Sistema Nacional de Defensa Civil logo png vector transparent. Download free Sistema Nacional de Defensa Civil vector logo and icons in PNG, SVG, AI, EPS, CDR formats.
SE RECUERDA EN ESTA FECHA UNA DE LAS MAYORES CATÁSTROFES SUFRIDAS EN NUESTRO PAÍS: EL TERREMOTO DE CAUCETE EN LA PROVINCIA DE SAN JUAN, OCURRIDO EN EL AÑO 1977. El propósito de esta conmemoración es alentar a la ciudadanía a la realización de acciones altruistas que preserven el patrimonio nacional. La base fundamental de la Protección Civil, es trabajar en el “antes” de un suceso que nos pueda ocurrir, originando conciencia en la población. No obstante, en el “durante” de un siniestro, también tiene su participación. La reconstrucción, la rehabilitación y el seguimiento de las víctimas, es en la fase del “después” volviendo a la normalidad el lugar perjudicado, registró AIM. Esa conciencia a la que tenemos que apelar, puede salvar vidas; ahí está el razonamiento de la situación que plantea la Defensa Civil a sus ciudadanos, con medidas precautorias que contemplen sistemas que revelen como se debe preservar la vida humana, los bienes materiales y el medio ambiente. HISTORIA. ESTA INSTITUCIÓN NACIÓ EN LA ARGENTINA DURANTE LA 2DA. GUERRA MUNDIAL COMO DEFENSA PASIVA ANTIAÉREA. Organismo destinado a proteger a la población de daños por catástrofes naturales desastres y accidentes de gran escala o magnicidios de origen bélico. El concepto se fue modificando y en 1969 pasó a ser Dirección General de Defensa Civil con funciones adaptadas a los riesgos propios de las transformaciones sociales y los cambios climáticos e incorporando la idea de prevención. Se rige por los principios de: Solidaridad social Y ayuda mutua Presta servicios de: Asistencia sanitaria Salvamento Comunicaciones Transporte Asistencia social Rehabilitación de servicios esenciales Este día fue establecido por decreto del Poder Ejecutivo Nacional Nº 1988 del 17/11/1981 en recuerdo de una de las mayores catástrofes ocurridas en el país: el terremoto de Caucete en la Provincia de San Juan el 23 de noviembre de 1977. Constituye un reconocimiento a quienes trabajan en silencio para aliviar el sufrimiento ajeno así como un estímulo a la ciudadanía para la realización de acciones en defensa del bien común. OBJETIVO DEL SISTEMA DE PROTECCIÓN PASIVA DE LA POBLACIÓN Es el de limitar los daños causados por desastres de origen bélico, naturales, accidentales o provocados por el hombre. Hoy en día el concepto de defensa civil va cambiando y adaptándose a los riesgos emergentes de la sociedad en que vivimos, de los cambios climáticos y de los factores socio-culturales que han modificado la naturaleza de las amenazas existentes. Por ello se habla ahora de Protección Civil, donde no solamente es un cambio semántico de la palabra defensa pasamos a protección, para tomar otro concepto de trabajo en la gestión de riesgos, y comenzar desde por las actividades “preventivas” o de “protección” en lugar de pensar en “defendernos” pasivamente de los “estragos” que pudieran surgir. Este concepto es básico porque se encamina el tema de manejo de emergencias desde un punto de vista proactivo en lugar de ser reactivo, generando de esta manera una nueva cultura real de prevención y de reducción de riegos presentes en la comunidad. Esta es una función a nivel nacional, provincial y municipal, donde cada uno en su jurisdicción tiene la respectiva competencia en cuanto a la seguridad que se brinda a los ciudadanos en cuanto al manejo de las amenazas presentes en el lugar. Defensa Civil en acción LA LEGISLACIÓN, PARA EL ÁMBITO DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES (COMO EJEMPLO). La Defensa Civil constituye un sistema que está integrado por: El individuo, quien debe poseer adecuados conocimientos y estar adiestrado La familia, como base de la autoprotección organizada La comuna, como organismo que pone en acción la Defensa Civil en la forma más inmediata Comunas vecinas que llevan a cabo la ayuda mutua El Gobierno Provincial que suministra apoyo móvil a las operaciones El Gobierno Nacional que presta ayuda inmediata cuando la magnitud de la emergencia supera el nivel provincial. Defensa Civil en acción CÓMO ACTÚA DEFENSA CIVIL Las situaciones de emergencia o desastres que afectan o pueden afectar a la comunidad, hacen necesarios estudios que permitan una adecuada difusión de prevención, para concientizar a la población ante los riesgos naturales o provocados por el hombre. La Dirección General Defensa Civil con el fin de evitar o minimizar los daños ante el evento. organiza y planifica su accionar antes de producirse el desastre, mediante hipótesis de riesgo destinadas a proteger al individuo y su grupo familiar ante situaciones como: Inundaciones pluviales y sudestadas Incendios Derrames de sustancias peligrosas Derrumbes Y todo tipo de siniestros Defensa Civil en acción EN LA EMERGENCIA tiene la misión de coordinar tareas de los organismos de respuesta intervinientes encargados de: Asistir y rescatar a las víctimas Asegurar el orden público y de la propiedad Neutralizar todo desorden Mantener una fluida información a través de los medios de comunicación masiva a la población Asegurar la movilidad Distribuir los abastecimientos y evaluar el material deteriorado o afectado emergente Defensa Civil en acción COMO CONSECUENCIA DEL DESASTRE PRODUCIDO POR UNA CATÁSTROFE: Coordinar con los servicios esenciales para posibilitar el normal desarrollo del sector de la comunidad afectada y así lograr un buen rendimiento de operativo de auxilio. Coordinar tareas de salvamento y rescate La evacuación y traslado a los heridos y enfermos a los centros asistenciales para su correspondiente atención. Brindar apoyo moral y material a las personas afectadas Supervisar el despeje de las calles de acceso a la zona de emergencia La remoción escombros Etc Defensa Civil en acción LA PREVENCIÓN ES UNO DE LOS PILARES FUNDAMENTALES DE LA DEFENSA CIVIL. Por ello en forma permanente se dictan charlas en los municipios de la provincia, en los distintos organismos de la comunidad que lo solicitan, con la intervención de personal técnico de la Dirección General, como así mismo se realizan seminarios, congresos y actividades de prevención. Esta difusión preventiva se refuerza a través de los medios de comunicación disponibles en cada localidad, basándose ante todo: En la solidaridad social (un gran sentimiento de socorrer al prójimo) Y en la ayuda mutua (convivencia recíproca) para concienciar en todas las áreas de la prevención de riesgos. Defensa Civil LA DEFENSA CIVIL ACTÚA EN TODOS LOS ESTADIOS DE LA GESTIÓN INTEGRAL DE RIESGO. En la prevención, a largo plazo, a medio plazo y a corto plazo. Es la encargada de declarar la alerta, la emergencia. Coordina las acciones destinadas a mitigar las situaciones de emergencia. Participa en los programas de reconstrucción, una vez pasada la situación de emergencia Defensa Civil en acción Es por su importancia una función que depende del gobierno, por lo que tanto en situaciones de normalidad como en emergencias su funcionamiento está a cargo de los gobernadores de cada provincia y de los intendentes municipales. Ellos son los que evalúan y deciden su movilización y la utilización de sus medios y recursos, aunque por supuesto que supeditadas al Gobierno Nacional cuando el desafío es de gran magnitud. Defensa Civil en acción DEFENSA CIVIL ES UN SERVICIO A LA COMUNIDAD, CREADO PARA ASISTIR A SUS HABITANTES Y A CUALQUIERA DE SUS ORGANIZACIONES SOCIALES, PÚBLICAS, PRIVADAS, ESTATALES O NO GUBERNAMENTALES, DE CUALQUIER NATURALEZA. Se rige por los principios de la “solidaridad social” (sus integrantes poseen un sentimiento natural y hasta un impulso por socorrer de inmediato al prójimo ante cualquier desgracia) y la “ayuda mutua” (por el que entienden que al ayudar al prójimo hay una conveniencia recíproca, ya que el que se ofrece termina recibiendo también una gran satisfacción por sentirse útil). Defensa Civil en acción TERREMOTO DE CAUCETE EN LA PROVINCIA DE SAN JUAN El Terremoto de Caucete de 1977 se registró en la provincia de San Juan, Argentina, el 23 de noviembre de 1977, a las 06:23 UTC-3. Su epicentro estuvo en 31°02′23″S 67°45′36″O, su hipocentro a una profundidad de 17 km. Se sintió con una intensidad de grado IX en la escala de Mercalli, y registró una magnitud de 7,5 en la escala de Richter. Terremoto de Caucete de 1977 El terremoto causó 65 víctimas fatales (aunque autoridades locales estiman actualmente que hubo unas 125 víctimas), destruyó casas y edificios en toda la región, con énfasis en la ciudad de Caucete. Los mayores daños se produjeron en las construcciones de adobe. Al igual que en los sismos anteriores, se produjeron fenómenos de licuefacción de suelo, al este del valle del Tulum y valle del río Bermejo. Se originaron cráteres y volcanes de arena, derrames laterales y violentas salidas de agua con hasta tres metros de altura. La red vial fue enormemente afectada, al igual que la red de riego y drenaje y la infraestructura ferroviaria. Por la licuefacción se produjeron numerosos daños en las líneas de transmisión de energía, redes de distribución de agua potable, perforaciones para riego. También hubo daños en numerosas obras civiles aún no inauguradas, como barrios y escuelas. Fotografía extraida del libro "Historia Argentina". Autor: Diego Abad de Santillán. TEA, Tipográfica Editora Argentina. 