Entre las muchas propiedades de Asturias, una es la de dejarnos boquiabiertos a cada paso. Al ser esta tierra una sucesión de montañas y valles, de curvas y rectas, de brañas y acantilados, de escarpadas cumbres y sinuosas cuencas… de continuos contrastes, es el paraíso soñado de las vistas panorámicas.