En casa nos encanta la bollería, da igual qué tipo de masa sea, siempre triunfa. La verdad es que nada mejor que disfrutar de un desayuno o una merienda con dulces caseros, así que hoy toca unas roscas ricas con un ligero baño glaseado, para endulzarnos el día. Espero que os guste. INGREDIENTES: Para la 1ª masa: 3 cucharadas de agua 3 cucharadas de harina 5 gr. de levadura Para la 2ª masa: 350 gr. de harina aproximadamente 55 gr. de azúcar 60 ml. de agua 7.5 gr. de levadura 2 huevos 3 cucharadas de aceite de oliva suave 75 gr. de mantequilla Para el glaseado: Una taza de azúcar glass y unas cucharadas de agua (3-4 cucharadas) PREPARACIÓN: Hacemos la primera masa. Para ello echamos en un bol pequeño todos los ingredientes y mezclamos hasta hacer una bola. En otro cuenco echamos agua tibia, lo justo para que no esté fría, y metemos la bola dentro. Dejamos reposar hasta que la bola flote. Mientras tanto preparamos la 2ª masa. Mezclamos el agua y la levadura. En un bol echamos la harina, añadimos la mezcla anterior (agua y levadura), los huevos y la 1ª masa (tiene que estar ya flotando en el agua, si no esperamos un poco más), mezclamos todo bien y dejamos reposar unos 5 minutos tapado. Después añadimos el aceite y volcamos la masa sobre la meseta, amasamos y después añadimos la mantequilla, volvemos a amasar hasta que se integre bien, nos va a costar un poco, pero dejaremos reposos de 1 minuto, amasamos otro poco y así hasta que la masa esté suave y manejable. Dejamos reposar 15 minutos más o menos. Enharinamos ligeramente la meseta de trabajo y empezamos a hacer las roscas. Dividimos la masa en ocho porciones iguales (más o menos), con ayuda del rodillo hacemos tiras de unos 4 cm. de ancho y el largo que nos dé. Enroscamos sobre sí mismas (dándole forma de espiral como si fuese un tornillo) y juntamos los extremos, las vamos colocando sobre papel vegetal (habremos cortado 8 trozos, uno para cada rosca, así a la hora de colocarlos sobre la bandeja del horno nos resultará más cómodo) y dejamos reposar unas 3-4 horas, hasta que estén bien subidas. Encendemos el horno en posición arriba y abajo a 220º y las horneamos unos 8 minutos, no más. Sacamos y dejamos enfriar sobre una rejilla. Cuando estén frías, preparamos el glaseado. Echamos en una taza o cuenco el azúcar y vamos añadiendo a cucharadas el agua hasta conseguir la textura que deseemos, en este caso tiene que ser más bien ligera que podamos untar fácilmente y pincelamos con esta mezcla las roscas. Dejamos que endurezca y listas.