1971, Buenos Aires, Argentina. El terremoto de 1977 se asocia al sistema de fallamiento Ampacama-Niquizanga, durante el cual se produjo ruptura superficial y un desplazamiento vertical promedio de 30 cm, según un relevamiento geodésico efectuado en 1982. También ocasionó daños al norte del Área Metropolitana del Gran Mendoza. En edificios altos, a más de 1.000 km de distancia, se sintieron sus efectos apreciablemente. El Grupo 1 de Comunicaciones Escuela de la Fuerza Aérea Argentina fue la unidad responsable de restablecer las comunicaciones mientras permaneció el estado de emergencia en la región. Terremoto de Caucete de 1977 DEFENSA CIVIL EN LA REPÚBLICA ARGENTINA La defensa civil es una organización con apoyo gubernamental, que opera en la mayoría de los países, y tiene como objetivo Apoyar a las poblaciones que habitan en zonas vulnerables para hacer frente a los desastres naturales o de carácter andrógeno. LA DEFENSA CIVIL CONSTITUYE UN SISTEMA QUE ESTÁ INTEGRADO POR: El individuo, quien debe poseer adecuados conocimientos y estar adiestrado La familia, como base de la auto protección organizada La comuna, como organismo que pone en acción la Defensa Civil en la forma más inmediata Comunas vecinas que llevan a cabo la ayuda mutua El Gobierno Provincial que suministra apoyo móvil a las operaciones El Gobierno Nacional que presta ayuda inmediata cuando la magnitud de la emergencia supera el nivel provincial. Las situaciones de emergencia o desastres que afectan o pueden afectar a la comunidad, hacen necesarios estudios que permitan una adecuada difusión de prevención, para concientizar a la población ante los riesgos naturales o provocados por el hombre. La Dirección General Defensa Civil organiza y planifica su accionar antes de producirse el desastre, mediante: Hipótesis de riesgo destinadas a proteger al individuo y su grupo familiar ante situaciones como: inundaciones pluviales y sudestadas, incendios, derrames de sustancias peligrosas, derrumbes y todo tipo de siniestros, con el fin de evitar o minimizar los daños ante el evento. Defensa Civil en acción En la emergencia tiene la misión de coordinar tareas de los organismos de respuesta intervinientes encargados de: asistir y rescatar a las víctimas, asegurar el orden público y de la propiedad, y neutralizar todo desorden, mantener una fluida información a través de los medios de comunicación masiva a la población, asegurar la movilidad, distribuir los abastecimientos y evaluar el material deteriorado o afectado emergente, como consecuencia del desastre producido por una catástrofe, coordinar con los servicios esenciales para posibilitar el normal desarrollo del sector de la comunidad afectada y así lograr un buen rendimiento de operativo de auxilio, coordinar tareas de salvamento y rescate, la evacuación y traslado a los heridos y enfermos a los centros asistenciales para su correspondiente atención, brindar apoyo moral y material a las personas afectadas, supervisar el despeje de las calles de acceso a la zona de emergencia, la remoción escombros, etc. La prevención es uno de los pilares fundamentales de la defensa civil, por ello en forma permanente se dictan charlas en los municipios de la provincia, en los distintos organismos de la comunidad que lo solicitan, con la intervención de personal técnico de la Dirección General, como así mismo se realizan seminarios, congresos y actividades de prevención. Desde nuestra institución colaboramos en la tarea de difusión preventiva, a través de la solidaridad social y ayuda mutua para concienciar en todas las áreas de la prevención de riesgos. Defensa civil de Plaza Huincul Fuente: http://osfatlyf.org/portal/23-de-noviembre-dia-nacional-de-la-defensa-civil/ https://es.wikipedia.org/wiki/Terremoto_de_Caucete_de_1977 http://www.aimdigital.com.ar/2016/11/22/23-de-noviembre-dia-nacional-de-la-defensa-civil/ http://www.marambio.aq/diadefensacivil.html http://www.noticiasdelsurtdf.com.ar/varios/item/631-23-de-noviembre-dia-nacional-de-la-defensa-civil https://lanuevaargentina.wordpress.com/2011/11/23/dia-nacional-de-la-defensa-civil/
The Code Civil Procedure, 1908 consists of XI Parts, 158 Sections and LI Orders.
_______ RÍO TERCERO// SEGURIDAD// Pasadas las 7 de la mañana personal de Defensa Civil realizó un operativo de control de alcoholemia a los chóferes de colectivo de larga distancia. ____ El op
Lesen Sie alles über die Whydonate-Foundation und das Team, das dahinter steht. Whydonate #1 Online Fundraising & Crowdfunding-Plattform in Europa.
Cuba is worth seeing and has a lovely experience value. One can explore Cuba in the footsteps of Alexander von Humboldt or Che Guevara, as well as the interesting cities of eastern cuba enjoy the f…
Sin ningún tipo de dudas es una de las noticias más comentadas del momento y que está de total actualidad. El plantón que Juan Ortega le dio a su novia Carmen Otte en el altar el pasado fin de semana está dejando muchos titulares y con el paso de los días se van conociendo mayores detalles.
België; het land van onze zuiderburen waar ze in het noorden Nederlands spreken, in het zuiden Frans en richting de grens met Duitsland ook het Duits aanwezig is. Een prachtig land met de zee in
The day before Hurricane Ian hit Cuba, 50,000 people were evacuated and taken to 55 shelters. By October 1, less than five days after landfall, 82% of the residents of Havana had their power restored with work ongoing for the western part of the island
La cruz como excusa. La Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos, presidida por Pablo Linares, tiene un curioso historial de demandas y querellas.
Crucero Canarias de la Armada española
The world on the whole regards our approach as uncivilized and confused about the significant distinctions that are necessary for truly free speech.
Dedicado, con todo mi afecto, al Capitán D. Raúl Isasi Zamora: Oficial de Regulares (cuando le conocí en Mostar, allá por el año 2008) que me descubrió la Historia –con H mayúscula- de una sensacional Unidad. “Regular, soldado español. Infante, valiente soldado… Señor, ten piedad, Señor, cuida a tus hijos Señor. Tu historia será memoria sin par, recuerdos de España. Valiente soldado de paz y de honor. Soldado valiente, regular y español. Soldado de España, soldado español. Señor, piedad, Piedad, Señor” (Plegaria de Regulares). “En mayo de 1913, la situación en la región montañosa de Yebala llegó a ser muy peligrosa, con incidentes por toda la zona occidental del Protectorado. Los Regulares llegaron desde Melilla en auxilio de las tropas combatientes. Después de ayudar y socorrer a la columna que dirigía el general Primo de Rivera, siguieron otras acciones heroicas, entre las que destacó la conocida como “LAS BAYONETAS DE LAUCIEN”, en la que los Regulares acudieron a salvar a los Cazadores, consiguiendo un buen número de bajas del enemigo en su acometida con los cuchillos de las bayonetas en las lomas de Laucien, una posición militar española. Después de esta hazaña, el cuchillo bayoneta se incorporó en el emblema del cuerpo de Regulares, junto con el de la media luna creciente, que era símbolo del contingente indígena” (Historia del Emblema de Regulares). En el año 2011 se cumplía el Centenario de la creación de la primera unidad de Regulares, “LAS FUERZAS REGULARES INDÍGENAS DE MELILLA”. Un siglo puede parecer poco tiempo de existencia, en comparación con la antigüedad de otras unidades del ejército español cuyos orígenes se remontan a la reconquista, es decir más de quinientos años, sin embargo durante este periodo de tiempo las unidades de Regulares se han convertido en las unidades más sufridas, más combativas junto con la Legión sin menospreciar a ninguna de las demás. En ellas se han forjado Oficiales, Suboficiales y Tropa de todo el ejército pues siempre han tenido un carácter propio que ha marcado con un sello a todos cuantos han servido en ellas. Es por ello momento de hacer semblanza de aquellas unidades de las cuales son sucesoras y herederas tanto de su historial como de sus hechos de armas, los actuales grupos de Regulares de Ceuta y de Melilla, asentados en ambas ciudades hermanas y de destinos comunes. Hablar de Regulares por tanto es hablar de la historia de dos