En lugar de maximizar los beneficios del capital, el crecimiento económico o el consumismo, se trata de construir el bien común
El próximo mes de julio (1, 2 y 3 de julio de 2021) Bilbao vuelve a acoger el congreso de Economía feminista bajo el título Bizitzaren saregileak: Redes feministas para agitar las bases de la economía.
¿Qué es más importante? ¿El dinero o la vida? El COVID-19 ha puesto en evidencia grandes fallas de nuestros sistemas económicos, puesto a muchos países en crisis económica o al borde de una. La economía feminista prioriza la vida sobre el capital, visión que ahora parece más relevante que nunca. Aquí te la explicamos.
Economía feminista de Mercedes D'Alessandro en PDF, epub o Audiolibro de las mejores tiendas. Lee online GRATIS el primer capitulo ➡️ AQUÍ.
La economía feminista busca nuevos horizontes para conseguir una mejor calidad de vida para todas las personas, así como recuperar actividades que han sido invisibles a través del tiempo y realizadas por las mujeres. Intenta apartar al mercado del centro del análisis para abrirlo hacia temas como la sostenibilidad de la vida y la importancia de la reproducción social, vinculando lo económico con lo social, porque lo social está en el centro de lo económico. Como otras perspectivas críticas a la economía nos hace repensar los conceptos, las bases, ideas y las estructuras, el paradigma, en definitiva, de la economía convencional. Es así como esta mirada del feminismo a la economía se nos presenta como una de las alternativas al sistema capitalista actual.
Sarai Fariñas Ausina Revista Soberanía Alimentaria, Biodiversidad y Culturas 25 de Junio del 2015 Huerta de Alboraia (Valencia), seis menos diez de la mañana del 20 de diciembre de 1981. Amparo se despierta, busca las zapatillas palpando el suelo con los pies; los ojos aún cerrados;
Simone de Beauvoir, Marcela Lagarde, Betty Friedan, Kate Millet y Virginie Despentes son algunas de las autoras que incluye esta selección. La lista se compone de textos clásicos y publicaciones más recientes sobre temáticas como aborto, diversidad, amor libre, economía feminista y pensamiento decolonial.
In her art, Ines Doujak (b. 1959) examines complex interrelationships and goes directly to the heart of explosive issues. From a queer-feminist perspective, she unsparingly analyses the mechanisms and ramifications of the neoliberal market economy and the relationship between production and consumption, capital and exploitation, colonialism and neocolonial rule, racism and gender roles. For the first time Nevertheless provides an overview of Doujak's artistic oeuvre from the last thirty years, encompassing a multitude of different media. The extensive picture section is supplemented by autobiographical fragments and quotations relating to the pictures.
Los conocimientos ancestrales son rescatados y combinados por las mujeres en innovaciones permanentes para reproducir la vida en todas sus dimensiones, inclusive en aquellas que se acordó nombrar c…
¿Qué es más importante? ¿El dinero o la vida? El COVID-19 ha puesto en evidencia grandes fallas de nuestros sistemas económicos, puesto a muchos países en crisis económica o al borde de una. La economía feminista prioriza la vida sobre el capital, visión que ahora parece más relevante que nunca. Aquí te la explicamos.
