¿Quieres adelgazar, pero tu peso se mantiene intacto? ¿Notas hinchazones en tu rostro y cuerpo, piel con problemas o celulitis? Todos estos síntomas pueden revelar que el sistema linfático no funciona como debería. Lo podemos comparar con una bomba que está constantemente en movimiento: si comienza a funcionar peor y la linfa circula mal, en el cuerpo se acumulan toxinas y los órganos se someten a una sobrecarga excesiva.