Artemisa era, sobre todo, una deidad femenina protectora de las mujeres. Sin embargo, los belicosos y viriles espartanos solían dedicarle sacrificios como a una de sus patronas favoritas antes de emprender una campaña militar. Las niñas y muchachas atenienses que se acercaban a la edad del matrimonio eran enviadas al santuario de Artemisa en Braurón para servir a la diosa, época en la que eran llamadas arktoi (oseznas). Según una leyenda arcaica, un oso había adoptado la costumbre de visitar la ciudad de Braurón, cuyas gentes lo alimentaban, de forma que con el tiempo el oso fue domesticado. Pero una niña provocó la ira del oso y éste la mató y le sacó los ojos. Después, un hermano de la niña mató al oso y Artemisa se enfureció, exigiendo que «las niñas actuaran como osas» en su templo como expiación por la muerte del plantígrado. Otra leyenda establece que el oso muerió a causa de una epidemia de peste que se declaró en Atenas, y que el Oráculo de Delfos había predicho que la pandemia sólo cesaría si las muchachas atenienses expiaban la muerte del animal. El las obras de Homero, Artemisa fue representada como partidaria de Troya porque su hermano Apolo era el protector de la ciudad, y ella misma era muy venerada en la península de Anatolia (actual Turquía), donde se levantaba la legendaria ciudad de Ilión o Troya. En la Ilíada Artemisa se enfrentó a Hera cuando los dioses, aliados con los dos bandos, se involucraron en el conflicto armado que pudo haber tenido lugar en el siglo XIII a.C. Hera golpeó a Artemisa en los oídos con su propia aljaba, haciendo que ésta perdiese las flechas. Artemisa huyó llorando al lado de Zeus, y Leto recogió el arco y las flechas de la diosa, que acabó desempeñando un importante papel en la legendaria guerra de Troya. Además de calmar los vientos para impedir el viaje por mar de los griegos hasta que Agamenón accedió a sacrificar a Ifigenia, ella y Apolo ayudaron a Eneas, mítico fundador de Roma. Cuando Apolo lo encontró malherido por Diomedes, lo llevó al cielo, donde los dos hermanos lo curaron en secreto, ayudados por Leto. En la mitología griega, Artemisa fue una de las deidades más veneradas y una de las últimas que se resistieron al avance del cristianismo en Asia Menor y Grecia entre los siglos IV y V. Algunos investigadores opinan que la diosa y su culto datan de la época arcaica. Homero se refiere a ella en sus obras como «Artemisa la del Terreno Inculto» y también como la «Señora de las Bestias» En el periodo clásico de la mitología griega (ss. VI al IV a.C.), Artemisa fue a menudo descrita como la hija de Zeus y Leto, y hermana melliza de Apolo. Fue la diosa de la caza en la antigua Hélade; patrona de los alumbramientos, protectora de la virginidad de las doncellas, la solícita aliviadora de los dolores menstruales y protectora de las mujeres contra las enfermedades venéreas. A menudo se la representaba como una cazadora portando el arco y un carcaj con flechas. El ciervo y el ciprés le estaban consagrados. En la época helenística tardía, asumió incluso el papel de Ilitía como ayudante en los partos difíciles, y acabó siendo identificada con Selene, una Titánide que era la diosa lunar griega; razón por la que en ocasiones Artemisa aparece representada con la Luna creciente sobre la cabeza, como la Isis egipcia. Artemisa también fue identificada con la diosa romana Diana, con la etrusca Artime y con la griega Hécate, mucho más antigua. Artemisa-Diana con el arco y las flechas
Tique personificó esa peculiar combinación de circunstancias que llamamos suerte o fortuna, y fue considerada como la fuente de todos los eventos inesperados en la vida humana, ya sean buenos o malos. Si una persona lograba todo lo que emprendía sin poseer un mérito especial propio, se suponía que Tique le había sonreído al nacer. Si, por otra parte, la mala suerte no merecida la seguía a lo largo de su vida y todos sus esfuerzos resultaban en un fracaso, se atribuía a su influencia adversa. Esta diosa de la fortuna está representada de diversas maneras. A veces se la representa llevando en su mano dos timones, con uno de los cuales dirige la suerte de los afortunados, y con el otro, el de los infortunados mortales. En tiempos posteriores ella aparece con los ojos vendados, y se para en una bola o rueda, indicativa de la inestabilidad y siempre girando. Representando los cambios de fortuna. Con frecuencia llevaba el cetro y la cornucopia o cuerno de la abundancia, y generalmente tenía alas. En su templo