ciudades de arraigada presencia española en el norte de África, desde hace ya más de quinientos años… Para comenzar, diremos que el origen de la palabra “REGULAR” no es otro que el de designar a aquellas unidades militares que por su carácter permanente se distinguían de otras cuyo carácter era temporal, es decir, se creaban y desmovilizaban según las necesidades. Por su parte, el término “INDÍGENA” define a estas unidades al ser éste su componente fundamental, pues eran en un 80 % reclutados entre el personal del país. Las fuerzas de Regulares indígenas como tales, tuvieron su origen entre otras en las siguientes unidades: Los MOROS DE PAZ O MOGATACES[1]: Desde la conquista de Orán en 1509 los nativos de las tribus próximas se acogieron a la protección de España. Como algunos se alistaron a las tropas españolas fueron denominados por los contrarios almogataces o renegados. En 1859, y por iniciativa del Gobernador Militar de Melilla, se crearon con personal indígena los “TIRADORES DEL RIF”, cuya misión principal consistía en el alejamiento de nuestras costas de embarcaciones enemigas. En la Guerra de África (1859-1860), el general O`Donnell -y por lo que a personal indígena al servicio de España se refiere- no contó más que con los restos de los “Moros de Paz” y algunos de los “Tiradores del Rif”, solicitados con urgencia a Melilla, los cuales pasan en su totalidad a prestar servicio al Cuartel General del Jefe del ejército expedicionario, donde desempeñaron meritorios servicios como guías-intérpretes, siempre luchando con ardor del lado hispano. Las IDALAS Y MEHAZNÍAS eran unidades de carácter temporal se clasificaron en principales y auxiliares, con misiones de policía y seguridad, siendo empleadas en combate en numerosas ocasiones como fuerzas auxiliares durante los años 1926-1927. Los GUMS y YOUNDS eran unidades típicamente marroquíes siendo utilizadas en pocas ocasiones por España, al contrario de Francia que las usó incluso durante la II Guerra Mundial. Se utilizaban en zonas montañosas, realizando razzias y emboscadas, el primer Gum que se creo fue el de Alcazarquivir en 1911. Las HARKAS eran unidades irregulares, se desmovilizaban y creaban según las necesidades. Se reclutaban entre los miembros de una misma cábila. Las primeras de las que se tienen noticias fueron las creadas en la campaña del Kert en 1911. Entre ellas una de las más conocidas fue la de Zoco el Hach de Beni-Sicar mandada por el kaid Abd-el-kader (El Fidelísimo). Sus componentes eran del país a excepción de los oficiales y suboficiales. Fueron ampliamente empleadas en combate entre ellas destacan las de Varela, Capaz, López Bravo, Martínez Zaldívar, Muñoz Grandes y la de Solimán el Jatabi primo del cabecilla Abd el Krim, el cual se mantuvo fiel a España con su harka de Beni Urriagueles. Las MEHAL-LAS se crean en 1913 para servir de base al futuro ejército del “Majzen”, teniendo como misiones dar guardia a S.A.R. el “Jalifa”, rendir honores en actos oficiales y auxiliar como tropa y policía al ejército español en campaña. Los oficiales instructores eran españoles y se llamaban “Jarrub”, la tropa era indígena. El mando superior de todas estas fuerzas era el Teniente Coronel de Caballería D. Miguel Cabanellas Ferrer. Estas unidades fueron muy empleadas en combate siendo premiadas las Mehal-las de Tetuán, Larache y Melilla, por su actuación durante las campañas de Marruecos con el derecho a ostentar la bandera de España. La POLICÍA INDÍGENA: Al ocuparse en 1908 la cábila de Quebdana, limítrofe con Melilla, se crea la Policía Indígena, con dos núcleos de fuerza, uno en Cabo de Agua y otro en La Restinga. Fue creada por el Coronel Larrea. La MILICIA VOLUNTARIA DE CEUTA: Creada en 1887 a propuesta del General Gobernador de Ceuta, todas ellas formada por la Compañía de Moros Tiradores del Rif, el escuadrón de Cazadores de Ceuta y por tropa indígena y mandos españoles, siendo todas ellas de carácter irregular como fuerzas auxiliares que eran y cuya misión era mantener el orden dentro de las ciudades (Majzen: Territorio bajo la autoridad del Sultán) y sus afueras, sin inmiscuirse en la política interior de los territorios del protectorado. En 1.906 asisten en Madrid a la boda del Rey Don Alfonso XIII con Doña Victoria Eugenia de Battemberg. Hay que resaltar que España nunca dispuso de tropas coloniales, es decir, tropas constituidas por descendientes de colonos a diferencia de otras naciones como Francia e Inglaterra, que contaban con unidades de sobra conocidas como los Gurkas, Spashis etc. Como consecuencia del Tratado Franco-Español de 1902, que permitió delimitar las zonas de influencia dentro del territorio marroquí entre España y Francia (y posteriormente, en la Conferencia de Algeciras[2] [16 de Enero de 1.906]) y al tener que emplearse la Policía Indígena muchas veces como fuerza combatiente -para evitar bajas españolas[3]-, se desvirtuó el espíritu para el que fueron creadas y el gobierno sintió la necesidad de crear unas fuerzas de carácter permanente o Regular (de ahí viene su nombre), compuestas por personal indígena y mandos españoles, con instrucción, armamento y plantillas similares a las del resto del ejercito de la península. Es por ello que por R.O. de 30 de Junio de 1911, se crea la PRIMERA UNIDAD DE REGULARES tomando la reglamentación aprobada por R.O. de 16 de Julio de 1895, que regía la milicia voluntaria de Ceuta y modificada posteriormente por el R.D. de 31 de Diciembre de 1909 y la R.O. de 29 de Enero de 1919. A esta primera unidad de Regulares se la denominó “FUERZAS REGULARES INDÍGENAS DE MELILLA” y fue organizada sobre la base de un batallón de infantería, con 4 compañías y un escuadrón de caballería, teniendo su base en la plaza de Melilla, concretamente en el actual Fuerte de la Purísima Concepción, siendo su primer Jefe el Teniente Coronel de Caballería D. Dámaso Berenguer y Fusté, quien ya contaba con una brillantísima Hoja de Servicios de campaña. Por Real Orden Circular de 30 de Junio de 1911, firmada por el Ministro de la Guerra, Teniente. General Don Agustín Luque y Coca, se crea en el Ejército Español: Un Batallón de Infantería, con cuatro compañías y un escuadrón de Caballería indígenas, dependientes de la Comandancia General de Melilla. Dichas Fuerzas estarán al mando de un teniente coronel de una cualquiera de las Armas combatientes. En su parte expositiva la citada Real Orden dispone en su tenor literal: “Excmo. Sr.: La extensión de los territorios del Rif ocupados actualmente por nuestras tropas, exige el mantenimiento de ellas de un núcleo importante de fuerzas capaz de asegurar la tranquilidad del territorio y el desarrollo, a su amparo, del comercio y demás fuentes de riqueza del país. Sometidos a nuestra influencia los habitantes de las cábilas ocupadas como consecuencia de la última campaña, parece llegado el momento de ir creando tropas nutridas con los elementos indígenas afectos a España, que sirvan de núcleo para la organización de unas Fuerzas Indígenas de Regulares, con cohesión y disciplina y capaces de cooperar en las operaciones tácticas con las tropas del Ejército. Los brillantes y positivos resultados obtenidos por otras naciones mediante la organización y empleo de estas tropas, y los excelentes servicios prestados hasta ahora por las fuerzas indígenas organizadas en Melilla, con carácter de ensayo, aconsejan preservar con firmeza, aunque con la prudencia que las circunstancias exigen, el paulatino desarrollo de estas fuerzas, conservando las actuales su carácter de policía militar y auxiliares del ejército, creando nuevas unidades que puedan, por su organización, constituir la base, y en su día, la parte principal del ejército de nuestras posesiones y territorios ocupados por nuestras tropas en el continente africano”. El Primer soldado indígena[4] ingresa el 5 Agosto 1911 en Melilla. En realidad, el soldado Regular fue la primera tropa profesional (voluntaria) con remuneración. Lo que le ofrecían los Regulares al indígena era un sueldo, ropa nueva, comida respetuosa con sus creencias, alojamiento, sanidad, seguir profesando sin problemas su religión musulmana, posibilidades de ascenso y -los más afortunados- tener un fusil y montar un caballo (ambos, símbolos de gran estatus social). Todo esto hacía atrayente el enrolarse en un Tabor. Cuando regresaban de permiso a sus aldeas o poblados, hacían un efecto reclamo o llamada y el resto de jóvenes veían lo bien vestidos que iban con sus chilabas nuevas cargadas de muchos bordados, manteniendo su turbante (rexa), que con sus 7,50 metros hacía de mortaja al fallecido, su pantalón (zaragüelles), calzado (babuchas), bolsa de costado (skara), bien alimentado y con un dinero en el bolsillo difícil de conseguir fuera del Ejército. Pero además, el bereber o rifeño era un soldado excepcional, resistente