Anuncian foro de análisis en septiembre próximo, en Brasil Organizaciones feministas de todo el mundo están uniendo sus fuerzas para promover “Propuestas Feministas para una Economía Justa”. Con esta campaña, buscan soluciones a los problemas derivados del modelo neoliberal imperante: las desigualdades, la pobreza y la exclusión. El modelo liberal dirige la economía global y demuestra día a día que no es capaz de hacer frente a las causas estructurales de la pobreza, las desigualdades y la exclusión. Y es que, además de acentuarlos, también los está creando. Por ello, la Asociación para los Derechos de la Mujer y el Desarrollo (AWID), el Centro para el Liderazgo Global de las Mujeres (CWFL) y la Red de Mujeres Africanas para el Desarrollo y la Comunicación (FEMNET) se han unido para hacer frente a esta sociedad mediante “Propuestas Feministas para una Economía Justa”. Begoña San José, activista por los derechos de las mujeres, considera importante que AWID, la mayor organización feminista internacional –con miles de asociaciones de 163 países–, junto con CWFL y FEMNET, lanzara esta campaña. Y es que, asegura que “si bien es cierto que hay un gran debate mundial sobre el aumento de la desigualdad social por las políticas neoliberales, no lo hay sobre su impacto en la desigualdad de género”. DERECHOS HUMANOS COMO BASE El Fondo Calala es una de las numerosas organizaciones que van a participar en el 13 Foro Internacional sobre economía justa, en septiembre en Bahía, Brasil, donde se debatirán todas las propuestas feministas “desde las visiones más modernas y actualizadas” comentaron a AmecoPress. La declaración de estas tres grandes organizaciones no gubernamentales feministas denuncia el neoliberalismo que rige la sociedad global, basado en una economía de mercado que olvida por completo la sostenibilidad de la vida. San José aclara que este trabajo es necesario “por cinco motivos: que sigue aumentando la dependencia financiera, los acuerdos comerciales nocivos –como el TTIP–, la escalada de agresión a los ecosistemas y la biodiversidad, la pérdida de soberanía alimentaria y el arraigo de una base patriarcal-capitalista”. Para cada uno de ellos, considerados como obstáculos y amenazas, el documento ofrece una perspectiva feminista que trabaja no sólo para las mujeres, sino para construir una sociedad y una economía más feminista y justa. Para AWID, es importante que “los Estados cumplan con los principios fundamentales de Derechos Humanos” pues solamente de esa manera se podrán realizar los derechos económicos y sociales. La economía feminista, en este sentido, busca restaurar los “derechos legítimos de las comunidades a los recursos comunes”. Y se centran en el acceso a los bienes comunes porque, cuando a las mujeres y otros géneros oprimidos se les niega la posibilidad de controlarlos “se refuerza el patriarcado”. ECONOMÍA DEL CUIDADO La autonomía de los recursos, por el contrario, permite a las mujeres mantenerse a sí mismas, al mismo tiempo que desarrollan sistemas más igualitarios de gobernabilidad y uso de recursos. La economía feminista, por tanto, “reconoce a las mujeres y, además, las coloca en igualdad de condiciones como demandantes de recursos”. A pesar de esto, San José asegura que “el feminismo no pretende un papel para el conjunto de las mujeres”, sino que quiere acabar con los roles de género “para que cada persona desarrolle su personalidad sin corsé”. Para ello, advierte de la importancia de “que los cuidados se incluyan en la agenda política mucho más de lo que lo han estado –en el caso español– en las elecciones del 26J”. María Palomares Arenas, directora del Fondo Calala, comentó a AmecoPress que, para la organización “el feminismo propone un modelo de sociedad donde la vida esté en el centro, por encima de intereses económicos”. De esta forma, los trabajos de cuidados pasarían a ser prioritarios, dentro de las familias pero también a nivel social. Con esto, se refieren a tareas que serían básicas, como las tareas de reproducción, salud, educación o asistencia. “Sobre estas, se desarrollaría un sistema económico con nuevas prioridades”, asegura Palomares. De esta manera, “las tareas que siempre han realizado las mujeres, el trabajo reproductivo que está fuera del mercado y que está devaluado, pasaría a estar en el centro”, comenta la directora de Calala. Y es que la “economía del cuidado” es otro de los conceptos con los que el feminismo trabaja. La aportación de AWID en este sentido pasa por “redefinir y revalidar el trabajo no remunerado y remunerado, de cuidados y en el mercado”. Todo ello, superando los estereotipos tradicionales de género, así como las brechas laborales y las desigualdades en los cuidados. Desde una perspectiva feminista, se critica la concepción binaria de género, entendiendo que ésta “deja poco espacio para un análisis más profundo del heteropatriarcado y de las relaciones de género disidentes”. BUEN VIVIR: LA SOCIEDAD COMO UN TODO A pesar de que el concepto del “buen vivir” no esté muy interiorizado en nuestra sociedad, sí lo está en la teoría económica latinoamericana que consiste en “vivir en armonía contigo misma, con las personas cercanas, con tu comunidad y con otras comunidades”, explica Palomares. Y continúa: “El buen vivir me remite al concepto de Judit Butler, de las vidas dignas de ser vividas, y cómo en el sistema actual, sólo las vidas en las