zapatillas de esparto, algunos con la típica boina. Transportaba en la mano una orza de barro que la mantenía mediante una cuerda, es obvio decir lo que contenía la orza. Su presencia se hacía notar voceando mielero, la gente salía a la puerta con el envase, y mediante un cucharón de madera que introducía en la orza, sacaba la miel enrollándola en el cucharón, y posteriormente la vertía en el envase desenrollando el cucharón. Mimbrero Mimbrero: era un artesano que aprendía todos los secretos del manejo del mimbre, calentando el agua caliente para el pelado de las varas, el secado al sol, y luego fabricaban sillas, baúles, cestas, bandejas, cunas, hamacas, canastas para damajuanas, paneras, andadores, etc. Molinero: Trabajaba en el molino. Mamporrero: es la persona que ayuda en la reproducción de animales domésticos, especialmente los caballos, guiando el pene del semental a la vagina de la yegua. Mondonguero: no solo vendía mondongo para los guisos, sino también achuras como chinchulines y riñones. Hacia el recorrido caminando y llevaba un solo gran canasto a cuesta. Monedero: Se dedicaba a fundir metal para fabricar o acuñar monedas. Monterero o Sombrerero: Elaboraba monteras, generalmente de paño. Morillero: Servía a los trabajadores del campo para llevar o traerles recados desde el pueblo. Mozo de mulas: Cuidaba de los animales de carga para el campo o las carretas. Nodriza: Ama de crianza) Criaba o amamantaba a niños que no eran suyos, habitualmente de familias adineradas. Ollero: Fabricaba o vendía ollas y otros recipientes de barro. Orfebre: Confeccionaba objetos y piezas artísticas de oro o plata, a veces con aplicaciones de piedras preciosas. Organillero: Reproducía piezas musicales haciendo girar la manivela de un organillo portátil, instrumento que contenía unos cilindros con agujeros o salientes que coincidían con las notas de cada melodía. Pescador Ovejero: Se dedicaba a la cría y/o la venta de ovejas. Palanganero: era el joven que trabajaba en una casa de lenocinio y cambiaba el agua de la palangana de cada habitación después del servicio. Pancheras: señoras que se dedicaban a ir a los mataderos recogían la sangre de los corderos en un plato. Cuando estaba cuajada y frías las ponían en un recipiente. También lo hacían con las tripas y las patas de los corderos, las limpiaban e iban por las casas del pueblo a venderlas. Daban vueltas por todas las calles para poder sobrevivir. El paragüero: Si hay algo que suele romperse es un paraguas, aunque en Sevilla no tenían mucho sentido y su trabajo lo podría hacer el lañador en otros sitios existía la figura del paragüero que se anunciaba cantando “Paragüeeeeeeeeero” en los años 40 y 50. Partera: Comadrona. Mujer que ayudaba en los partos. Pasamanero: Artesano que producía objetos de seda y otras fibras textiles como cintas, ornamentos, bordes, etc. Pastor: Criaba y guardaba los ganados. Pedreñalero: Fabricaba pedreñales y otras armas de fuego, como mosquetes o arcabuces. Limpiabotas Pedrero: Obrero que extraía piedras de las canteras o las labraba para la construcción Peguero: Elaboraba alquitrán y pez. Pelador: Pelaba los troncos para producir tablones. Pelaire: Trabajaba la lana en cualquiera de las fases del proceso de elaboración del hilo. Pelusero: Recogía la pelusa (liquenes) de los pinos. Peón caminero: Obrero dedicado a la construcción y reparación de los caminos y carreteras. Cuidaban una legua de carretera, aproximadamente cinco kilómetros y medio, y tenían su correspondiente caseta donde guardaban las herramientas e inclusive vivían en ella. Peón de almacén: era un empleado que tenía por trabajo colocar las mercancías en las estanterías en los almacenes y otros establecimientos comerciales. Perfumero: Elaboraba, perfumes y aguas de colonia. Peón de almacén Pescador: Capturaba peces para su consumo. Picapedrero: Cantero, obrero que extraía piedras de las canteras o las labraba para la construcción. Piconero: Fabricaba o vendía picón (carbón). Piloto: Era el encargado de la navegación en los veleros antiguos. Pinero: Trasladar madera por ríos. Piquero: Fabricante de picos. Plañidera: Mujer a la que se contrataba para asistir y llorar en los entierros. Platero: Se dedicaba a labrar la plata y/o vender objetos fabricados generalmente con