Enseñar el cuidado del cuerpo y de la salud es un proceso imprescindible para que las niñas y los niños puedan aprender a valorarlo y respetarlo. También es importante que puedan nombrar todas las partes del cuerpo humano, ya que esto facilita una visión integral del mismo. • Propiciar el conocimiento del cuerpo humano, brindando información básica sobre la dimensión anatómica y fisiológica de la sexualidad pertinente para cada edad y grupo escolar. • Promover hábitos de cuidado del cuerpo y promoción de la salud en general y la salud sexual y reproductiva en particular, de acuerdo a la franja etaria de niños, niñas y adolescentes. • Presentar oportunidades para el conocimiento y el respeto de sí mismo/a y de su propio cuerpo, con sus cambios y continuidades tanto en su aspecto físico como en sus necesidades, sus emociones y sentimientos y sus modos de expresión. • La Identificación y valoración de las diferencias físicas de las personas como aspectos inherentes del ser humano que lo hacen único e irrepetible, permitiéndoles comprender la importancia de la diversidad. • La identificación de todas las partes externas del cuerpo humano y algunas de sus características. Utilización de vocabulario correcto para nombrar los órganos genitales. • La identificación y valoración de las diferencias entre mujeres y varones y las que devienen del propio crecimiento y del crecimiento de sus compañeros y compañeras. • La promoción de conocimientos básicos del proceso de gestación y nacimiento, según los interrogantes que vayan surgiendo ante las propias inquietudes de los niños y niñas, con lenguaje simple y a través de explicaciones sencillas. Esta propuesta nos permite observar cuánta noción tienen o van construyendo los niños y las niñas sobre su propio cuerpo y cuánto de su propia imagen han internalizado. Según la edad, podremos observar si se encuentran en la etapa del monigote o si representan desnuda o no a la figura humana. Podemos organizar al grupo en equipos de no más de cuatro niños y niñas, para que las interacciones y decisiones que se tomen en relación a la tarea puedan ser escuchadas y discutidas entre sus integrantes. Entregamos un papel afiche a cada grupo y les damos, primero, la consigna de dibujar la silueta de una amiga o amigo; luego, les pedimos que dibujen sobre ella las partes externas del cuerpo del amigo o amiga representado (ojos, ombligo, genitales, etcétera) y, si se animan, algunas partes interiores (corazón, estómago, etcétera). Pueden utilizar tres colores diferentes: uno, para la silueta; otro, para las partes externas, y el tercero, para la internas. Cuando los dibujos están listos, los exponemos para observar, entre todos y todas, las partes que dibujó cada grupo. Los y las guiamos para observar, puntualmente, qué diferencias y semejanzas encuentran en cada dibujo; por ejemplo: si dibujaron una nena o un nene, y cómo se dan cuenta de esta diferencia; qué partes del cuerpo dibujaron (externas e internas); si falta alguna que esté en un dibujo y en otro no. Podemos ayudar a los chicos y las chicas a mencionar las partes del cuerpo correctamente, usando un lenguaje lo más científico posible, siempre que sea comprensible. Finalizada esta actividad, podemos presentar al grupo libros que contengan buenas ilustraciones del cuerpo humano, para trabajar en la observación e identificación de sus partes. Luego, nuevamente les solicitamos que hagan el contorno de la silueta y que dibujen las partes internas y externas del cuerpo. (Tomado de los lineamientos ESI) • ¿Qué partes del cuerpo tienen cubiertas los niños y las niñas? • ¿Por qué creen que las personas estamos acostumbradas a cubrir esas partes del cuerpo con ropa interior o mallas? • ¿Por qué a las partes que cubre la ropa interior o las mallas se las llama partes íntimas o privadas? Durante la conversación, será propicio hacer hincapié en el carácter cultural de estas prácticas de vestido que, en nuestras sociedades, forman parte del cuidado y del respeto tanto por el cuerpo propio como por el ajeno. Para hacer un cierre a la actividad, se puede proponer a los niños y niñas pensar situaciones en las que respetamos la intimidad y privacidad propias de los otros y las otras,por ejemplo:golpear la puerta antes de entrar al baño, no levantarles la ropa a los compañeritos y compañeritas, no obligarlos u obligarlas a hacer cosas que nos les gustan, etcétera.