Foto: Photojournal.ru, Michal Macku Y sucedió. El mismo cuerpo con el que hace días llenábamos las calles, con el que hacíamos huelga feminista, ese que bailaba en una fiesta, el que producía discursos, orgasmos y vida está hoy bajo sospecha. Así como lo transmite todo –cultura, defensas, afectos–, su capacidad de portar y contagiar un