a la fatiga, abnegado y austero, buen jinete y magnífico tirador, perfectamente adaptado al terreno, al clima y al tipo de guerra al que se iba a enfrentar, características que le convertían en un guerrero nato, cualidades que le hacían estar por encima de su homólogo en las unidades peninsulares de recluta forzosa. Por R.O.C. de 31 de Julio de 1914 se organizan las Fuerzas Regulares Indígenas en la zona del protectorado de España en Marruecos, quedando constituidas por cuatro Grupos formados cada uno de ellos por dos Tábores a tres compañías y un Tábor de caballería de tres escuadrones. La misión de estas fuerzas fue la de vanguardia y combate en todo tipo de terreno y operaciones, lo que llegó a incluir emboscadas, desembarcos y operaciones en alta montaña. Se exigía a sus mandos tener muy buenos conocimientos sobre la manera de llevar la guerra por parte del enemigo del Rif y del foco rebelde de la región de Yebala (donde se encuentra Tetuán)… “La misión de los Grupos de Regulares, desde su creación en 1911, ha sido la lucha de vanguardia. Pocos días de descanso ¡muy pocos!, y los más, el combate, la emboscada, la descubierta. De una a otra posición, de una a otra Zona del Protectorado…pero siempre en vanguardia. Y todo ello, con modestia, sin alardes, con la sencillez del cumplimiento exacto y gustoso del deber. Estas Fuerzas Regulares, que han sido la piedra de toque, el pedernal, el yunque que aguantó los zarpazos enemigos y llevó la bandera de España y la Media Luna de su emblema tradicional, a donde fue necesario vencer, sin reparar en la fortaleza del enemigo, sin contar su número ni sus armas: se luchaba y se vencía” (Coronel de Regulares D. José Fernández Bacorell, en el cierre de una conferencia impartida en Tetuán, el 16 de Diciembre de 1950, a los Jefes y Oficiales Alumnos de la Academia de Interventores). El bautismo de fuego de las Unidades de Regulares se produjo el 19 de Febrero de 1912, en la acción de “Zoco el Tenin”, contra las harcas del cabecilla rifeño “El Mizzian”, teniendo como consecuencia la muerte de dicho cabecilla y sufriendo las primeras bajas de la unidad, pero no fue en esta ocasión donde se otorgó la primera condecoración, sino en la acción de Kaddur, ocurrida el día 11 de Abril de1912, donde el Primer Teniente D. Jaime Samaniego y Martínez Fortún, se convirtió en el primer laureado de las Fuerzas Regulares por su heroico comportamiento en dicha acción. Texto extraído de la sensacional historia escrita en 2003 por D. JOSÉ Mª GIL HERNÁNDEZ Z Z Z Z Z Z Z Z Z Z Z Z Z Z Z Z Z Z Z Z Z Z Z Z Z Z Z Z Z Z Z Z Z LOS HISTÓRICOS Durante la primera etapa (1911-1922) se crean los cinco grupos, denominados “LOS HISTÓRICOS” por ser los primeros que se crearon. Fueron empleados en vanguardia en todas las acciones que se desarrollaron en las campañas de Marruecos, Guerra Civil e incluso durante los sublevación de los mineros en Asturias en el año 1934 en que participó el grupo de Ceuta Nº 3. Se organizaron hasta 10 Tábores en los diferentes grupos, encontrándose encuadrados en las siguientes divisiones 1, 5, 11, 12, 13, 14, 82, 150, y 152. Durante la segunda etapa, tras la Guerra Civil (1940-1956) y dado el número excesivo de Tabores, se reorganizan las unidades y se crean por fusión de éstos los Grupos 6, 7, 8, 9 y 10. En una tercera etapa (1956-2003), el número de unidades se redujo, así como sus efectivos, pero eso sí permanecen fieles y dispuestas a servir como siempre lo han hecho a España a lo largo de su historia. LOS GRUPOS DE REGULARES HISTORICOS (1911-1922): FUERZAS REGULARES INDIGENAS DE MELILLA (1911-1914): Tuvo su primer acuartelamiento en el Fuerte de Sidi-Guariach (Fuerte de la Purísima Concepción), siendo su primer jefe y fundador el Teniente Coronel de Caballería D. Dámaso Berenguer y Fusté. Esta unidad embarcó en 1913 en el puerto de Melilla trasladándose a la zona de Tetuán. El día 18 de Enero de 1912, las Fuerzas Regulares participan en el combate para la ocupación de Monte Arruit, por cuyo brillante resultado, su jefe, el Teniente Coronel Berenguer, fue felicitado telegráficamente por El Rey Don Alfonso XIII y por el ministro de la Guerra Don Agustín Luque y Coca, con orden expresa de transmitir esta felicitación a las fuerzas a sus órdenes. Durante todo ese año, las Fuerzas Indígenas participan en diversas operaciones de campaña en el territorio de Melilla, pasando en Junio de 1913 a guarnecer la plaza de Tetuán, en la Zona Occidental de nuestro Protectorado; adonde llegan el día 12 del citado mes y entrando seguidamente en combate, destacando su actuación en las acciones de Samsa, Ben Karrick, Beni Madan y Loma Amarilla. Por Real Orden de 31 de Julio de 1914, el primitivo Batallón se amplía en los efectivos, material y servidumbre propios de un Regimiento, si bien no recibe tal nombre sino el de GRUPO, y los Batallones el de “TABORES”. En su consecuencia la reforzada Unidad recibe, por vez primera, el nombre oficial de GRUPO DE FUERZAS REGULARES INDÍGENAS DE MELILLA Nº 1. En su composición inicial, el Grupo contaría con dos Tábores de Infantería de a tres compañías cada uno y un tercer tábor, éste de Caballería, con tres escuadrones de jinetes “alfaraques”. (De “Alfaraz”, caballo en árabe). En Abril del siguiente año se elevan a tres los tabores de Infantería del Grupo. En Noviembre de ese año este tercer tabor se desgaja del Grupo para formar uno nuevo que llevaría por nombre el de “Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Melilla Nº 2”. GRUPO DE FUERZAS REGULARES INDIGENAS “TETUAN” Nº 1 (1916-1985): Se organiza sobre la base de las FRI de Melilla, estableciéndose en el Campamento General junto al Río Martín. Su primer jefe fue el Teniente Coronel D. Leopoldo Ruiz Trillo. En 1914 cambia su denominación por R.O. de 7 de Diciembre a “Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Melilla Nº 1”. En 1916 (por Resolución del Ministerio de la Guerra de fecha 7 de Diciembre) cambiaría de nuevo su nombre por G.F.R.I. de Tetuán Nº 1. El 26 de Abril de 1915 se crea el III Tábor de dicho Grupo. Su primera bandera le fue concedida por R.O. de 3 de Julio de 1922. El Grupo de Regulares de Tetuán Nº 1 es el origen, la madre y el tronco de todas las Fuerzas Regulares al servicio de España. Cuenta en su esclarecido Historial con un altísimo número de bajas en combate (23.461) entre muertos, heridos y desaparecidos, así como un impresionante número de altas Condecoraciones de Campaña: 15 Cruces Laureadas de San Fernando Individuales y 3 colectivas, y 67 Medallas Militares Individuales y 13 colectivas, dicen mucho del heroísmo, entrega, abnegación y sacrificio de esta Unidad. GRUPO DE FUERZAS REGULARES INDIGENAS “MELILLA” Nº 2 (1914-1985): En 1915 se establece en la Alcazaba de Melilla y en Nador (siendo esta última su ubicación posterior). Se organiza sobre la base del Tábor de Policía de Alhucemas y el recién creado III Tábor del G.F.R.I. de Tetuán Nº 1. Su primer jefe fue el Teniente Coronel de Caballería D. Antonio Espinosa Sánchez. Permanece en Nador hasta el año 1956 en que regresa tras la independencia de Marruecos a Melilla ocupando el Acuartelamiento de Cabrerizas., hasta su disolución en 1985. El día 29 de Junio de 1916, una columna de estas fuerzas indígenas de Melilla marcha desplegada hacia las estribaciones de Cudia-Federico (Ceuta), recibiendo seguidamente la orden de adelantarse por el camino que lleva hacia El Biut, al objeto de ocupar la loma de las Trincheras. Avanza la Caballería que es sorprendida y deshecha en una cruel emboscada de la harka enemiga. De inmediato el jefe del tábor, comandante Muñoz Güi, ordena que salga en su protección una compañía de Infantería del mismo, que es igualmente batida, causando la muerte de su capitán, de dos de sus oficiales y de 60 de sus hombres. Ante la gravedad de la situación (los efectivos del enemigo son muy superiores al de nuestros soldados) acuden en su auxilio las dos restantes compañías del tábor al mando de su jefe, el comandante Muñoz Güi, el cual es herido gravemente falleciendo ese mismo día. El combate se torna fortísimo, en su transcurso y dando un extraordinario ejemplo de valor al frente de sus Regulares, resulta herido “muy grave” de un balazo en el vientre, el joven capitán que manda la 3ª Compañía (y en esos momentos el tabor por muerte heroica de su comandante) Don Francisco Franco Bahamonde, que al final, y tras una operación muy delicada, logra salvar la vida y el Rey Don Alfonso XIII lo asciende a Comandante con tan sólo 23 años[5]. GRUPO DE FUERZAS REGULARES INDIGENAS “CEUTA” Nº 3 (1914-1985): Se organiza sobre la base de la milicia voluntaria de Ceuta, el Tábor Xerifano, de Tetuán, y la sección local de la Policía Indígena de Tetuan. Su primer jefe fue el Teniente Coronel D. Manuel de las Herías Jiménez. Luego tomaría el mando el Tcol. José