Colección de paisajistas españoles del siglo XX y XIX y sus obras de arte
Julia Minguillón
Colección de paisajistas españoles del siglo XX y XIX y sus obras de arte
Educación del siglo XIX ¿Cómo eran los maestros y maestras del siglo XIX?, ¿cómo eran los colegios y las aulas?, ¿que áreas se impartían?, ¿qué metodología se aplicaba?, ¿que tipo de materiales se empleaban?.Vamos a ver estas cuestiones a continuación... ¡sigue leyendo para descubrirlas!
Reseña del libro "Historia del Estado español" de Enrique Orduña Rebollo (Marcial Pons y la Fundación Alfonso Martín Escudero, noviembre 2015)
Santiago Rusiñol i Prats, Paisajistas españoles, Paisajes de Santiago Rusiñol, Pintor español, Pintores Catalanes, Santiago Rusiñol, Santiago Rusiñol i Prats, Pintores de Barcelona, Pintor Santiago Rusiñol
Flickr is nothing without you, our community. We want to make sure this community continues to thrive, grow, and inspire, so we've made some big changes.
Juan Fuster Bonnin, Paisajistas españoles, Paisajes de Juan Fuster Bonnin, Pintor español, Pintores Mallorquines, Fuster Bonnin, Pintores de Palma de Mallorca , Pintores españoles, Pintor Juan Fuster Bonnin
La Primera Bandera de la Legión con su comandante D. Francisco Franco en primer término. Noviembre de 1920. Perdido el imperio ultramarino tras el desastre de 1898, España trató de rehacer un nuevo imperio colonial en Africa, y en las primeras décadas del siglo XX se hizo con el control del llamado Sáhara occidental y el enclave de Sidi Ifini. Sin embargo, la clave de su expansión colonial fue el norte de Marruecos donde se desarrolló una guerra que terminó convirtiéndose en un grave problema para la estabilidad del país. En la expansión de España en Marruecos convergieron unos intereses contrapuestos: - España trató de participar en el reparto de Africa, del que se estaban beneficiando muchas potencias como Inglaterra, Francia, Alemania o Bélgica. Se intentaba así recuperar un lugar entre las potencias europeas y el prestigio nacional perdido en 1898. - Se pretendía frenar la expansión de Francia, la gran potencia de la zona que controlaba buena parte del Magreb. - Proteger la presencia española en Ceuta y Melilla, frente a la creciente hostilidad de las tribus rifeñas y el expansionismo francés. - Aunque durante algún tiempo hubo interés por las explotaciones de hierro, el valor económico de la zona siempre fue bastante escaso, en contraposición con la difícil orografía montañosa y el carácter belicoso de las tribus o cabilas locales, opuestas a cualquier control colonial. - Otro de los intereses que confluyen es el del ejército, que veía una oportunidad de recuperar su prestigio y el protagonismo perdido tras el desastre del 98. La expansión colonial era vista además como un medio de ascenso rápido en el escalafón por los llamados militares africanistas. - En contra de la aventura colonialista estaba el creciente antimilitarismo existente en parte de la opinión pública, refrendado por los republicanos y el movimiento obrero. Este antimilitarismo popular se debía a que los estragos de la guerra los sufrian los pobres. Hasta el establecimiento del servicio militar obligatorio en 1912, los que tenían dinero se podían librar de la incorporación a filas mediante el pago de una cuota demasiado elevada para las posibilidades económicas de las clases bajas. Tras la Conferencia Internacional de Algeciras en 1906 -celebrada para resolver el conflicto sobre Marruecos planteado entre Francia y Alemania-, España obtuvo el reconocimiento definitivo de sus derechos sobre el norte de África. Se asignó una zona de influencia para Francia y otra para España cuya ocupación empezó en febrero de 1909 bajo el gobierno de Maura, firme defensor del control colonial del norte de Marruecos. El avance y consolidación del poder español fue siempre lento. En julio los rifeños atacaron una linea de ferrocarril cercana a Melilla matando a cuatro trabajadores españoles y Maura decidió reforzar militarmente la zona. A finales del mes se producía la matanza del Barranco del Lobo, en la que los bereberes provocaron 1.000 bajas en el ejército español. El error de Maura fue movilizar reservistas catalanes casados lo que agudizó el clima de tensión social. Los anarquistas y socialistas convocaron entonces una huelga general, mientras el gobierno