Me he aficionado a preparar quichés casi de todo, aunque es un pastel que no gusta a todo el mundo, a mí me parece muy socorrido a la hora de llevar un plato a una cena con amigos o como simple receta de aprovechamiento. Pueden haber tantas variantes como ingredientes existan y adaptarla al gusto de cada comensal. Esta que les traigo hoy surgió como aprovechamiento de unos champiñones, que compras pensando en mil y una receta y después de varios días siguen en la nevera. Por supuesto se puede hacer con masa quebrada comprada, pero no cuesta mucho trabajo hacerla en casa. Una vez más recurro a la receta del libro Tartas dulces y saladas, es infalible, siempre sale bien siguiendo los pasos y podrán disfrutar de una masa exquisita además de la satisfacción de haberla hecho con tus manitas. Pueden ver otra receta hecha con esta masa en la entrada de la tarta belga de puerros o flamiché, la cual recomiendo absolutamente. Sobra decir que mis quichés nunca llevan queso, sólo con la nata fresca o crème frâiche, incluso con nata agria, quedan genial. Si quieren añadirlo, lo incorporan después de la mezcla de nata y yemas. Vamos con los ingredientes!!! Para la masa quebrada enriquecida: 250 gr de harina 1/2 cucharadita de sal 125 gr de mantequilla sin sal, fría y cortada en dados 2 yemas de huevo medianos 2 cucharadas de agua helada Para el relleno: Aceite de oliva virgen 1 cebolla 1 diente de ajo 100 gr de jamón ibérico en lonchas 250 gr de champiñones laminados Un chorrito de vino blanco Sal 4 yemas de huevos medianos 300 ml de nata fresca o crème frâiche o nata agria Pimienta negra recién molida Una pizca de nuez moscada recién rallada Preparamos la masa siguiendo las indicaciones del enlace. Para el relleno, comenzamos picando la cebolla pequeñita, al igual que el diente de ajo, ponemos un poco de aceite en una sartén, añadimos la cebolla y el ajo y pochamos a fuego medio. Cuando empiece a transparentar la cebolla, subimos el fuego y añadimos el jamón, rehogamos hasta que el jamón se tueste ligeramente, a continuación añadimos los champiñones previamente lavados y secados, salpimentamos al gusto, salteamos y vamos removiendo de vez en cuando, agregamos el vino blanco y dejamos a fuego alto para que evapore el alcohol. Cuando haya reducido todo el líquido lo apartamos del fuego y dejamos enfriar. Mientras tanto, ponemos en un bol las yemas con la nata, añadimos sal, pimienta y nuez moscada al gusto, batimos y reservamos. Una vez tengamos la masa horneada en blanco, colocamos los champiñones y volcamos la mezcla batida, llevamos al horno precalentado a 200º, durante treinta minutos o hasta que veamos que se ha dorado y ha cuajado el relleno. Servir templada y a disfrutarla!!!