Sanjurjo Sacanell –“El León del Rif”- quien, en Julio del 16, ascendería a coronel[6]. Su primera bandera le fue concedida por R.O. de 22 de Noviembre de 1921. En la acción de Casabona caería el Comandante D. Santiago González Tablas, Caballero Laureado de San Fernando. GRUPO DE FUERZAS REGULARES INDIGENAS “LARACHE” Nº 4 (1914-1985): Se organiza (Real Orden de 30 de Septiembre de 1914) con el personal de los Tábores de policía indígena de Arcila, Larache y Alcazarquivir, así como del Gum Hamda que operaba en esta zona. Su primer jefe fue el Teniente Coronel D. Federico Berenguer Fusté, hermano del fundador de Regulares. Tuvo su primer acuartelamiento en Arcila, pasando posteriormente a Alcazarquivir donde permaneció hasta su disolución. Su primera bandera le fue concedida por R.O. de 24 de Diciembre de 1921. Desde sus filas legendarias, un joven teniente haciendo gala de un grandísimo valor consigue prender sobre su pecho Dos Cruces Laureadas de San Fernando. Se llamaba D. José Enrique Varela Iglesias, y aunque “a título póstumo” llegaría a alcanzar el empleo más elevado del escalafón de Oficiales Generales, el de Capitán General del Ejército. GRUPO DE FUERZAS REGULARES INDIGENAS “ALHUCEMAS” Nº 5 (1922-1985): Fue creado por R.O.C. de 29 de Julio de 1922 (y prácticamente como consecuencia del Desastre de Annual), con el nombre de Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Alhucemas Nº 5, compuesto por 3 Tábores de infantería y uno de caballería, al igual que sus homólogos, teniendo su primer acuartelamiento en Segangan, y tomando la faja de color rojo como prenda característica de su uniformidad. Su bautismo de fuego lo obtuvo el I Tábor al mando del Teniente Coronel D. Rafael de Valenzuela y Urzaiz, apenas dos meses después de su creación, el día 26 de Octubre de 1922, durante la ocupación de Tayudait. El 16 de Noviembre de 1922, cesa en el mando el Teniente Coronel Valenzuela[7], haciéndose cargo el Teniente Coronel D. Claudio Temprano Domingo. S.M. el rey Alfonso XIII, felicitó al grupo por su brillante comportamiento en el campo de batalla. Decía la orden de la columna: “DEBO DE HACER ESPECIAL MENCIÓN AL PRIMER TABOR DEL GRUPO DE ALHUCEMAS DE RECIENTE CREACIÓN, QUE EN EL PRIMER COMBATE QUE CONCURRE, SE CUBRE DE GLORIA, ALCANZANDO EL OBJETIVO QUE LE DESIGNE, APODERÁNDOSE DE TAYUDAIT Y CONQUISTANDO COMO TROFEO EL CAÑÓN QUE TENÍA EL ENEMIGO EN SU PODER, TENIENDO QUE VENCER CON SU ARROJO LA OBSTINADA PERSISTENCIA QUE ANTES DE ABANDONARLO, DEMOSTRÓ HASTA EL ÚLTIMO MOMENTO”. Este grupo actuó en numerosas acciones de guerra, tanto en las campañas de Marruecos, como en la Guerra Civil, prueba de ello son las condecoraciones recibidas en campaña, siendo el más condecorado de todos, pese a ser el último creado de los llamados grupos históricos. Por R.O. de 7 de Abril de 1925, S.M. el rey Alfonso XIII concede el honor al grupo, de enarbolar la bandera nacional por derecho propio y bien ganado en el campo de batalla. Tras la independencia de Marruecos y en el año 1959 termina de replegarse de la zona abandonando el acuartelamiento de Segangan y quedando en su nueva ubicación el acuartelamiento de Yasinem actual de Alfonso XIII, hasta su disolución en 1985. Con la pacificación del Protectorado, los Grupos de Regulares -curtidos en cien combates- enterraron a sus muertos, plegaron sus viejos guiones llenos de gloria y replegaron sus tabores hasta sus acuartelamientos en una y otra zona de nuestro antiguo Protectorado. Luego vendría la Guerra Civil… Pero eso ya es otra historia. GRUPOS de REGULARES MUERTOS HERIDOS MUTILADOS DESAPARECIDOS TETUÁN No 1 2.681 20.465 … 315 MELILLA No 2 2.748 9.977 1.666 … CEUTA No 3 3.998 18.807 3.360 375 LARACHE No 4 1.739 7.612 … 345 ALHUCEMAS No 5 3.269 13.098 699 … TOTAL BAJAS 14.435 69.959 5.725 1.035 91.154 Formaron parte de la punta de lanza desde los comienzos, convirtiéndose muy pronto en un cuerpo de élite del Ejército Español y en toda una leyenda… Y es que, al lado de la Legión, como fuerza de vanguardia y de choque los Regulares escribieron con letras de sangre y oro una gloriosa página en la Historia Militare española: 56 Laureadas les fueron concedidas[8]… Por no hablar de las 188 Medallas Militares Individuales, que se dice pronto. GRUPOS DE REGULARES LAUREADAS INDIVIDUALES LAUREADAS COLECTIVAS MEDALLAS MILITARES INDIVIDUALES MEDALLAS MILITARES COLECTIVAS “TETUÁN” No 1 15 3 67 13 “MELILLA” No 2 8 4 34 15 “CEUTA” No 3 11 2 45 13 “LARACHE” No 4 9 4 7 3 “ALHUCEMAS” No 5 13 5 35 17 TOTALES 56 18 188 61 “Soy soldado regular nacido en tierra española. Orgulloso de servirla con bravura sin igual. Formaré la vanguardia al luchar y a morir marcharé sin temor, porque así me cubriré de honor, que es la gloria mayor a esperar. Luchar, vencer y resistir, saber sufrir y padecer… Tal consigna ha de tener. El que me quiera seguir a luchar y a sufrir. Nadie nos podrá igualar porque sabemos morir. Es imposible seguir al soldado regular… ¡A luchar, a vencer, a morir! Cuando me mandan luchar soy ejemplo de leales, soldado de Regulares, victorias a conquistar. La bandera española ha de ser defendida por mí al combatir. Su presencia nos hará vencer si juramos por ella morir. Al frente marcha mi guión, estela de gloria seguiré; en mi pecho está el valor unido a Dios con gran fe. A luchar y a sufrir nadie nos podrá igualar porque sabemos morir. Es imposible seguir al soldado regular. ¡A luchar, a vencer, a morir!” [1] La dominación española en África necesitó de una tropa de choque indígena osada y valerosa, acostumbrada a los rigores del clima y perfecta conocedora del terreno; adiestrada además en las prácticas guerreras de las gentes del país y que sirviesen de “cabeza de puente” o avanzada en la invasión. Y formaron esta tropa al servicio de España los “Mogataces”, antecesores distinguidos de nuestras Fuerzas Regulares Indígenas. Estas compañías de Mogataces toman parte en la Reconquista de Orán el año 1732, si bien no es hasta el 1 de Mayo de 1734, cuando por una Resolución del General Gobernador de Orán Don José Vallejo, se da forma oficial a la organización de las mismas, debiendo contar cada compañía con un “pie de fuerza” de 100 moros montados, con su capitán, un teniente y dos sargentos. Plantilla, que según parece, no pudo cubrirse totalmente en sus inicios, pues en una Memoria encontrada en el Monasterio de El Escorial, y fechada en Orán el día 5 de Febrero de 1735, puede leerse: “Pero hasta ahora (Febrero de 1735) tan sólo se han podido reclutar para mogataces 26 moros bizarros y seguros para ella (para la compañía), y comprar del país nueve caballos buenos, con los que hacen el regular servicio, y se continúa en solicitar completarla así de hombres como de caballos”. Estas fuerzas mogataces (damos ya por supuesto al completo de su plantilla, y aún ésta aumentada en las plazas que convinieren) con la denominación de “MOROS DE PAZ” llegaron a prestar muy valiosos y estimados servicios en la protección de avanzadas y defensas de las Plazas de Orán y Mazalquivir; hasta 1791, reinando en España Carlos IV, en que cedidas aquellas plazas al Rey de Argel, hubieron de embarcar sus restos (unos 40 hombres) y dirigirse a Ceuta donde quedaron a extinguir, percibiendo un haber diario de 12 cuartos (36 céntimos) o sea algo menos de 11 de nuestras antiguas pesetas. Años después, cuando nuestra Guerra de la Independencia (1808-1814) se fomentó otra vez la recluta desapareciendo de nuevo en 1817, pues los pocos que quedaban se designaron para intérpretes del Comandante Militar de la Plaza de Ceuta. [2] En su artículo 3º se dispone que: “Por los representantes de España y S.M. Xerifiana se llevará a cabo la organización de Fuerzas Policía Indígena, para cuidar y mantener el orden y fomentar la amistad hacia España del elemento indígena y facilitar cuantos datos de interés puedan interesar al mando”. [3] De hecho, la creación de los Regulares se debió en gran parte a la protesta de la población civil en la península, secundada por la prensa, por la participación de soldados españoles en la Zona del Protectorado. Se decía que un Soldado Regular (nativo) valía por tres: El soldado peninsular que se ahorraba el gobierno español en sus honorarios, el soldado como tal y el soldado enemigo que éste eliminaba en combate. [4] La Real Orden de creación del Batallón de Regulares designa Melilla como plaza elegida para llevar a cabo su organización, reclutamiento e instrucción. Y aunque en sus inicios los nativos se encontraba remisos a ingresar en las fuerzas recién creadas, poco a poco y con la colaboración, no siempre desinteresada, de los jefes de cábila este reclutamiento se va afianzando, y tan sólo cuatro meses más tarde, en Octubre de 1911, el Batallón cuenta ya con 20 jefes y oficiales, junto a una tropa formada por 300 soldados indígenas de