prohibía la prensa obrera y multiplicaba las detenciones. En Barcelona, puerto donde debían embarcar las tropas, comenzó la huelga y las manifestaciones. La autoridad militar proclamó el estado de guerra, lo que desató una oleada de violencia callejera durante casi una semana -del 26 al 31de julio-. Durante la llamada "Semana Trágica" la población reaccionó levantando barricadas en las calles e incendiando iglesias y conventos. El 31 de julio, restablecido el orden, se emprendió una dura represión: más de mil detenciones y la ejecución de cinco penas de muerte, entre ellas la del pedagogo anarquista Ferrer i Guardia, que levantó una ola de protesta internacional que provocó la dismisión del presidente del gobierno, el conservador Maura. Los incendios de conventos e iglesias fueron frecuentes en Barcelona durante la Semana Trágica Barricada en las calles de Barcelona durante la Semana Trágica En este VIDEO podemos ver el desarrollo de la guerra en Marruecos durante la primera década del siglo XX y como la deriva militar desemboca en los violentos sucesos de la Semana Trágica: Unos años después, el Tratado Hispano francés de 1912 va a convertir las zonas de influencia de ambos países en Marruecos en un protectorado compartido. Francia reconoce formalmente el norte de Marruecos como territorio español, estableciéndose el protectorado español con capital en Tetuán. La parte española era más pobre y problemática que la francesa, y de hecho la resistencia de los marroquíes a la ocupación hizo que se enviaran refuerzos: En 1913 había en el Marruecos español 50.000 soldados. La impopularidad de la guerra, los costes y dificultades encontradas y la falta de interés económico de la zona hizo que los avances fueran lentos y vacilantes. A ello habría que añadir la división en el ejército entre el sector "africanista" -que se podía beneficiar de los ascensos por mérito de guerra- y el sector "juntistas" que coincidía con las Juntas militares de defensa en el rechazo de ese sistema de promoción. Durante la Primera Guerra Mundial el protectorado estuvo en calma. España dejó de ocupar terrritorios para evitar tensiones con otras potencias europeas. Pero acabado el conflicto las acciones militares para controlar el territorio se reinician. En la parte occidental, con base en Ceuta y Tetuán, desde 1919 el general Dámaso Berenguer -nombrado Alto Comisario español en Marruecos- inicia los avances de forma lenta y firme. Su prudencia e inteligencia permitió de esta forma el control efectivo de la zona. En 1920 se creaba un cuerpo de elite para enfrentarse a la creciente dureza del combate en la guerra del Rif. Se trataba de sustituir a las tropas de reemplazo, así se bajaba el clamor popular por las bajas producidas a la vez que se aumentaba la operatividad y efectividad del ejército. Fundado por Jose Millán Astray como Tercio de Extranjeros -más tarde conocida como la Legión- encuadraba a españoles y extranjeros que voluntariamente se alistaban para luchar en Marruecos, participando en la guerra entre 1920 y 1927. En 1920 Millán Astray y Francisco Franco asisten a la primera jura de bandera del Tercio de Extranjeros, después la Legión. Uniformes de la Legión La violencia y la tortura son parte de la guerra en Africa, no solo de los rifeños, también de los legionarios, entre cuyos hábitos estaba cortar las cabezas de sus enemigos. Todo parecia indicar que la pacificación y ocupación llegaría al Protectorado sin grandes problemas. Pero en la parte oriental, donde se encontraba Melilla, las cosas fueron diferentes. Allí el general Silvestre, encargado de la comandancia de Melilla, trató de avanzar hacia el interior del Rif y ocupar los territorios intermedios entre las dos zonas, en torno a la bahía de Alhucemas. Este área estaba bajo el control de las cabilas rifeñas dirgidas por el caudillo nacionalista Abd el-krim, que se negaba a someterse a cualquier poder extranjero. A partir de julio de 1921, el general Silvestre inició una campaña que desde Melilla le llevó a extender el control español hacia el corazón del Rif, sin haber protegido suficientemente la retaguardia ni haber asegurado los abastecimientos. Buscaba una victoria definitiva y corrió riesgos excesivos e imprudentes. El general Silvestre en Marruecos Abd El-Krim Rifeños Entre 1919 y 1921 el general