Hola a todos, hoy continuamos con la explicación del formado de la ensaimada que empezamos el lunes. Ya sabéis que con estas recetas explicadas con un paso a paso fotográfico exhaustivo, no hay más remedio que dividirlas en dos partes para que las páginas puedan cargar sin problemas todas las fotos en todos los dispositivos. Aquí os mostramos la segunda y última parte, el formado y horneado de la ensaimada mallorquina. Por si algunos anda un poco perdidos, os recordamos el enlace anterior, historia y primeros fermentos de la ensaimada, y bueno, esperamos que os guste el resultado. Os dejamos con las explicaciones y fotos de mi hermano José. Pasado ese tiempo se saca la masa del recipiente (veréis que ha subido mucho): Antes de ello embadurnaremos una mesa bien limpia con manteca. Usé una de cerdo ibérico que está en grandes superficies. Se le saca el aire a la bola y se forma una especie de cilindro. El cual se extiende en todas direcciones con un rodillo, primero a la larga... ...y luego a lo ancho. Aquí también hay que tener mucha paciencia, pues una vez extendido, hay que alargarlo manualmente como hicimos en su día con aquella receta de Apfelstrudel que ya os mostramos. Resulta curioso comprobar qué, la lógica está casi siempre ausente en la bollería, la masa con harina floja empleada para este último se estiraba mucho mejor, mientras que la excesiva elasticidad de la que nos ocupa impedía hacer una película transparente como en el primer caso, al tender con fuerza a recobrar su forma inicial. Al final se recortan los bordes y queda un rectángulo sobre la mesa. Normalmente se hace la mitad de ancho que el que aparece en la foto, para que salga el rulo mas finito, pero aquí estamos haciendo una tamaño familiar que tendrá el aspecto de una individual gigante. Aplíquese entonces la manteca de cerdo en gran cantidad, la cual se ha sacado de la nevera varias horas antes. Se emplearon unas tres cuartas partes del envase que aparece en la foto. Si algún niño pasa por ahí se le puede dejar meter mano y disfrutar de este momento, pero siempre con las manos bien limpias. Una vez extendida la manteca, que es lo que le da la personalidad al producto como el azahar lo da al Roscón, se enrolla meticulosamente por la parte mas larga hasta hacer un rulo aprox. de metro veinte de longitud (de haber tenido una mesa de trabajo mas grande lo hubiese hecho mas largo, pues queda mas elegante al rendir una espiral con mas vueltas). No hay que sobar mucho este rulo pues podría perder la manteca que tiene dentro. Hay que procurar que no quede mas grueso de un lado que de otro, elongándolo con cuidado. Se pone papel de hornear en una bandeja y se forma una espiral, teniendo la precaución de dejar espacio suficiente entre las vueltas para dar cabida a la nueva subida de la masa Se resguarda de las corrientes y se deja en un sitio cálido toda otra noche.. A la mañana siguiente la espiral ha subido mucho. Precalentamos el horno a 200 grados y lo dejamos hasta que esté bien caliente, capaz 10 min. Batimos un huevo y le damos un pintado a la masa con una brochita. Esto en general no se hace, pero yo lo prefiero. Se mete en el horno a 200º, a los cinco minutos lo bajé a 190º y a los diez minutos a 180º, y así lo deje 28 minutos exactos en total (estos tiempos se refieren a un horno Bosch de gama media comprado hace 3-4 años). Según los autores del libro es necesaria una hora. Decidid vosotros. Se saca al finalizar ese tiempo, se deja templar... ...y se espolvorea con abundante azúcar glas. Hay que dejar que se enfríe hasta el final. Después se puede conservar cubriéndolo con film y unas pinzas en la propia bandeja hasta el día siguiente. Si se deja mas tiempo, decae bastante. Tomado en el día, resulta ser un producto mullido y perfumado que hará las delicias de los adictos a los hidratos de carbono como yo. Quizá no tenga el punto hojaldrado de las de la casa Formentor aquí en Madrid, pero si lo tuviese, yo sería un maestro artesano, cosa que no soy en absoluto. Es como los churros: todos los hacemos, a veces preciosos, pero quien diga que le salen con el mismo tacto y sabor que los de la churrería sencillamente miente. Aquí el corte... ¡Feliz miércoles! Salud.