La gamificación ha llegado a todos los ámbitos profesionales, incluido el de la salud. Aprender jugando no solo resulta más entretenido y divertido, sino que mejora los resultados, ayuda a fijar conceptos y aumenta el compromiso. Por este motivo, resulta una herramienta muy valiosa para involucrar tanto a jóvenes como a adultos en actividades relacionadas con la salud de una manera diferente y atractiva.