Cuando respiramos nos relacionamos con nuestro entorno. Tomamos aire del ambiente y se lo devolvemos a nuestro turno. Además de ser una función vital, la respiración habla mucho de cómo establecemos vínculos con otros seres y con nosotros mismos. Cuando alguien tiene una respiración fuerte y agitada, tiende a ser acelerado y ansioso; en cambio, cuando alguien respira pausada y profundamente actuará de manera más despaciosa y premeditada. Para el Yoga, la respiración es una clave de la introspección y una herramienta para modificar nuestra vida y hacer de nuestra existencia algo más espiritual y amable.