Silvestre duplicó el territorio controlado por los españoles entorno a Melilla pero asumiendo muchos riesgos. Las tropas españolas estaban muy dispersas y en un frente muy amplio, con un número de posiciones muy elevado y dificilmente defendibles, y además con graves problemas de aprovisionamiento. Cuando los rifeños, liderados por Abd el-krim, atacaron el puesto de annual se produjo una desbandada de las tropas españolas, que perdieron en unos veinte días todo el territorio ocupado en los últimos años. Los soldados españoles, bisoños y sin preparación militar, desmotivados y desconocedores del terreno, fueron presa del pánico en medio de una total desorganización. Los rifeños llegaron a las mísmas puertas de Melilla y todo el ejército español en el Marruecos oriental fue aniquilado: 13.000 muertos, entre ellos el propio general Silvestre. Batalla de Annual Cuando los españoles recuperan la posición de Monte Arruit, la situación es dantesca. Los cádaveres todavía estaban esparcidos por el terreno (arriba y abajo). El puesto de Monte Arruit antes y después del ataque Dibujo satírico sobre el desastre de annual La llegada de refuerzos permitió la recuperación del territorio perdido, eso sí, a costa de un elevado gasto militar y la presencia de un enorme contingente de tropas. Pero la mayor consecuencia fue, a parte de evidenciarse la deficiente organización del ejército, la enorme crisis política que se desató. El impacto del desastre de annual se pareció a la conmoción de 1898, y la opinión pública y la prensa lanzó graves críticas contra el gobierno y el ejército, apoyadas en el parlamento por la oposición socialista y republicana. Como consecuencia el gobierno cayó. También se inició un proceso parlamentario encaminado a aclarar las reponsabilidades militares y políticas de lo ocurrido en Annual. A tal efecto se nombró una comisión en el congreso encargada de elaborar un informe sobre los sucedido que debía presentarse a las Cortes. Este informe, conocido como el Expediente Picasso, provocó fuertes degbates en las Cortes, y contó con la oposición del ejército, que quería frenar el asunto puesto que de él podían derivarse responsabilidades en los altos mandos militares y llegar a implicar al propio rey, amigo de Silvestre y defensor de una política expansionista en Africa. Así la cuestión de Marruecos se convirtió en un factor de crisis politica, y el debate en torno a las responsabilidades fue un elemento decisivo que llevó a los militares a optar por una posición de fuerza. Por eso el expediente no llegó nunca a las Cortes, ya que días antes de la fecha prevista para su discursión se produjo el golpe de Estado de Primo de Rivera y el inicio de la dictadura. Alfonso XIII y el general Primo de Rivera La dictadura heredaba un conflicto impopular, que dividía a los mismos militares entre los africanistas defensores de la lucha y los que optaban por volverse a casa. Durante la primera etapa de la dictadura, el conflicto marroquí centró el interés de Primo de Rivera, que asumió personalmente el Alto Comisariado de Marruecos en 1924. Pero no fue la iniciativa del dictador la que acabó con la guerra, sino la imprudencia del dirigente rifeño Abd el-Krim que cometió el error táctico de atacar a los franceses en 1925. Esto favoreció que a partir de ese año se iniciara una política de colaboración con Francia que incluyó una acción militar coordinada. Fruto de esa colaboración fue el desembarco de Alhucemas (1925), que se saldó con gran éxito. Tras varias derrotas, Abd el-krim se rindió, entregándose al ejército francés al año siguiente. A partir de 1927, las tropas españolas dieron por concluida la ocupación efectiva de todo el Protectorado y su pacificación definitiva. Desembarco de Alhucemas Finalizamos la entrada con este VIDEO donde se analizan los acontecimientos que se sucedieron entre el desastre de Annual, que hizo tambalearse el poder colonial español en el norte de África, y el desembarco de Alhucemas, que supuso la pacificación definitiva de Marruecos.
Colección de paisajistas españoles del siglo XX y XIX y sus obras de arte
Colección de paisajistas españoles del siglo XX y XIX y sus obras de arte
El realismo mágico es una corriente literaria que se caracteriza por la narración de hechos insólitos, fantásticos e irracionales en un contexto realista.
