¡Home sweet home! Me encanta esta frase porque siempre que tengo días largos en la oficina o viajes cansados, llegó a mi casa, corro a mi cuarto, me echo a mi cama y la digo junto a un suspiro. Pero debo admitir que soy de esas personas que se aburren de ver siempre lo mismo y últimamente sentía que mi casa me pedía a gritos un cambio en su decoración.