Infantería y 127 de Caballería. Entre los primeros oficiales que acuden a nutrir esta incipiente fuerza de choque destacamos a Mola, Cabanellas, Monasterio, Llano de la Encomienda, junto a un largo etcétera de magníficos mandos de tropas indígenas, a los que sus compañeros de la Península, obviamente situados en destinos más cómodos y relajados, designaron con el apelativo de “africanistas”. En Enero de 1912, y vista la masiva afluencia de personal indígena al objeto de “sentar plaza” en dichas fuerzas, se amplían hasta seis el número de las compañías de Infantería y a tres los escuadrones de Caballería. [5] El 17 de Febrero de 1912, Franco llegaba a Melilla en compañía de su compañero de promoción, Camilo Alonso Vega, y su primo Pacón destinado al Regimiento África Nº 68 que manda su antiguo Coronel de la Academia de Infantería José Villalba Riquelme. Sus primeros cometidos en África fueron operaciones rutinarias; entre otras, establecer contacto entre diferentes puestos fortificados o la protección de las minas de Banu Ifrur. El 13 de Junio de ese mismo año asciende al empleo de teniente, cuenta con 19 años de edad y será el único ascenso que obtendrá por escalafón; los demás los obtendrá por méritos de guerra. A petición propia, el 15 de Abril de 1913, se le destina al Regimiento de Regulares indígenas, unidad de choque recientemente formada por Dámaso Berenguer. El 12 de Octubre de 1913 recibe la Cruz al Mérito Militar de primera clase por su victoria en un combate el 22 de Septiembre anterior y el 1 de Febrero de 1914 es ascendido a capitán por su valor en la batalla de Beni Salem (Tetuán). En esta primera etapa en África demostró valor y capacidad táctica. En los combates se distinguió por su arrojo y belicosidad. Era “entusiasta de las cargas a la bayoneta para desmoralizar al enemigo” y asumió elevados riesgos encabezando el avance de su unidad. También, ayudado por ese coraje, logró que las unidades a su mando se distinguieran por su disciplina y avance ordenado, “ganándose una reputación de oficial meticuloso y bien preparado, interesado en la logística, en abastecer a sus unidades, en trazar mapas y en la seguridad del campamento”. También, ya en aquella época, muestra un carácter imperturbable y hermético que le acompañará durante toda la vida. Años más tarde, reconoció que la noche en la que se incorporó a su unidad en África, durmió con el arma en la mano; la tropa le inspiró una fuerte desconfianza. Franco no se vería obligado a desarrollar una depurada estrategia ni tácticas de guerra elaboradas (dotes que ni en aquella época proporcionaba la formación en las academias militares españolas ni se le reconocería en su trayectoria militar): los rifeños no eran estrategas ni estudiosos de las tácticas de combate modernas; el desafío se encontraba en contrarrestar su belicosidad; acostumbrados a razzias entre tribus y contra los ocupantes de turno, ponían en estos combates su vida: «Hombres acostumbrados a carreteras, a caminos o, cuando menos, a senderos de montaña; hombres, además, recién llegados de un ambiente en que la guerra se miraba como algo intolerable; hombres, finalmente, que nunca habían luchado y, al otro lado, gentes no sólo acostumbradas a pelear sino para quienes la guerra estaba conectada con el pan de cada día». (Martínez Campos), Franco, primero al mando de los Regulares indígenas y después al de la Legión, instauró una disciplina férrea e implacable con la insubordinación. Miembros de su tropa llegaron a decir que con Franco al frente no perdían las batallas y el salir ileso de las refriegas (en los dos años y medio primeros de su paso por los Regulares, 35 de los 41 de sus compañeros oficiales habían resultado muertos o heridos) le invistió de un halo de invulnerabilidad ante los indígenas que lo calificaron como hombre con baraka (hombre con buena suerte). Franco pudo advertir que los mandos únicamente conseguían el respeto de la tropa si demostraban valentía, y que el elevado número de deserciones, incluso los amotinamientos, guardaban una estrecha relación con el fracaso de las operaciones, la derrota o la retirada. El cabalgar sobre un caballo blanco, cuando tuvo derecho a ello, lo hizo bien visible para su tropa. También se distinguió por su preocupación en abastecer a su tropa en un ejército que la descuidaba por completo. En África (como en anteriores guerras coloniales) se producían más muertes como consecuencia de enfermedades que por los enfrentamientos armados… En 1916, en un combate en El-Biutz (entre Ceuta y Tánger) fue herido en el bajo vientre, una herida grave que pudo causarle la muerte y que lo mantuvo varios meses hospitalizado en Ceuta. Era norma no escrita que las heridas de guerra se recompensaran con un ascenso, ascenso que le fue negado y que Franco logró tras insistir en todas las instancias hasta llegar al Rey Alfonso XIII. El 28 de Febrero de 1917 es nombrado Comandante con efectos retroactivos de 29 de Junio de 1916, convirtiéndose en el comandante más joven de España. Sin embargo, no consiguió que le concedieran la Laureada de San Fernando (máximo galardón en el ejército español) a la que también estaba propuesto. Años más tarde, ganada la Guerra Civil, ya como caudillo de España, se la concedió a sí mismo. [6] Con el empleo de Comandante de Regulares fue premiado por su acción en el combate de Beni Zaiem (Tetuán) el 1 de Febrero de 1914. [7] Valenzuela es designado por S.M. El Rey Don Alfonso XIII para el mando del Tercio de Extranjeros, tomando posesión del mismo en la mañana del día 2 de Diciembre de 1922, y encontrando la muerte en TIzzi-Assa, al frente de sus banderas legionarias, en la acción del día 5 de Junio de 1923. [8] GRUPO DE FUERZAS REGULARES INDÍGENAS DE TETUÁN Nº 1: 1.- 1º TENIENTE DE CAB. D. JAIME DE SAMANIEGO Y MARTÍNEZ FORTÚN. 2.- 2º TENIENTE DE INF. D. EDUARDO AIZPURÚA REYNOSO. 3.- CAPITÁN DE INF. D. LADISLAO AYUSO CASAMAYOR. 4.- COMANDANTE DE INF. D. JOSÉ SANJURJO SACANELL. 5.- 1º TENIENTE DE INF. D. FERNANDO MONTILLA PÉREZ-ESCRICH. 6.- MÉDICO 2ª SANIDAD MILITAR D. RICARDO BERTOLOTY Y RAMÍREZ. 7.- CABO DE INF. D. MARIANO FERNÁNDEZ CENDEJAS. 8.- SARGENTO DE INF. D. CARLOS ZARRALUQUI SÁEZ. 9.- TENIENTE MÉDICO D. LUIS MUÑOZ MATEOS Y MONTOYA. 10.- SARGENTO DE INF. D. GUILLERMO NICOLÁS ORDÓÑEZ. 11.- PRACTICANTE 1ª MILITAR D. DANIEL PAJARES COLODRÓN. 12.- TENIENTE DE INF. D. FRANCISCO PUEYO Y AINETO. 13.- SOLDADO DE INF. D. LORENZO BENITO BENÍTEZ. 14.- ALFÉREZ PROVISIONAL INF. D. SIMÓN HERNANDEZ SAGRADO. 15.- TENIENTE DE COMPLEMENTO DE INF. D. JOSÉ ORIOL ANGUERA DODERO. GRUPO DE FUERZAS REGULARES INDÍGENAS DE MELILLA Nº 2: 1.- CAPITÁN DE INF. D. JUAN SALAFRANCA BARRIOS. 2.- CAPITÁN DE CAB. D. JOAQUÍN CEBOLLINO VON LINDEMAN. 3.- TENIENTE DE CAB. D. ANTONIO ALÁEZ BAYONA. 4.- TENIENTE DE INF. D. RAFAEL CARBONELL MUÑOZ. 5.- CAPITÁN DE INF. D. MIGUEL RODRIGO MARTÍNEZ. 6.- ALFÉREZ DE INF. D. ANTONIO GARCÍA DE LA SERRANA Y GARCÍA. GRUPO DE FUERZAS REGULARES DE CEUTA Nº 3: 1.- 1º TENIENTE DE CAB. D. DIEGO PACHECO BARONA. 2.- COMANDANTE DE INF. D. SANTIAGO GONZÁLEZ TABLAS Y GARCÍA-HERREROS. 3.- TENIENTE MÉDICO D. MANUEL RUIGÓMEZ VELASCO. 4.- TENIENTE DE INF. D. FRANCISCO ARACIEL GARBAYO. 5.- CAPITÁN DE INF. D. JOSÉ GÓMEZ DE ARTECHE Y MARTÍNEZ DE VELASCO. 6.- CAPITÁN DE INF. D. RAMÓN JORDAN DE URRIES Y PATIÑO. 7.- TENIENTE DE INF. D. LUIS BAQUERA ÁLVAREZ. 8.- TENIENTE DE INF. D. RICARDO QUIROGA PÉREZ. 9.- COMANDANTE DE INF. D. MARIANO GÓMEZ DE ZAMALLOA Y QUIRCE. GRUPO DE FUERZAS REGULARES INDÍGENAS DE LARACHE Nº 4: 1.- TENIENTE DE INF. D. JOSÉ ENRIQUE VARELA IGLESIAS. 2.- COMANDANTE DE INF. D. JACINTO JAQUOTOT ALCOBENDAS. 3.- TENIENTE DE INF. D. FRANCISCO CASAS MITICOLA. 4.- ALFÉREZ DE INF. D. JOSÉ CARRASCO VERDE. 5.- CAPITÁN DE INF. D. ANTONIO DEMA GIRALDO. 6.- ALFÉREZ PROVISIONAL INF. D. JUAN CHICOY DABÁN. GRUPO DE FUERZAS REGULARES INDÍGENAS DE ALHUCEMAS Nº 5: 1.- TENIENTE DE INF. D. ALFREDO COSTELL MEDINA. 2.- ALFÉREZ DE INF. D. LUIS CUE VIDAÑA. 3.- TENIENTE DE CAB. D. SALUSTIANO SAENZ DE TEJADA Y OLAZAGA. 4.- CAPITÁN DE INF. D. LORENZO CARBONELL MUNTO. 5.- CAPITÁN DE INF. D. NICOLÁS DE FUENTES PADRÓN. 6.- CAPITÁN DE INF. D. HELI ROLANDO DE TELLA CANTOS. 7.- TENIENTE CORONEL DE INF. D. CLAUDIO TEMPRANO DOMINGO. 8.- ALFÉREZ DE INF. D. VICTOR SAINZ ALCAINE. 9.- SARGENTO DE INF. D. PERFECTO REY CASTIÑEIRA. 10.- TENIENTE DE INF. D. CLAUDIO RIVERA MACIAS. 11.- TENIENTE DE INF. D. JOSÉ MARZO MEDIANO. 12.- CAPITÁN DE INF. D. PEDRO JANÁRIZ PERIS. 13.- ALFÉREZ PROVISIONAL INF. D. CARLOS GARCÍA DE LA HERRÁN Y MARTÍNEZ. 14.- CAPITÁN DE INF. D. ANTONIO VAQUERO SANTOS. GRUPO DE FUERZAS REGULARES INDÍGENAS DE INFANTERÍA Nº 6: 1.- CAPITÁN DE INF. D. TEODORO PALACIOS CUETO. La última es concedida en la División Azul, porque mientras permanece cautivo hasta 1.956, estaba en lista en revista del Grupo Xauen Nº 6.