A principios del siglo XIX, España se había convertido, a ojos de muchos extranjeros, en «la tierra clásica de los bandoleros». Los relatos de viajes y la prensa habían popularizado la figura del bandido español de aspecto huraño y apodo inquietante, con su atavío característico y, cómo no, con el trabuco y la navaja al alcance de la mano, siempre al acecho en sus guaridas en los riscos.
Todos los que tenemos ya una edad recordamos que en nuestra infancia se hablaba de los territorios africanos como de cualquier provincia española, quizás como muy probablemente se hablase a finales…
Santiago Rusiñol i Prats, Paisajistas españoles, Paisajes de Santiago Rusiñol, Pintor español, Pintores Catalanes, Santiago Rusiñol, Santiago Rusiñol i Prats, Pintores de Barcelona, Pintor Santiago Rusiñol
Enrique Serra y Auque, Paisajistas españoles, Paisajes de Serra y Auque, Pintor español, Serra y Auque, Enrique Serra Auque, Pintores Catalanes, Pintor Enrique Serra Auque
Rufino Martos Ortiz, Paisajistas españoles, Paisajes de Rufino Martos Ortiz, Pintor Español, Pintores de Jaén, Rufino Martos
Santiago Rusiñol i Prats, Paisajistas españoles, Paisajes de Santiago Rusiñol, Pintor español, Pintores Catalanes, Santiago Rusiñol, Santiago Rusiñol i Prats, Pintores de Barcelona, Pintor Santiago Rusiñol
Manuel Salces Gutiérrez
La ciudad antigua de Viena rodeada por el glacis sobre el que se asentaría la operación de la Ringstrasse La muralla, que encerraba la Viena histórica (AltStadt), se acompañaba de un extenso glacis que separaba la ciudad interior de los suburbios (Vororte) surgidos más allá de esa inmensa reserva militar. Este gran anillo espacial (Ring), que no se cerraba por el norte debido a la presencia del Donaukanal, junto con el solar de las murallas derribadas, fue el territorio sobre el que asentó el paradigma urbano y arquitectónico de una época. Con la construcción de la Ringstrasse, iniciada en 1857, Viena atrajo la atención internacional. El debate urbano sobre los trazados viarios, la configuración y articulación entre espacios residenciales, grandes equipamientos públicos y amplias zonas verdes, la estrategia de actuación vinculando particularmente a la iniciativa privada o la proposición de la monumentalidad arquitectónica desde el historicismo, colocaron a Viena en boca de todos. Se estaba definiendo el carácter de la ciudad burguesa de la segunda mitad del siglo XIX, la denominada Ciudad Posliberal. La Ringstrasse se convirtió en la representación de una época en la que el Imperio Austro-húngaro, esa invención bicéfala e inconsistente, caracterizó un conservadurismo decadente que se resistía a desaparecer. Pero también allí acabó ubicándose el símbolo que advertía de su final. En 1897, se levantó, entre mastodontes historicistas, el pequeño edificio de la Sezession que proclamaba un nuevo tiempo. El extenso glacis era un vacio que rodeaba la muralla, excepto por el norte en donde se encontraba el Donaukanal . Actuaba como un gran cinturón de entre 800 y 1.400 metros de anchura y más de 600 hectáreas, que desconectaba la ciudad antigua de los suburbios. El glacis era utilizado como paseo público y estaba surcado únicamente por recorridos arbolados y kioscos. La Viena de mediados del siglo XIX era una ciudad próspera que veía crecer rápidamente su población y que, sobre todo, había asentado una nueva clase social, la burguesía, que reclamaba espacios representativos de su posición. La definición de la Ciudad Posliberal La decisión de derribar las murallas y urbanizar el glacis inició una interesante reflexión teórica y una puesta en práctica sobre la forma de la ciudad posliberal burguesa de la segunda mitad del siglo XIX. Viena se encontraba ante la oportunidad de mostrar al mundo la potencia de una Austria que aspiraba a liderar la unificación germánica. Las claves de la operación se habían definido en varios proyectos previos realizados desde la administración pública, en donde ya se recogía el gran bulevar central (Ringstrasse) que articularía un conjunto de grandiosos equipamientos públicos, extensos parques e imponentes residencias para la pujante burguesía, altos funcionarios y parte de la nobleza (a las que se destinaba una quinta parte del