Hoy os traigo una receta muy entrañable para mi... Hace tiempo que esta receta de roscos de semana santa llego a mi de la mano de mi hijo mayor que en aquel momento tenia siete años... La directora y profesora del colegio mi hijo, Dña. Elvira, era y es una enamorada de la cocina y una gran educadora, tuvo la genial idea de hacer unos talleres de cocina para introducir a los niños en el mundo de la gastronomía ; cosa que a mi hijo le vino muy bien! Porque aprendió a valorar y apreciar la comida que le ponía en el plato, despertó su curiosidad y llegaba a casa ansioso por contarme lo que había cocinado ese día y con la receta redactada de su puño y letra. Todas esas recetas las guardo con mucho cariño y las he echo mil veces. Hoy mi hijo vive independiente, le encanta comer y cocina muy bien! Ahora también se atreve con las tartas, que le salen espectaculares! Y aunque toda su vida me ha visto cocinar, creo que fue Dña. Elvira la que le inculco el valor de la cocina para llevar una vida mas sana y saludable. Ingredientes: cuatro huevos 250 gr de manteca blanca de cerdo ibérica 500 gr de azúcar la piel rallada de un limón dos sobres de levadura química dos cucharaditas de canela molida un kilo de harina (admite un poco mas ) azúcar para decorar (opcional ) Preparación: Toda la receta se hace a mano, para ello tenemos que utilizar un recipiente grande. Primero ponemos los huevos y la manteca algo derretida en el recipiente, mezclamos muy bien con las manos, añadimos el azúcar y seguimos mezclando hasta que nos quede una crema homogénea, incorporamos la ralladura de limón y la canela, siempre dando vueltas con las manos, finalmente vamos añadiendo poco a poco la harina, cuando vallamos por la mitad añadimos la levadura y seguimos añadiendo harina hasta hacer una masa que no se nos pegue en las manos. Hacemos una bola con la masa, la tapamos con un paño y la dejamos reposar de dos a tres horas. Cogemos porciones de masa y le damos forma de rosca, ( es en este momento cuando lo untamos con azúcar ) las ponemos sobre la bandeja de horno previamente forrada con papel de hornear, horneamos a 150º con ventilador durante diez o doce minutos o hasta que tomen un color dorado. Sacamos del horno, esperamos cinco minutos antes de pasarlas a una rejilla para que se enfríen. Se conservan muy bien durante mucho tiempo y cuanto mas tiempo pasa mas buenos están, los guardamos en una lata para galletas en un lugar seco lejos de humedad.