este material. Pocero: Oficio especializado en la construcción, el mantenimiento y la reparación de pozos para la obtención de aguas subterráneas. Pregonero: era otra de las profesiones más populares en los pueblos de España. Llegaba con su corneta a las distintas poblaciones, y haciéndola sonar reunía a todos los habitantes para comunicarles noticias importantes venidas de otras ciudades, o acontecimientos extraordinarios dentro del pueblo. Su origen se remonta a tiempos del Imperio Romano, y durante siglos fue el medio de comunicación y publicidad más eficiente. Pregonero Con la llegada de la radio y la televisión, la utilidad del pregonero se vio relegada a un segundo lugar, avocándolo a la desaparición a lo largo de la segunda mitad del siglo XX. Quincallero / Quinquillero: También conocido como “merchero”. Se dedicaba a arreglar y vender objetos de metal (quincallería) y era tradicionalmente nómada. Quintero: Jornalero que cultivaba las heredades que pertenecía a una quinta. Recadero: Los recaderos eran los que antiguamente estaban al cargo de llevar mercancías de un lugar a otro, ya fuera mediante carros tirado por burros, en bicicleta o simplemente a pie. Había grandes negocios que disponían de un recadero exclusivo. Otros negocios más pequeños tenían un recadero en común, o recurrían a recaderos que sin estar asociados a ningún negocio en particular, se movían siempre entre las mismas poblaciones. La llegada del teléfono, la popularización de correos y compañías de envío de mercancías, así como el abaratamiento de costes, relegaron a esta profesión poco a poco al olvido. Recaudador de contribuciones: Se encargaba del cobro de impuestos para la hacienda pública, ya fuera municipal, provincial o estatal. Rederas Rederas: es una de las profesiones más ancestrales. También se llaman cosedoras o diseñadoras, o neskatillas. Reparan o reponen material de las redes de pesca y se les paga por horas o por pieza reparada. Pese a que hubo varios intentos por reemplazarlas por maquinaria, la labor de estas mujeres se ha revelado insustituible. Resinero: era el encargado de extraer la resina de los pinos y otros árboles. Para ello, realizaba cortes en el tronco del pino, y colocaba unos potes debajo del corte para que el pino supurase savia y cayera directamente en él. Todo esto se hacía día tras día desde comienzos del mes de marzo hasta mediados del mes de noviembre. El método común de extracción de resina se conocía como “el método a vida” que extraía únicamente resina de una de las caras del árbol. “El método a muerte” que extraía resina de todas las caras del árbol era excesivamente dañino, y podía provocar la muerte del árbol. Con la creación de resinas sintéticas y otros métodos de extracción más avanzados, la profesión de resinero ha caído en desuso, pero aún existe a día de hoy. Resinero Retocador: era la persona o fotógrafo que se encargaba del retoque de fotografías. Los métodos de retoques eran múltiples y variados. El de más baja tecnología consistía en recortar varias fotografías, hacer un collage y luego con una buena iluminación tomar una fotografías final. Otra técnica era superponer dos o más negativos y obtener una sola figura. También se hacían retoques manuales con pinceles y aerógrafos. Con la aparición del Photoshop el oficio se fue perdiendo. Ricottero: comerciante que, encorvado por el peso de un gran canasto que cargaba sobre la espalda, llevaba ricotta en tarritos de metal con tapa abisagrada, a los que volcaba con un golpe seco sobre el plato que traía el cliente. Además, vendía mozzarellas trenzadas. Rondín: En los arsenales de marina, hombre destinado a vigilar e impedir los robos. Ropavejero: se trataba de un individuo que recorría las calles de una ciudad con una carreta tirada por un caballo, donde iba recolectando harapos y viejos utensilios que la gente ya no utiliza para venderlos en otros pueblos. Originalmente, este intercambio de artículos diversos (ropa, utensilios, o herramientas) era una actividad semejante al trueque: lo que se desechaba en un lugar resultaba de de utilidad en otro. Sacristán: Ayudante del párroco en el cuidado de la iglesia y en sus tareas en general. Sardineras: mujeres o personas que por oficio venden sardinas. Sedero: Elaboraba la seda. Sereno: