Flotadores oculares, marcas en la piel, mareos o dolor inexplicable en el pecho. Tan pronto como todo esto sucede, nos apresuramos a consultar en Google y terminamos encontrando explicaciones desde cómo retirar el vello hasta los cambios más pequeños en nuestro cuerpo. Bueno, Google no siempre tiene la razón, y algo que parece aterrador puede resultar completamente inofensivo.