La flexibilidad juega un papel más importante de lo que podemos llegar a imaginar en nuestro bienestar. Los expertos creen que ayuda a lograr mejores resultados a la hora de hacer ejercicio, aumenta la movilidad y la coordinación muscular, a la vez que reduce el dolor de la musculatura y previene lesiones. Además, mejora la circulación sanguínea y puede desempeñar un papel importante en la prevención de algunas enfermedades graves como la artritis, la diabetes y los problemas renales.