total). El nuevo barrio que se iba a formar permitiría la soldadura entre la ciudad antigua y los suburbios. Se potenciaba así el papel del espacio urbano como elemento estructurante de la ciudad y principio organizador de la misma. En 1858 se convocó un concurso al que acudieron muchos participantes (cerca de ochenta). Pero aunque el concurso se resolvió (1º Ludwig Föster, 2º Friedrich Stache, 3ª August Sicard von Sicardsburg y Eduard van der Nüll), ninguno de estos proyectos satisfacía plenamente. Por eso, fueron reelaborados por un equipo de arquitectos estatales dirigidos por Moritz von Lhoer (apoyados por una comisión formada por los tres ganadores). En el resultado definitivo, la propuesta de Föster fue la que tuvo más influencia. El planteamiento urbano respondía a los requisitos de una ciudad moderna, atendiendo a los intensos tráficos de vehículos, con una amplitud y escala desconocidos hasta entonces. La Ringstrasse es un gran bulevar de 4 kilómetros de longitud y 57 metros de anchura a cuyos lados se levanta el extenso programa edificatorio y de parques. Puede descomponerse en cinco tramos que van quebrándose para adaptarse a la directriz curva del anillo. Aunque cada tramo cuenta con su personalidad, con sus edificios y espacios representativos, el conjunto presenta una gran homogeneidad y expresa con rotundidad el deseo de gloria de la sociedad vienesa emergente. La operación de la Ringstrasse tuvo un gran soporte financiero procedente del sector privado. Las plusvalías generadas por la venta de las parcelas residenciales permitieron la urbanización y la construcción de los grandes equipamientos. La burguesía en alza reclamaba espacios representativos de su éxito y ésta fue la base de la importante oferta residencial que surgió en el Ring. Los edificios residenciales competían con los equipamientos tanto en sus fachadas exteriores como en el diseño de unos interiores. En su esforzado afán de representatividad, éstos alumbraron conceptos estilísticos como el kitsch o el estilo biedermeier, tomando prestada la palabra procedente de la literatura para expresar una forma burguesa, conservadora y teatral, que pretendía dignificar con pocos medios el status de la nueva clase social en ascenso. Con la actuación vienesa, junto a las transformaciones en el París del barón Haussmann y la propuesta ideal en la Barcelona de Cerdá, se estaba definiendo el carácter de la ciudad burguesa de la segunda mitad del siglo XIX, la denominada Ciudad Posliberal. Los acontecimientos posteriores frenaron las aspiraciones hegemónicas de los Habsburgo. La derrota militar en la guerra austro-prusiana en 1866 convirtió a Prusia en el líder de la unificación alemana marginando a Austria, que además se vio obligada a reconocer la autonomía húngara dentro del imperio (que desde 1867 pasaría a denominarse austro-húngaro). Este revés político y el posterior fracaso de la Exposición Universal de 1873 (que acabó hundiendo la bolsa) llevaron a Viena a refugiarse en una autocomplacencia mantenida sobre una ficción protocolaria y pomposa sobre una intensa actividad económica (animada sobre todo por el numeroso colectivo judío). No obstante, tras esa teatralidad social se escondía la decadencia de una sociedad a punto de desaparecer. La propia vitalidad cultural cuestionaría el sistema desde dentro haciendo germinar propuestas de pensamiento, artísticas o musicales que anticipaban el derrumbamiento del régimen imperial. El historicismo monumental de la Ringstrasse Frente a lo avanzado del planteamiento funcional urbano, los grandes edificios públicos que se levantaron en la Ringstrasse, configuraron un ejercicio de monumentalidad basado en el tamaño y en el lenguaje ecléctico de la arquitectura historicista. Los edificios debían reflejar su contenido en una especie de didáctica arquitectónica. Así por ejemplo, los edificios culturales como la universidad, los museos o la propia ópera no podían ser pensados sino desde el lenguaje renacentista; el Parlamento debía recordar un templo ateniense como reconocimiento a la democracia creada en Grecia; el ayuntamiento se expresó con el lenguaje gótico flamenco aludiendo a los antiguos consistorios de los Países Bajos, arquetipos del