fue uno de los oficios más emblemáticos de los barrios de España y Latinoamérica, aunque no en todos los lugares tenía las mismas responsabilidades. En España fue el encargado durante décadas de encender las farolas con la caída de la noche, y vigilar las calles mientras la noche durase. Así mismo, también tenía en su poder las llaves de todos los portales para quien la necesitara durante la noche. En otros países como Perú, Chile o México, el sereno fue aquel encargado de la seguridad nocturna en las ciudades. Este oficio se perdió con la llegada de los porteros automáticos, aunque en los últimos años se ha intentado recuperar en varias ciudades españolas como Gijón (desde 1998) y Murcia. Seronero: Fabricaba o vendía serones (cestos, generalmente de esparto para carga en caballerías). Setero: Hombre de campo especialista en la recolección de setas silvestres. Sillero: Fabricaba o vendía sillas y otros muebles. Sochantre: Aunque el diccionario de la R.A.E. dice: Director del coro en los oficios divinos, en algunos documentos antiguos, se especificaba que tenía entre sus obligaciones acompañar al párroco en el día de los difuntos y auxiliarlo en cuanto a cánticos y oraciones, además de desempeñar las funciones propias de un sacristán. Soguero: Fabricaba o vendía sogas (cuerdas). Sombrerero. Fabricaba, reparaba o vendía sombreros. Sustanciero: Se conoció como sustanciero, en tiempos de la posguerra española, a un individuo que, provisto de un hueso de jamón o vaca atado a un cordel, iba casa por casa, introduciéndolo en las ollas durante unos minutos «para darle sabor» a las comidas, a un precio convenido (comúnmente a peseta el cuarto de hora). Tablajero: es el nombre tradicional que se daba a los vendedores de diversos artículos alimenticios en los mercados, porque lo hacían en tablas o puestos públicos en las plazas mayores o plazuelas Talabartero: Persona que fabricaba talabartes de cuero (cinturones para llevar espadas u otras armas y herramientas antiguas). Realizaba su labor trabajando el cuero y fabricando o arreglando guarniciones para caballería: monturas, albardas o cualquier tipo de aparejo. A partir de los años 60 combinada su trabajo con el de tapicero. Tejedor: Elaboraba paños y lienzos. Tejero: Fabricaba tejas y ladrillos a base de barro cocido. Tendero: Propietario o dependiente en una tienda, normalmente de productos comestibles. Vendedor de frutas Tinajero: Hacía o vendía tinajas y otros recipientes. Tintorero: Teñía las pieles y telas. Tonelero: era la persona que por oficio se dedicaba a fabricar y vender toneles. Los toneleros también fabricaban barriles, barricas, cubos, cubas, tinas, mantequeras, tubos, fudres, y demás recipientes parecidos. Tornero: Trabajaba en el torno la madera, el hierro o la piedra para conseguir formas cilíndricas. Tornera: Encargada del torno en la Inclusa o Casa de Beneficencia para niños expósitos. Torrero: Se encargaba de custodiar una torre, atalaya o faro. Traficante: Comerciante, compraba y vendía mercancías. Trapero: Compraba y vendía trapos u otros objetos usados. Tratante o Merchante: se dedicaba a la compra y venta de ganado. Tundidor: Cortaba con tijera el pelo de los paños. Vadeadores: cruzaban a la gente de orilla a orilla en los ríos. Vaquero: Se dedicaba a la cría y/o la venta de vacas y su leche. Velero o Cerero: Fabricaba y/o vendía velas como elemento de iluminación cuando no existía la luz eléctrica. Vendedor de frutas: personas que se dedicaba a vender frutas. Vendedor de pavos: los arreaba con un palo acabado en horqueta de alambre, con las que encauzaba a las aves (empujándolas por las patas) hacia su funesto destino. Vidriero: Trabajaba y/o vendía objetos de vidrio. Vinatero: Producía vino y en ocasiones también lo vendía. Visitador Visitador: Eran ferroviarios que, en las paradas en las estaciones, recorrían los trenes golpeando las ruedas con un martillo con objeto de descubrir fisuras o roturas en las mismas por el sonido que producía el golpe. Cambiaban zapatas de freno y todo lo que fuera referente al rodaje del material remolcado. Yeguacero: encargado del ganado caballar. Yesero: Extraía y elaboraba el yeso para la construcción. Zapatero: Fabricaba y remendaba calzado.
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