sociedades occidentales son dignas de ser vividas y poco a poco vamos arrebatando la dignidad y el derecho a la vida al resto”. Magdalena León, economista feminista, centra su trabajo, desde hace tiempo, en el concepto del “buen vivir” y asegura que las propuestas feministas están orientadas al “cuidado por la vida, basada en la cooperación, complementariedad, reciprocidad y solidaridad”. Estos pilares son los que sostienen esta idea, que es otra de las que AWID defiende. Este concepto indígena también “apuesta por la agroecología y la soberanía alimentaria, por el concepto de bienes comunes o compartidos, y por pasar a un nivel más bajo y sostenible de producción y consumo”, explica San José. Sin embargo, el principal aporte de este principio es que la igualdad deja de ser el paradigma de los derechos individuales y, en su lugar, pasa a ocupar la transformación de la sociedad como un todo. Esta idea rompe con un modelo neoliberal en el que muchos sistemas comunitarios –con sus ambientes, prácticas y medios de vida– están en riesgo por los “cambios vertiginosos que se dan a nivel económico, político y cultural”, derivados de la globalización que arrasa por donde va. La directora de Calala pone de manifiesto que “el cuidado del planeta [en este modelo] también sería prioritario, por lo que se tendería a decrecer e intentar revertir a huella ecológica sobre el planeta”. El feminismo, como explica San José, denuncia que este modelo “dinamita la economía, porque impide que cada persona aporte según sus potencialidades y las desarrolle, usando mil instrumentos de segregación sexual y social”. La economía feminista, por el contrario, es la “demostración de la necesidad y del valor del trabajo de cuidados, y la reivindicación de que se reconozca, se reparta por sexos y se pague, sobre todo el cuidado de la infancia y de las personas dependientes”. La dependencia financiera tampoco tiene espacio en este modelo, pues es algo contra lo que luchan mediante una economía solidaria. Como defiende la Red de Economía Alternativa y Solidaria (REAS), se trata de una idea que tiene en cuenta “las personas, el medio ambiente y el desarrollo sostenible y sustentable, como referencia prioritaria, por encima de otros intereses”. El próximo foro que se realizará en Brasil es la oportunidad para que las participantes forjen redes, alianzas y fortalezcan los movimientos por los derechos de las mujeres y la justicia de género. La economía feminista, con el reparto de empleo y los cuidados, haría que más de la mitad de las mujeres que quieren y no pueden trabajar en España pudieran “trabajar, aportar y cubrir dignamente sus necesidades”, asegura San José. Pero el modelo va más allá, y busca que estos cambios sean compatibles con la justicia económica y la sostenibilidad de la vida. Con la economía feminista, tampoco alimentaríamos “el monstruo de la economía financiera que no está al servicio de la economía real o de las necesidades de las personas”, advierte San José, sino que está para el 8 por ciento de la población que acumula el 82 por ciento de la riqueza mundial. En 2012 ya se llevó a cabo en Estambul el Foro Transformando el Poder Económico para Avanzar los Derechos de las Mujeres y la Justicia, con la participación de 2 mil 239 activistas de 141 países fue el foro que más participación ha recibido. En esa ocasión, el foco estaba en la transformación del poder económico para promover los derechos de las mujeres y la justicia. Por este y muchos más motivos es necesaria esta nueva edición del Foro Internacional y la implantación de una economía feminista que luche contra las desigualdades, la exclusión y la pobreza que derivan del modelo neoliberal y del libre mercado. La sociedad será más justa cuando mujeres y hombres trabajen en igualdad de condiciones, por un bien común, dentro de un marco que potencie la sostenibilidad. Fotos: AmecoPress, tomadas de AWID Por: Berta Blanco Cimacnoticias/AmecoPress | Madrid, Esp.-
Así fue el primer día del seminario internacional de Economía Feminista Emancipatoria realizado en Asunción del Paraguay. La apertura fue una clase magistral
null
Regalos de Navidad Éticos. Si en estas fechas estás pensando en regalar, empieza por los principios (Solidaridad, Consumo Responsable, Equidad, Cooperación, Local...) , acuérdate de tus redes (@reas_red, @ElMercadoSocial...) y recuerda que la #EconomiaSolidaria está lista para que la #regal_ESS
En lugar de maximizar los beneficios del capital, el crecimiento económico o el consumismo, se trata de construir el bien común
La brecha salarial ha impedido que las mujeres se desenvuelvan laboralmente, por ello muchas de ellas han optado por emprender usando sus conocimientos y habilidades
Forbes.com has a special feature section on Utopia which has a great article on intentional communities. The article gives an overview on the US movement with a focus on communities… Read More
[td_flex_block_1 art_title_pos="bottom" info_pos="bottom" art_excerpt_pos="bottom"
¿Alguna vez te has detenido a observar tu vida y tu entorno cultural? ¿Alguna vez te han parecido cuestionables o, por lo menos extrañas, ciertas prácticas
¿Existen alternativas económicas? A eso nos referimos con la Economía Solidaria y Feminista es una de ellas. Desde estas alternativas se persigue otra manera de producir, de consumir, de intercambiar, de cuidar, de relacionarse, en definitiva de Ser.