espíritu municipal; o el Burgtheater cuyo neobarroco pretendía enlazar con la teatralidad de esa época. No obstante, como en todo buen eclecticismo, se podían encontrar edificios góticos con detalles renacentistas o edificios renacentistas con decoraciones góticas. La organización urbana se estructuró en cinco tramos correspondientes con los diferentes quiebros de la directriz de la Ringstrasse. TRAMO 1 Stubenring / Parkring / Schubertring El primer tramo esta caracterizado por el gran Stadtpark y la presencia del rio Wien. Esta zona, especialmente en la parte de Stubenring se desarrolló con cambios respecto al plan original. El Ministerio de la Guerra es una obra tardía que mantiene el espíritu historicista contrastando con la precursora Caja Postal de Ahorros de Viena (Österreichischen Postsparkasse) que construyó Otto Wagner unos años antes, entre 1904 y 1906. · Ministerio de la Guerra (Kriegsministerium, 1910-1913, neoclásico) Ludwig Baumanns (1853-1936) TRAMO 2 Kärntner Ring / Opernring El segundo tramo está presidido por el imponente edificio de la ópera. También se encuentra allí el Musikverein, sede de la Filarmónica de Viena y lugar de celebración de los conocidos conciertos de año nuevo. En el frente de los antiguos suburbios, tras el Ressel Park, destaca la Iglesia de San Carlos Borromeo (Karlskirche) de Johann Bernhard Fischer von Erlach construida entre 1716 y 1737. · Opera (Wiener Staatsoper, 1860-1869), August Sicard von Sicardsburg (1813-1868) y Eduard van der Nüll (1812-1868) · Musikverein (1870, neogriego) Theophil von Hansen (1813-1891). TRAMO 3 Burgring El tercer tramo es el centro de la actuación, la manifestación solemne del poder imperial. Entre el Hofburg, residencia de los Habsburgo en la ciudad antigua, y las caballerizas reales ubicadas en el inicio de los suburbios (hoy son el Museum Quartier) se ubicaron la ampliación del palacio imperial, el Neue Burg, del que sólo se realizó una de las partes y los dos grandes museos de historia del arte e historia natural, que tenían como intención la creación de un Foro Imperial que quedó inconcluso. Junto a estos edificios se encuentran los grandes parques centrales (Helden Platz, Burg Garten, Maria Theresien Platz, Museums Platz). · Nuevo Hofburg (Neue Hofburg, 1869) Gottfried Semper (1803-1879) y Karl von Hasenauer (1833-1894) · Museo de Historia del Arte (Kunsthistorisches Museum) (1872-1891) Gottfried Semper y Karl von Hasenauer. · Museo de Historia Natural (Naturhistorisches Museum, 1871-1889) Gottfried Semper y Karl von Hasenauer. El palacio de Justicia se ubica en el nexo entre el tramo 3 y el 4, en una ubicación muy simbólica, entre el poder imperial y el popular. · Palacio de Justicia (Justizpalast, 1875-1881, neorenacentista) Alexander Wielemans von Monteforte (1843-1911) TRAMO 4 Dr. Karl-Renner-Ring El cuarto tramo es el caracterizado por el pueblo, eso sí, entendido con un sentido muy restrictivo y elitista. Es la operación más escenográfica, con la ubicación, en un gran cuadrilátero, de los edificios relacionados con el pueblo (el Ayuntamiento, el Parlamento, la Universidad y el Teatro). El Rathauspark y el Volksgarten ponen el acento verde. · Parlamento (Parlamentsgebäude, 1873-1883, neogriego) Theophil von Hansen Ayuntamiento (Rathaus, 1872-1883, neogótico flamenco) Friedrich von Schmidt (1825-1891) · Universidad (Universität Wien, 1877-1884, neorenacentista) Heinrich von Ferstel (1828-1883). · Teatro (Burgtheater, 1888, neobarroco) Gottfried Semper y Karl von Hasenauer. La articulación entre el tramo cuarto y quinto se realiza apoyándose en la iglesia votiva, iniciada antes que la Ringstrasse, bajo el impulso del emperador, como agradecimiento por haber salido ileso del atentado sufrido en 1853. · Iglesia Votiva (Votivkirche, 1853-1879, neogótico) Heinrich von Ferstel TRAMO 5 Schottenring El quinto tramo es el de mayor densidad residencial, destacando el edificio de la Bolsa como gran equipamiento. También se encuentra aquí el gigantesco Rossauer Kaserne, uno de los tres cuarteles militares construidos para controlar los disturbios ciudadanos (los otros fueron el Arsenal y el Franz-Joseph-Kaserne) · Bolsa (Wiener Börse, 1872-1877, neorenacentista) Theophil von Hansen. · Cuartel