Solo tienes que cortar unas pechugas de pollo en dados, insertarlas en brochetas y dorarlas en una plancha con un hilo de aceite. Para darle el toque oriental, calienta en un cazo una cucharadita de azúcar moreno hasta que carameliza, añádele un poco de salsa de soja, mezcla bien y embadurna con ella las brochetas.