Talleres que cuestionan el amor romántico o cursos que revisan la escasa presencia de mujeres en los libros de texto son algunas de las iniciativas
La aplicación de teorías críticas al campo del diseño como: la economía, la teoría feminista, queer y decolonial, entre otras.
Contactamos con Alicia Rius y Ana Álvarez, para hablar de economía feminista, ámbito en el que llevan años trabajando. Ellas hablan de su compromiso con la construcción de sociedades más justas, equitativas y felices para todas las personas. De su lucha por el reconocimiento de las aportaciones de las mujeres y de la necesidad de favorecer un modelo de desarrollo que tenga en el centro la vida, la sostenibilidad medioambiental, la justicia económica y la democracia. Así es su concepto de economía…y de vida. Comencemos conociendo qué hace el Instituto de Mujeres y Cooperación (IMC), cuáles son sus objetivos y proyectos. El Instituto de Mujeres y Cooperación nace en el 98, con la voluntad de incorporar la perspectiva feminista a los proyectos de intervención social. Está compuesto por abogadas, psicólogas, mujeres de distintos ámbitos. Con el tiempo hemos ido profundizando y madurando nuestra postura en el Feminismo. Empezamos gestionando un espacio de Igualdad de mujeres magrebíes, que estuvo funcionando 6 años. Gestionamos un espacio de Igualdad en Villaverde, puntos de violencia de género en San Sebastián de los Reyes y acabamos de inaugurar un espacio de Igualdad en Arganzuela que se llama Juana Dueñas. Nuestros principales clientes son las administraciones públicas, aunque también asesoramos a fundaciones privadas. En el ámbito de lo no pagado nos dedicamos a la economía social y solidaria y asesoramos a muchísimas mujeres que tanto en lo privado como en lo empresarial están poniendo en marcha proyectos. En 2015 fundamos la Red de Economía Feminista en Madrid, de la que forman parte 20 entidades feministas, con el objetivo de visibilizar empresas y profesionales feministas. Cada vez toma más fuerza la necesidad de potenciar un tipo de economía alternativa, social, solidaria. ¿Qué relación tiene este tipo de mirada, de visión, con los feminismos? ¿Cómo pueden retroalimentarse entre sí la economía social con la economía feminista? Nosotras aterrizamos en la economía social y solidaria, que en principio es un ámbito privilegiado, pero también ahí hace falta el feminismo. Cuando hablamos de poner en el centro el valor de la vida de las personas, hablamos también de afrontar las desigualdades. Hay que poner la mirada en qué pasa con la presencia de las mujeres, en los roles, en las diferencias que existen en el emprendimiento, según lo lleven a cabo hombres o mujeres, etc. No habrá economía social y solidaria si no es feminista. La economía social y feminista no es hablar solo de lo público, sino también del reparto de los cuidados. La economía feminista consigue conectar nuestros cuerpos con el mercado, es decir, no somos sujetos aislados y tenemos que revisar nuestra vida en las casas, en las comunidades, en los distritos, en las asociaciones, tenemos que darle una vuelta a cómo tenemos organizada nuestra vida. Incluso dentro de la economía social y solidaria se promociona y es más visible quien tiene una heroicidad militante, quien es capaz de dedicar muchas horas a estar en espacios formales o informales, ¿a costa de qué? Valorar los cuidados y la singularidad de las personas y situaciones Los cuidados sostienen el mundo, aunque no sean valorados. Las mujeres se han ocupado de estos cuidados. Pero el modelo no da más. Hay otro modo de afrontar esto y es quizás uno de los aspectos más revolucionarios del modelo económico que defiende el feminismo. Claro, estamos planteando muchas propuestas. De entrada, lo primero es fortalecer nuestras entidades porque es difícil la interlocución entre nuestras entidades y los clientes. Por ejemplo, el Ayuntamiento de Madrid nos exige unos horarios. Los cuidados se tienen en cuenta en la forma de organizar el trabajo, hay que dar valor a las opiniones subjetivas, ser horizontales….la economía feminista es educar en la democracia de la participación y tener en cuenta las necesidades de cada persona. Y desde hace tiempo estamos proponiendo hacer comunidades cuidadoras. Dejar de sobrecargar a las familias con todas las exigencias de la crianza, del cuidado a las personas mayores e intentar articular apoyos desde lo comunitario. Por ejemplo, cómo te puedo ayudar con tu abuela, cómo me ayudas con la crianza… Se requiere hacer empresas que no pongan el beneficio