Los buenos capítulos de libros son como mapas del tesoro: te guían a través de un territorio desconocido, te arrastran hacia adelante... solo que, en vez de entregarte un tesoro al final, lo que hacen es espolear tus ganas de continuar con la búsqueda. Pero ¿cuál es la estructura idónea para un capítulo? Pues bien, lo ideal sería que cada capítulo se centrara en un acontecimiento, un personaje o una historia. Debe guardar cohesión con la trama general y, al tiempo, tener su propia cohesión interna. Así, los primeros párrafos plantearán el estado de la cuestión; su parte central se