de Tebas, está representada sosteniendo al niño Pluto en sus brazos, para simbolizar su poder sobre las riquezas y la prosperidad. Tique fue adorada en varias partes de Grecia, pero más particularmente por los atenienses, quienes creían en su especial predilección por su ciudad. Así tenemos que la diosa Tique, era la representación -en el nivel más básico- de la buena o mala suerte, distribuyendo los bienes y los males a su capricho. Tique a pesar de no poseer un mito extenso como los demás dioses, personificaba más bien un concepto: La imprevisibilidad y el azar en las circunstancias de la vida, la suerte, el éxito y el fracaso de los hombres. Su origen se remonta a la época de los titanes, según algunas versiones hija del dios Zeus y hermana de las Moiras o Parcas: Cloto, Laquesis y Átropos o en otra interpretación; la encarnación de las tres en una sola. Homero dice: es hija del Océano y de ella vienen todos los bienes y todos los males. El erudito y escritor Robert Graves en su obra Los Mitos Griegos nos dice lo siguiente; Tique es una hija de Zeus a la que este dio el poder de decidir la fortuna de tal o cual mortal. Si sobre alguno de ellos derrama montones de dones desde su cuerno de la abundancia, mientras que a otros los priva de todo lo que posee. Tique es absolutamente irresponsable en sus concesiones corretea por ahí haciendo malabares con una pelota que simboliza la incertidumbre del azar: a veces arriba a veces abajo. Pero si alguna vez sucede que un hombre a quien ella ha favorecido se jacta de sus abundantes riquezas sin ofrendar una parte de ella a los dioses o mitigar la pobreza de sus congéneres, entonces hace acto de presencia la diosa Nemesis para humillarle. Características de la diosa Tique Una venda que cubre sus ojos; simboliza la imparcialidad -a todos por igual- Alas; simbolizan la velocidad. Dos timones; simboliza la facultad de la diosa de guiar la vida de los mortales ya sea hacia la fortuna o el infortunio. Un cuerno de la abundancia o cornucopia; simboliza la prosperidad y la riqueza. Una rueda o esfera sobre la que está apoyada o balanceándose; simboliza al azar que va cambiando, y a la inconstancia. Un cetro; que simboliza la autoridad. Con el dios Pluto -quien es el dios de las riquezas- entre sus brazos, semidesnuda y sentada sobre una serpiente para indicar que sus caprichos no están sujetos a los cálculos de la prudencia humana. Diosa Fortuna Tique fue adorada en Roma bajo el nombre de Fortuna, y ocupó un puesto de mucha mayor importancia entre los romanos que los griegos. En tiempos posteriores, Fortuna nunca es representada, ya sea alada o parada sobre una bola; ella simplemente lleva la cornucopia. Es evidente, por lo tanto, que había llegado a ser considerada como la diosa de la buena suerte, que trae bendiciones al hombre, y no como la personificación de las fluctuaciones de la fortuna. Además de Fortuna, los romanos adoraban a Felicitas como dadora de buena fortuna positiva. Diosa Ananke o Necessitas Como Ananke, Tique asume otro carácter, y se convierte en la encarnación de esas leyes inmutables de la naturaleza, por las cuales ciertas causas producen ciertos resultados inevitables. En una estatua de esta divinidad en Atenas, estaba representada con manos de bronce y rodeada de clavos y martillos. Las manos de bronce probablemente indicaron el poder irresistible de lo inevitable, y el martillo y las cadenas que ella forjó para el hombre. Ananke fue adorada en Roma bajo el nombre de Necessitas. Ver también: Aracne Arcoíris Caduceo origen y significado Cornucopia o cuerno de la abundancia Dioniso - Baco Endimión Erinias o Furias Genio o daimón Hebe o Juventas Hécate diosa griega Hera Lamia en la mitología Las musas Los dioses y los planetas Medusa y las gorgonas Narciso y la ninfa Eco Némesis la diosa de la venganza Niké la diosa de la victoria Níobe Titanes en la mitología griega
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Temis es un titan de primera generación hija de Gea y Urano, es la diosa de la ley, la justicia y el orden, se la describe como la dama del buen consejo, su símbolo es la balanza, en la guerra de los Titanes al igual que las demás titanoides permaneció neutral, fue la segunda esposa de Zeus y de su matrimonio nacieron las Horas y las Parcas. Al ser hija de Gea y Urano, la hace hermana de los 12 titanes, Océano, Ceo, Críos, Hiperión, Jápeto, Tea, Rea, Mnemósine, Febe, Tetis y el menor Cronos. Apa
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