militar (Rossauer Kaserne, 1865-1870, Windsor style) Coronel Alois Pilhal y Mayor Karl Markl Los grandes equipamientos se vieron complementados con la edificación residencial en la que destacarán los palacios urbanos que la burguesía construyó a lo largo de toda la Ringstrasse. El Burgtheater en una postal de época Críticas al modelo Ringstrasse La crítica sobre la Ringstrasse fue abanderada, desde posiciones distintas, por dos de los arquitectos relevantes de la época: Camilo Sitte (1843-1903) desde el urbanismo y Otto Wagner (1841-1918) desde la arquitectura. Camilo Sitte, se erigió como el gran defensor de la “construcción de ciudades según principios artísticos” (título de su libro más famoso e influyente) frente a lo que consideraba como fría planificación dirigida fundamentalmente por los flujos de tráfico. Sitte, que aceptó el historicismo arquitectónico, reivindicaba la historia como base para la configuración urbana, proponiendo, por ejemplo, el diseño de plazas contenidas y formalizadas frente a la apertura sin límites de los espacios planificados en el Ring. Defendía el papel del espacio urbano, identificable y simbólico, como motor para la creación de comunidades donde la sociabilidad fuera posible, frente a la desfiguración del Ring, donde las personas se encontraban aturdidas por la pérdida de la escala humana. Otto Wagner centró sus ataques en la arquitectura de la Ringstrasse, haciendo hincapié en la contradicción entre un trazado moderno y racional (que él aceptaba) y una edificación anclada en el pasado. Wagner, en contra de la reivindicación histórica de Sitte, buscaba superar la discordancia apostando por la modernidad, representada en el funcionalismo. Su reclamación perseguía un estilo arquitectónico que, contando con las nuevas tecnologías y los nuevos materiales, adaptara la imagen de la ciudad al hombre moderno. Wagner buscaba un nuevo estilo y sus proclamas serían recogidas por la siguiente generación. Adolf Loos (1870-1933), representante de la siguiente generación, atacó con dureza el estilo de la Ringstrasse a la que denominaba la “ciudad de Potemkin” (también Wagner había utilizado esta expresión) aludiendo a la estrategia del duque favorito de Catalina II de Rusia, que creaba pueblos de ficción para ser exhibidos como lugares idílicos en las visitas de la zarina mientras la población (que era ocultada) vivía en la miseria. La frase de Loos, reflejaba la crudeza de entornos muy bien presentados para encubrir su desastroso estado real. Loos encabezó un movimiento que buscaba la ética de las actuaciones reivindicando un sentido realista, artesanal y utilitario de la arquitectura totalmente alejado de la “teatralidad vienesa”. Estaba naciendo un nuevo un nuevo paradigma para la arquitectura. Y los coetáneos de Loos, los modernistas de la Sezession (desde Klimt hasta Olbrich o Hoffmann), aunque con discrepancias importantes sobre sus planteamientos (aquel más moralista y éstos más estetas), ayudarían al socavamiento de las convenciones representadas por la Ringstrasse. “Der Zeit ihre Kunst, der Kunst ihre Freiheit” Este es el mensaje que se encuentra sobre la puerta de entrada del Pabellón de la Sezession (a cada época su arte y a cada arte su libertad). El lema fue propuesto por Ludwig Hevesi, escritor que defendía los ideales del movimiento rupturista que se creó en 1897. El pabellón de la Sezession, se construyó entre 1897 y 1898 según proyecto de Joseph Maria Olbrich (1867-1908) arquitecto integrado en el grupo disidente. Este pequeño edificio contrasta con los gigantescos equipamientos imperiales, pero más allá del tamaño, expresa el rechazo a un historicismo agotado y anuncia una nueva época. La oposición también se advierte en la orientación, el edificio rechaza la trama impuesta por la edificación del Ringstrasse y se adapta a la que procede de los suburbios, en un gesto de acercamiento al sentimiento popular frente al aristocrático porte de los edificios imperiales. El Imperio austro-húngaro aguantó hasta el término de la Gran Guerra, desmembrándose a partir de 1918. El emperador Francisco José I había muerto dos años antes. El mundo había cambiado y la Ringstrasse quedaba como reflejo de una época pasada.