Sinopsis: Una noche de verano, años atrás, Edward Alcott había cedido a la tentación de besar a lady Julia Kenney en un jardín oscuro. Después de que la dama se hubiera casado con el hermano gemelo de Edward, el conde de Greyling, esa pasión que ella había despertado en él debía permanecer entre las sombras del jardín. Sin embargo, cuando la tragedia les golpeó con fuerza, y para honrar el juramento hecho a su hermano moribundo, Edward debía fingir ser Greyling hasta que la condesa diera a luz a su bebé. Tras el regreso de su esposo, después de un viaje de dos meses de duración, Julia lo encontró cambiado. Más descarado, audaz, y mucho más travieso, aunque limitara sus encuentros a unos simples besos. Cada día que pasaba, ella se sentía más enamorada de él. Para Edward, los rescoldos del deseo, que habían prendido aquella noche de hacía tantos años, recobraron vida con suma rapidez. Se moría por ser su esposo en toda su plenitud. Pero, si ella descubriera el engaño, lo despreciaría, y las leyes inglesas le impedían casarse con la viuda de su hermano. Aun así, sabía que debía arriesgarlo todo y revelar sus secretos si quería optar a recibirlo todo. Opinión personal: Lorraine Heath es una autora por la que siento verdadera predilección, seguro que lo digo cada vez que comento una de sus novelas. Creo que me conquista con su estilo ágil, directo y atrapante, y con esa capacidad de hacer de un argumento aparentemente simple algo más complejo, de echar por tierra algunos clichés románticos y de crear protagonistas masculinos que me enamoran. Poco me ha sorprendido esta historia, lo admito. Desde el momento en que Edward apareció en acción en Deseos ocultos de una dama tuve muy claro el porqué de su comportamiento. Y tenía muchísimas ganas de leer su historia. Quizás por eso, la pareja de Albert y Julie, que aparece de forma secundaria como un matrimonio muy de la época, educado y enamorado, no me llamó especialmente la atención. Sí las reacciones de los cuñados. Me encantan estos romances del amor al odio pero aquí, la autora comete la audacia de cargarse un personaje importante, al hermano del protagonista, y eso me ha parecido tan valiente que no puedo menos que aplaudirla. Me encanta el riesgo en la romántica. No diré que haya sido una novela perfecta, hay cosas que comentaré y que no me han resultado convincentes, pero aquí viene mi poca objetividad ya que cuando devoro una novela de esta forma, enganchándome con un argumento que, aunque original, no deja de ser bastante predecible, con escenas que te encogen las entrañas y con un protagonista del que no puedes tener ni un solo pensamiento negativo ─ aquí podéis leer muestras claras de mi poca parcialidad ─ no puedo más que quitarme el sombrero. Si esta novela tiene algo que merezca la pena comentar es ese hombre que siente tanto amor tanto por su hermano como por su cuñada. Que ha vivido toda la vida preocupado por no dañar los sentimientos de aquellos a los que quería. Ese sinvergüenza simpático que esconde un verdadero héroe ─ creo que tras mis palabras se puede leer que este hombre me ha enamorado ─. Quizás tenga que decir también, que creo que en ciertas circunstancias a la autora se le ha ido la mano en exceso. Sobre todo en un pasaje en concreto pues ni con ese corazón tan grande lo veo en las escenas que lo emplaza. Además, tampoco lo he encontrado necesario. Julia me ha parecido un personaje bastante menos relevante. No diré que no me haya gustado pero no le he encontrado nada destacable. Está claro que sorprende su poca facilidad para distinguir a dos hombres, sobre todo, teniendo en cuenta que ha estado casada durante años con uno de ellos. Pero, claro, eso no es comentable ya que sino no habría habido novela. La autora se ampara en el tiempo transcurrido, en los cambios que sí le encuentra pero, supongo y creo que puede ser muy creíble, que a veces la mente es incapaz de reconocer algo que da totalmente por imposible. Sí que me ha resultado algo brusco en ella ese cambio en los sentimientos, como si su relación con su marido fuera mucho más tierna y «convencional» y con Edward tuviera un amor más pasional, desbordado y desinhibido. Me ha gustado esa naturalidad con la que trata su inseguridad ante un físico que le ha cambiado tanto, esas escenas tiernas que la desbordan y ese marcado protagonismo que le da la autora a su embarazo. No será una relación fácil. Para ninguna de las partes, la historia está llena de escenas muy emotivas, algunas de ellas muy enternecedoras y quizás, por eso, en su conjunto Lorraine Heath ha conseguido crear una historia de amor muy bonita, o al menos a mí me lo ha parecido. Sobre todo por esas frases que consigue que leas y releas, con un suspiro. No tan solo resultará compleja a nivel de sentimientos, no olvidemos que el sentimiento de traición está latente en cada página, sino también con el escollo legal que envuelve su complicada situación. La novela sigue una estructura muy clásica, con esos pequeños-grandes detalles que la hacen tan original, y al final, creo que es lo que más me hace valorarla. Que consiga engancharme con una novela muy de personajes. No encontramos grandes giro, aunque los hay, algunos que hacen temblar la historia y, al final, no sabes por dónde saldrá la autora para arreglar algo que parece no tener solución. Sobre los sentimientos de Edward la autora juega con la ventaja de que no nos los tiene que mostrar, estaban ahí latentes desde ese primer momento. Quizás me ha faltado entender el porqué, qué le ve nuestro héroe a la protagonista que yo no le vea. Pues a mí, como ya he dicho, me ha parecido una protagonista de lo más normal. Sí, Julia sorprende con esas frases picantotas, pero al fin y al cabo se las está diciendo a su marido y no hay en ellos algo poco habitual. Es una de las maneras que tiene la autora para diferenciar el tipo de relación que está manteniendo y, sobre todo, esas escenas de alto voltaje que nunca faltan en las novelas de esta autora. Poco más voy a decir. Repetir que me ha gustado mucho, que no ha superado a la anterior novela de la serie, pero que me ha parecido una muy buena historia. El clímax final es como un subidón para luego terminar con un epílogo que es de lo más dulce. Es una novela en la que los sentimientos de los protagonistas llevan el peso, no tan solo los de la pareja, sino también los de Edward por su hermano, la ternura de sus escenas con Allie, la traición que siente Julia, su dolor, el peso de la amistad y la sabiduría de la edad. Quizás por eso, también los míos han estado en muchos momentos a flor de piel. Y ahora me quedo esperando con ansias la historia de Locke, que espero no tarden tanto en publicar, y rezando para que sigan trayendo las series de esta autora, que se está convirtiendo en una de mis favoritas. Como nota, una pena ese error (grande) de la edición en papel. Datos de interés: Ficha del libro - Ficha de la autora - Web de la autora Pepa