Hay tres reglas fundamentales que debe seguir. Que no le dé la luz, odia la luz brillante, sobre todo la del Sol, le mataría. Que esté lejos del agua, que no se moje. Pero lo más importante, lo que nunca debe olvidar, es que por mucho que llore, por mucho que suplique, nunca, nunca debe comer después de medianoche. Estoy seguro de que solo con estas reglas, ha acudido a vuestra mente la película dirigida en 1984 por Joe Dante y producida, entre otros, por Steven Spielberg: Gremlins. Pero más allá de la película hay otra historia que también hoy os quiero contar. La verdadera historia de los Gremlins es una mezcla de folclore, mitos y leyendas que se remontan a la época de la Segunda Guerra Mundial. La palabra "Gremlin" se cree que tiene sus orígenes en la jerga de la Royal Air Force (RAF) británica durante la década de 1920. Los pilotos comenzaron a utilizar el término para explicar los problemas mecánicos inexplicables que afectaban a sus aviones. La creencia en los Gremlins como criaturas maliciosas y traviesas que causaban problemas en las aeronaves se popularizó durante la Segunda Guerra Mundial. Se decía que estas criaturas pequeñas y juguetonas se escondían en los aviones y provocaban fallas mecánicas, desde cortocircuitos hasta problemas en los motores. Los pilotos a menudo culpaban a los Gremlins por los misteriosos fallos técnicos que no tenían explicación lógica. La leyenda de los Gremlins fue llevada a la cultura popular por el escritor británico Roald Dahl, quien sirvió como piloto de la RAF durante la guerra. Dahl escribió historias sobre estas criaturas traviesas y las publicó en revistas militares, popularizando aún más la creencia en los Gremlins entre las tropas y la población en general. La idea de los Gremlins como seres maliciosos que causan problemas en las máquinas y dispositivos técnicos persistió después de la guerra. En la década de 1980, el director Joe Dante llevó la leyenda de los Gremlins a la pantalla grande con la película del mismo nombre. Aunque la película es una obra de ficción y comedia de terror, se inspira en la mitología de los Gremlins de la Segunda Guerra Mundial. Así que, en esencia, los Gremlins tienen sus raíces en las supersticiones y anécdotas de los pilotos durante la guerra, y su leyenda se ha mantenido viva a lo largo de los años gracias a la cultura popular y las interpretaciones creativas en películas y otros medios. Y ya que hablamos de películas, mmmm… Más allá de la influencia de la Segunda Guerra Mundial y el folclore de los pilotos, la película "Gremlins" de 1984 dirigida por Joe Dante llevó la historia de estos seres traviesos a nuevas alturas de popularidad. El guion de Chris Columbus se inspiró en las leyendas de los Gremlins, pero le dio un giro único y fantástico. En la película, un inventor compra un Mogwai llamado Gizmo como regalo de Navidad para su hijo. Sin embargo, las reglas estrictas y fundamentales para cuidar a Gizmo (no exponerlo a la luz brillante, no mojarlo y no alimentarlo después de la medianoche) son incumplidas, dando lugar a la aparición de los traviesos Gremlins. Como seguramente todos recordaremos, la trama se desarrolla en el tranquilo pueblo de Kingston Falls, donde los Gremlins, liderados por el astuto Stripe, crean el caos durante la temporada navideña. La película combina elementos de comedia, terror y fantasía de una manera única, convirtiéndose en ese superclásico de los años 80's. Además de su éxito en taquilla, "Gremlins" dejó una marca indeleble en la cultura pop. Gizmo y los Gremlins se convirtieron en íconos, y la película ayudó a popularizar la idea de criaturas pequeñas y traviesas que se desatan en situaciones caóticas. El gran éxito de la primera película, llevó a la creación de una secuela, "Gremlins 2: La nueva generación" que se lanzó en 1990 y llevó la premisa a niveles aún más extravagantes y cómicos. En última instancia, la historia de los Gremlins, ya sea basada en las leyendas de la RAF o en la visión creativa de Hollywood, ha perdurado como una parte única y a menudo humorística del imaginario cultural. La película y su legado han garantizado que los Gremlins sigan siendo recordados y queridos por varias generaciones de espectadores. Por favor, si estas Navidades te regalan, un Mogwai mmmm recuerda las tres reglas que escribí al principio de este post, y reza para que no se convierta en un Gremlin. jejejejeje.