económico en el centro. Y exigir a las instituciones que el trabajo de cuidados esté respaldado, con recursos especializados que atienda la singularidad de las familias y las personas. No es lo mismo una familia monomarental, o una con personas mayores en situación de dependencia… ¿Se trasladan roles y tendencias machistas que existen en la sociedad a las cooperativas y entidades que forman parte de la economía social y solidaria? Por ejemplo, que los cargos de decisión o gestión tiendan a ser ocupados por ellos. ¡Claro! Es verdad que es un contexto más privilegiado, pero llevamos siglos de historia patriarcal y hay muchas cosas que seguir mejorando. En las asambleas es muy común que los hombres usen más los turnos de palabra, aunque haya más mujeres. Hace falta empoderar a las mujeres, hace falta que los hombres revisen sus privilegios. Nosotras creamos hace 5 años ‘Tangente’, formada por 17 entidades. Recientemente se ha creado la comisión de feminismos dentro de la Red de Economía Alternativa y Solidaria (REAS) de Madrid. Y vamos a estar ahí. ¿Qué permite materializar el feminismo en el ámbito económico? Feminizar la política y la economía es poner en valor cosas que hasta ahora no han sido valoradas. Por ejemplo, el valor del consenso, el valor de la escucha…es importante lo que se dice, pero también cómo se dice, y también lo que no se dice. Hay que poner el foco en esa otra forma que hemos tenido las mujeres de sostener la vida, basada en el consenso, en la cultura de la paz. Sin idealismos, sin esencialismo, pero dando importancia a cómo lo hemos hecho. Empoderamiento Es habitual consultar a “expertos” en todos los campos e ignorar a las mujeres. Es necesario trabajar por el empoderamiento de las mujeres y también replantear la división sexual del trabajo. ¿Cómo se articula esto? Nosotras, siempre que nos piden una persona experta, en cualquier campo, damos el nombre de una mujer. Creemos en las acciones positivas. Si además es negra, o gitana, mucho mejor. También hay que dar una vuelta al concepto de experto. ¿Qué es lo experto? Dentro del marco que tenemos, capitalista y empresarial, la persona experta es la que ha hecho muchos masters, tiene títulos. No es la persona más humilde, la que relativiza su conocimiento, sino la que se embiste de poder. Personas expertas para nosotras son esas personas que llevan años conociendo una realidad y que saben desde la humildad que les da esa experiencia, que les falta mucho por saber, la realidad es cambiante y no podemos absolutizar. Hay muchos ejemplos, la cooperativa ‘Abierto hasta el amanecer’ lleva años asesorando a las empleadas en el sector doméstico, pero están en la sombra y para nosotras son mucho más expertas que el líder sindical que firma los convenios. Esas cooperativas son una alternativa para la mejora de las condiciones de las empleadas en el sector doméstico y de cuidados, en su mayoría mujeres. ¿Es esto una tendencia? ¿Se están creando cooperativas de trabajo doméstico? Se está avanzando. En Madrid hay ya cinco cooperativas del sector constituidas. ¿Es un indicador de avance el Feminismo? Creemos que sí. Se está sumando gente nueva, joven. En el I Congreso de Economía Social y Solidaria que recientemente se ha celebrado en el barrio de Tetuán, el área que más interés despertó fue el de Feminismo. Estamos viviendo el desarrollo del Feminismo de base, la gente empieza a entender que sin Feminismo no hay democracia, no hay nada. Movilizaciones como el Tren de la Libertad, el 7N, o el último 8 de marzo son algunas muestras. Y también es cierto que las crisis sistémicas como la que vivimos van acompañadas de un movimiento social fuerte. El cambio que propone la economía feminista tiene que ver con esa base social. Pero también hay medidas legislativas que pueden contribuir. ¿Cuáles serían prioritarias? La renta básica es fundamental. La Igualdad en los permisos de maternidad y paternidad que plantea la PPiiNA. Fortalecer el desarrollo de empresas de economía social y solidaria que defienden los principios de la Constitución, como es la igualdad, con beneficios fiscales o ayudas. Y dotar de presupuesto a la Ley de Dependencia, hay que dar valor a esos trabajos que sostienen la vida. Entrevista a Alicia Rius y Ana Álvarez, del Instituto de Mujeres y Cooperación http://amecopress.net/spip.php?article15740
Taller de Economía Feminista 25-10-2015
La COVID-19 ha puesto al descubierto las múltiples vulnerabilidades del capitalismo global. Ante eso, es necesario un urgente cambio de sistema socioeconómico.