Defensa ribereña Enrocado vs Gaviones
Welche Rechtsverfehlungen sollten Coaches im Team-Coaching vermeiden? Was kann man als Team-Coach falsch machen? Nina Meier erläutert im Coaching-Magazin die Rechtslage.
The ongoing Syrian civil war, which began in March 2011, is of course dominated by Cold War-era (and even 21st century) weapons, however, there is an astonishing mix of WWII gear – bot…
Sierra de Guadarrama, vista panorámica del despliegue defensivo del Ejército republicano, incluyendo varias pieza de artillería (Albero y Segovia) El terreno El teatro de operaciones donde se va a desarrollar la batalla está enclavado en la Meseta meridional de las dos que forman la gran terraza de ambas Castillas. Se halla separada de la septentrional por las grandes sierras de Gredos y Guadarrama, y por el conjunto de serranías que forman el sistema Carpetano hasta los Altos de Medinaceli, donde este sistema empalma con el Ibérico y donde desarrolla la comarca en que confluyen las provincias de Soria, Guadalajara y Zaragoza. Desde esa gran arista orográfica, el terreno desciende hacia el sur, desarrollando sus espolones de forma suave, y apareciendo la región de Madrid como una extensa llanura, levemente accidentada en algunas de sus comarcas. Los obstáculos orográficos no son de sobresaliente importancia para las operaciones que se van a relatar, pues a través de todos ellos es posible y relativamente fácil la maniobra de las Fuerzas Armadas. Las regiones verdaderamente accidentadas de este TO se revelan: en la parte occidental, al sur de la sierra de Gredos; en la parte oriental, en las tierras que ocupan el Alto Tajo y la serranía de Cuenca; y en la región central, a ambos lados de la carretera de Burgos a Madrid que cruza el sistema Carpetano por Somosierra. En el sur, el TO queda cerrado por los montes de Toledo y las pequeñas serranías que se inician al norte de Ciudad Real y mueren, por el este, en el valle del Guadiana, a la altura de Alcázar de San Juan. En verdad, ninguna de las regiones claramente montañosas interesa de manera directa al cuadro operativo en que va a desenvolverse la batalla. Su interés se concreta al hecho de fijar condiciones a los Sistemas de Fuerzas que monten la maniobra en torno a lo que será el objetivo esencial de la lucha: Madrid. En el aspecto hidrográfico, en la zona de maniobras de la batalla, se desarrolla de norte a sur, descendiendo de las serranías en esa dirección buscando el cauce del Tajo que cruza la zona de E a O, después de describir un gran arco en su curso alto, al E de Guadalajara. Los afluentes del Tajo que desempeñarán un importante juego como factores tácticos en la maniobra son: al O de Madrid, el Guadarrama y el Manzanares; al E, el Jarama, con sus afluentes el Henares y el Tajuña. El propio río Tajo corre al S de Madrid. En orden a las comunicaciones, es sabido que Madrid constituye el principal nudo de ferrocarriles y carreteras de España y que el trazado de ambos sistemas es radial. La lectura del croquis nos libera de su descripción. Oportunamente consignaremos las obras que se realizaron en el curso de la batalla para perfeccionar las comunicaciones y garantizar su mantenimiento. Así como en lo que respecta a la red ferroviaria no dispone el TO de ninguna en circunvalación que ligue los ejes radiales, la red de carreteras se halla muy bien enlazada por transversales y aparece complementada con pequeños ramales que se derivan de ellas, todo lo cual puede apreciarse en el citado croquis. Topográficamente, el contorno de Madrid interesa para conocer el desarrollo de la batalla. Asentada la capital en el valle del Manzanares, que lame sus linderos en el frente SO (por donde se produciría el ataque), no tiene en sus inmediaciones más que pequeños accidentes de escaso relieve. La zona de maniobras se desarrolla por el S en lo que prácticamente es una extensa llanura, sólo perturbada por colinas aisladas, o que forman sistemas de desarrollo limitado, como las que se alzan sirviendo de divisoria de aguas entre los ríos Guadarrama, Manzanares, Jarama y Tajuña, o de algunas quebradas y barrancas de cauce normalmente seco. Tanto esa zona sur como la oriental están despejadas de bosques. Estos existen en forma de grandes manchones al O y al N, en un terreno orograficamente más revuelto; de un modo general predominan las extensas capas de matorrales, más que el bosque alto y espeso. Pese a la existencia de esos matorrales, toda la zona de maniobras se presta a la observación terrestre y aérea, de las que solamente escapan algunas zonas de alto arbolado y las que se hallan edificadas. Ambas clases de obstáculos jugarán un papel sobresaliente en la maniobra y en la batalla, haciendo pesar su valor como factores tácticos en las acciones de fuego y movimiento, en el encubrimiento y en la sorpresa, y resultando notablemente favorables para la defensa. Los medios Desde el comienzo de la guerra el Gobierno se había lanzado a la lucha en los distintos frentes organizando «Columnas» que puso en su mayor parte bajo el mando de jefes profesionales. Los partidos políticos o los dirigentes sindicales organizaron otras, siendo ellos mismos quienes ejercían el mando, con o sin asesoramiento técnico. Tal fue el primer efecto del derrumbamiento del Estado a consecuencia del Alzamiento. La totalidad de las columnas eran manejadas desde el Ministerio de la Guerra por el ministro, como jefe supremo, y su EM, pero sin que los diferentes frentes de lucha tuvieran mandos de conjunto que articulasen las columnas que en ellos se empleaban. Esos frentes fueron los del Norte, Aragón, Centro, Andalucía y Extremadura. Los dos primeros se mantenían con relativa autonomía. En el TO del Centro, concretamente, aparecían: la columna del coronel La Calle, que cubría la carretera de Aragón al sur de Sigüenza; la columna del general Bernal, sobre el eje que conduce a Burgos por Somosierra, y la columna del general Riquelme, que cerraba las carreteras que convergen sobre Madrid por el Guadarrama y Navacerrada; en el S la columna del general Asensio, que operaba sobre la carretera de Talavera de la Reina a Madrid. A esta columna se incorporaron las fuerzas que pudieron replegarse sobre la capital al caer Toledo en poder del adversario. Entre las dos últimas columnas citadas, otra secundaria, a las órdenes del coronel Mangada y reclutada por éste en los primeros días, cubría la zona de El Escorial. En el mes de octubre, cuando las tropas procedentes de África ya estaban cerca de Madrid, el general Pozas fue nombrado jefe del Ejército del Centro, con jurisdicción sobre las fuerzas que cubrían la capital, y al atardecer del de noviembre de 1936, cuando la capital ya estaba directamente amenazada, fue designado el general Miaja jefe de la defensa de Madrid y se pusieron a sus órdenes las tropas y medios dislocados entre el río Guadarrama, al O de Boadilla del Monte, y Vaciamadrid, en la confluencia de los ríos Jarama y Manzanares, al sureste de la capital. La evaluación de los medios de la defensa sólo podía hacerse aproximadamente a causa de la confusión que imperaba en un frente que reiteradamente, desde los combates librados en la zona de Talavera de la Reina, venía siendo batido y arrollado (el coronel Puigdengolas, que lo mandaba, acababa de morir en la línea de fuego). En dicho frente las unidades se renovaban o reforzaban de manera precipitada o sin control, ya fuese por las dificultades con que se tropezaba en la lucha, por las influencias políticas, o por las interferencias creadas por los jefes de los partidos o sindicatos, que habían organizado unidades de milicia. Tales injerencias escapaban muchas veces al control del Mando Superior, aunque éste se hallase en manos del Ministro. Se sabía que existían numerosas unidades incompletas que actuaban entre las carreteras de Toledo y Extremadura, por las que avanzaba el adversario; pero se desconocía su volumen, su ubicación y las posibilidades con que contaban; tampoco podía precisarse con rigor dónde se hallaba el frente de combate, ni el apoyo artillero de que se disponía, a causa de sus incesantes fluctuaciones. Algo similar podía decirse de las fuerzas empeñadas desde Carabanchel, por Villaverde, hasta Vaciamadrid, y de las unidades que daban conexión al frente desde la zona de Campamento hasta las estribaciones de la Sierra. A tal imprecisión contribuía la proximidad de los combatientes a la capital y la mayor facilidad que con ello tenían los organismos políticos o sus dirigentes para manejar a quienes designaban como sus tropas. Esos jefes, políticos o milicianos, continuaban practicando un vicio que se inició al comienzo de la guerra: el de desplazarse a Madrid cuando la ausencia de luz atenuaba el combate, so pretexto de «informar», ya fuese al mando militar o al mando político, o bien para recabar órdenes o instrucciones. En cuanto a la disponibilidad de reservas y medios complementarios en la retaguardia, no era menor la imprecisión o la incertidumbre. En realidad, el nuevo comandante de la Defensa, al hacerse cargo de su cometido, sólo pudo reunir elementos de juicio francamente vagos o inciertos. Sin embargo, en contraste con esa imprecisión, la realidad era que a dicho jefe se le entregaba todo, la ciudad y una masa imponderable de medios, sumidos en el desorden y en el desconcierto. Si esto era evidente en el orden material, lo mismo acontecía en el moral, ya que al sonar al atardecer del 6 de noviembre los primeros aldabonazos dados por la artillería enemiga, una crisis de tonos morales estaba fraguándose en el ambiente ciudadano de la capital, y no se podía intuir siquiera cómo iba a cristalizar, facilitando o dificultando la resolución del problema militar que se estaba planteando. Tratemos de precisar algunas de las posibilidades del momento. En el orden humano existía una verdadera polvareda de hombres y de unidades combatientes, agrupados de manera arbitraria, irregular, aunque con la nomenclatura de la organización normal: Secciones, Compañías, Baterías, Batallones…, algunas estaban mandadas por cuadros profesionales de jerarquía modesta y la mayor parte por jefes de milicias designados por los partidos políticos o por la Inspección General de Milicias. En todos los casos se había tenido en cuenta la conducta que militarmente habían observado como combatientes desde los primeros meses de la lucha; circunstancia, ésta, que daba a los jefes, sobre el miliciano elemental, la autoridad proveniente de su antecedente bélico [1]. Como era natural predominaban las unidades de Infantería equipadas con armas de acompañamiento; excepcionalmente, algunas de ellas disponían de escuadras o pelotones de jinetes; otras contaban con algún carruaje blindado de manera rudimentaria y, muy excepcionalmente, de alguna pieza de artillería. Para dar una idea de la pulverización orgánica de nuestras unidades combatientes, me basta señalar este dato: cuando en el curso de los combates de los primeros días logramos conseguir información sobre las unidades de que disponía el teniente coronel Barceló que con su columna [2] cubría el frente de nuestra ala derecha, apoyándose en Majadahonda–Boadilla del Monte [3] y que actuaba conjuntamente con la 3.ª Brigada y las tropas batidas de Fernández Cavada (Aravaca–Húmera y Pozuelo) contra el flanco izquierdo de los atacantes, supimos que en aquella base había reunido los restos de diversas pequeñas unidades con efectivos variables entre 40 y 600 hombres. De ellas siete eran restos de unidades de tropas regulares (Batallón de Instrucción, Guardias de Asalto, Seguridad, Aviación, Compañías de los Regimientos de la primitiva guarnición de Madrid y Campamento, y Caballería a pie); los demás eran unidades de milicias (Columna vasca, Compañías del V Regimiento, Batallón Dimitrov, Batallón Pestaña, Batallón Acero, Juventudes Campesinas, Columna Libertad, Batallón España y otros) de las cuales, aunque algunas se titulaban Batallones, eran meras agrupaciones de 200 a 300 hombres, algunas sin cuadros; de dichos batallones sólo uno disponía de 600 hombres y otro de 400. De las demás columnas (Cavada, Enciso, Escobar, Mena…) cabe decir lo mismo; existían en ellas algunas pequeñas unidades «autónomas», cuyos efectivos eran inferiores a cincuenta hombres. Las dificultades que en el orden táctico habían de vencer los comandantes de columna no necesitan ser subrayadas. El armamento era muy variado en todo el frente y se hallaba profusamente mezclado: en fusiles, disponíamos de los calibres 6.5, 7.0, 7.62 y 7.92, a los cuales se sumarían bien pronto los 7.7, 8.03 y 8.0, al llegar unidades procedentes de otros frentes o al adquirir en el extranjero algunas partidas de armas. Había cinco calibres distintos de ametralladoras, tres de morteros, ocho de artillería… incluidas algunas piezas arrumbadas en los parques; su reparto entre las columnas no respondía a ningún criterio y, debido a la circunstancia de que ese armamento había sido entregado a los combatientes según la urgencia de empleo en uno u otro lugar, y al trasiego de éstos de una a otra unidad, era frecuente encontrar unidades armadas con fusiles y ametralladoras de los más variados calibres. Esto crearía enormes dificultades de abastecimiento, hasta que en el proceso de reorganización, de que trataremos en otro lugar, se lograse unificar el correspondiente a cada unidad. Prácticamente no existían armas de defensa contra aeronaves (DCA) y contra Carros de combate (Ac). El apoyo que pudieran prestarnos la Aviación o las unidades blindadas no se podía controlar ni prever, pues la defensa de Madrid carecía de esos medios y los que disponía el Mando Superior eran manejados directamente por el mismo. Solamente sabíamos que se disponía de algunos aviones llamados en el argot miliciano «natachas» (para pequeño bombardeo y vuelo rasante, de escasa eficacia) y «katiuskas», de bombardeo; muy pronto se recibirían los «chatos», de caza, y posteriormente se adquirieron los llamados «moscas». Aquél era muy maniobrero, y el último muy rápido y de mayor potencia de fuego. En lo que respecta a Carros de combate, habían llegado los primeros modelos T–26 de fabricación rusa, pero ninguna unidad fue adscrita a la Defensa, si bien cooperaron con ésta muy activamente desde finales de noviembre. Al comienzo de la batalla, el pequeño número de carros ligeros de que disponíamos [4] se adscribieron a las columnas del flanco derecho. En el frente de Madrid, y expresamente en el sector sur, por donde amenazaba la maniobra adversaria, se habían hecho fortificaciones por el Estado Mayor del ministro, y sobre el plano, unos estudios para montar un sistema de obras defensivas que las tropas habrían de ocupar cuando se replegaran sobre la capital. Formaba dicho sistema un conjunto de centros de resistencia de relativa eficacia para cubrir linealmente la ciudad y, a la vanguardia, algunas obras aisladas tratarían de dislocar la maniobra enemiga dando tiempo a la ocupación de aquellos centros. El conjunto de tales obras estaba muy lejos de poderse considerar terminado cuando el enemigo se acercó a la plaza, y prácticamente, en la confusión reinante, no se podía pretender su ocupación de una manera ordenada y dirigida. Tal vez las obras más retrasadas, situadas en el propio lindero de la ciudad, pudieran guarnecerse en el último repliegue, y no se debía perder la esperanza de que en ellas llegase a consolidarse la resistencia. En cualquier caso, parecía frustrada la previsión del Mando Supremo de fortificar la periferia de Madrid, contribuyendo a ello la falta de conexión entre la dirección de las obras defensivas —a cargo de elementos civiles sin relación con el Mando Militar— y los comandantes de las diversas columnas. Las tropas y sus jefes desconocían la localización de las avanzadas, que ya se habían terminado, y en su repliegue pasaron junto a ellas sin ocuparlas. Es notoriamente exagerada la referencia de la Enciclopedia Espasa (Suplemento 1936–39), cuando dice que «la capital de España se había convertido en un inmenso reducto con su foso natural…» y en cuyas barricadas «cada casa era un fortín». Esto pudo tener visos de verdad durante el curso de la batalla, en algunos sectores, por imperativos del vigor del ataque y la tenacidad de la resistencia, y por el intenso esfuerzo que, día y noche, realizaron las unidades destinadas a esos trabajos, pero distaba mucho de ser cierto en el momento de iniciarse el ataque. En otro orden de ideas, y sólo como ironía, se puede admitir lo que en diversos textos se ha dicho de que el Gobierno tenía montado un plan de defensa a base del empleo de 50 000 voluntarios internacionales. Si aquel plan existió lo guardaría algún turista en su cartera para mostrárselo a nuestros adversarios. En cuanto a los 50 000 combatientes internacionales no los vimos jamás en Madrid ni fuera de Madrid. De los efectivos que llegaron a la plaza para cooperar en la defensa trataremos en el momento oportuno. El mantenimiento del Sistema de Fuerzas de la defensa estaba prácticamente asegurado por los propios organismos que desde la capital habían venido abasteciendo los frentes hasta entonces. Y aunque muchos de sus elementos directivos se desplazaron a Valencia con el Gobierno, la maquinaria o mecanismo de abastecimientos de todo orden quedaba montado en Madrid. General Vicente Rojo "Así fué la defensa de Madrid" Capítulo II - Planteamiento de la Batalla (1) Asociación de Libreros de Lance de Madrid, 2006
FUERZAS AEROMOVILES del EJERCITO de TIERRA España, 1982